Menos mal, menos mal, menos mal que, al final, porque ocurre lejos
o son de otros, los males nos afectan poco y, aún en el peor de los casos, porque hay
que seguir viviendo, hasta los peores soponcios se disuelven en el
olvido.
Septiembre de 2015, para mí ha estado lleno de sustos, berrinches,
malos tragos, disgustos, algún enfado y, lo peor, porque he agarrado una gripe larga y desagradable, cansancio, toses,
mareos y hasta algunos miedos.
Los combatientes que se matan a cientos, los refugiados que mueren
a miles; los pobres que no quieren ser
pobres; los ricos que quieren seguir siendo ricos; los que demandan y los demandados por los mismos derechos…todo
está en los periódicos y lo veo en Internet. ¿Me importa mucho? Si se
trata de sentir, ¿será cinismo?, no lo sé. Si se trata de hacer, ¿será cinismo?, no encuentro respuesta si me pregunto ¿y yo qué puedo hacer?
Menos mal, me repito una y otra vez, menos mal que, al final, los grandes males
nos importan poco y
hasta los pequeños, los propios, los del gran patatús, duran lo que tarda en endulzar el agua un azucarillo.
Y mira que hay para preocuparse: La guerra que no cesa en el
Mediterráneo, con muertos, heridos y refugiados; Cataluña, por tantas cosas, para unos y otros españoles; para los chilenos
que de repente, tras más de un siglo, se
han enterado de que fueron ellos quienes
iniciaron la Guerra del Pacífico cuando invadieron Bolivia, eso sí, sin declarar antes
la guerra y luego, porque lucharon mejor y ganaron, se quedaron con 400 o bastantes más kilómetros de costa y 120 mil o algunos más, kilómetros de tierra; los bolivianos que,
cuando se empezaban a ver como un país
serio, respetuoso con las leyes y digno de confianza en el mundo, descubren que,
para su Grandísimo Presidente, su Ley
de Leyes está escrita con letras que se borran
con un poco de agua.
Pero, afortunadamente, la vida es como es y aunque muchas veces,
por tantas cosas, me digo: ¡menudo susto! ¡Qué berrinche! ¡Otro soponcio!, al
final, siempre termino pensando que hasta los peores soponcios se disuelven con y
en nada.
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