El miércoles, 21 de octubre de 2015, en Madrid, a los 72 años, Don Juan Manuel Garrido Henares, mi cuñado, ha
muerto.
Tranquilo, con su inmensa bondad y
lleno de amor, en un instante, pasó de estar con nosotros a vivir, con los
Santos, la Virgen María y Jesucristo, en
el cielo, junto al Padre.
Juan Manuel, hombre educado, paciente, estudioso del pasado,
conocedor de la historia y creyente fiel,
fue, sobre todo, un hombre honesto que supo llenar su vida destilando amor; amor infinito
a su mujer, sin límite a sus hijas, firme a su familia,
sabio a las tierras de Andalucía y lleno de pasión a su Patria, España.
Juan Manuel fue para mí,
para nuestra familia y creo que para todos los que tuvimos la fortuna de estar
entre los suyos, el mejor ejemplo de lo
mucho que aporta a los demás un hombre prudente y bueno, de pasión fuerte y contenida
que, siendo fiel hasta el extremo, ha
sido, en todo, el perfecto paradigma cuanto obliga
el ser un señor andaluz y un caballero español.
Y hoy, cuando su cuerpo ya descansa
en Baeza, la ciudad que fue su cuna, y
su alma sobrevuela, desde el cielo, mis pensamientos enlutados, doy gracias a Dios
y a la Vida por habernos regalado, a nuestra hermana, a sus hijas y a toda nuestra familia, el extraordinario hermano, contrasangre él decía, que Don Juan Manuel
Garrido Henares ha sido.
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