En
estos días, como es normal, y como sucede casi todos los años, en estos días se
han producido grandes nevadas en España. Y, como siempre desde hace muchos
años, salvo en una autopista, la A 6, porque se toman muchas precauciones, no
ha pasado nada.
Sin
embargo, y a pesar de que la llegada de la
nieve era segura y estaba, desde hace días, muy bien anunciada, unos
cientos de personas se han visto atrapadas durante muchas horas, dentro de sus automóviles, en un descomunal
atasco, han sufrido frío, pasado sed y acaso hambre, han tenido miedo y, a
pesar de los esfuerzos de las brigadas de especialistas, incluidos militares
que han trabajado con rigor y muchos medios, para rescatar a los secuestrados
por la nieve. Total, aunque no ha habido víctimas, un desastre.
Por
supuesto, la culpa de todo la tiene el Gobierno, la Comunidad de Madrid, la
empresa concesionaria de la autopista y según he oído, puede que también los conductores imprudentes que, pese a estar más que
avisados, acudieron en masa a meterse en el atasco.
Y,
por supuesto, los políticos de la oposición,
los medios de comunicación y los
particulares en las redes sociales, piden explicaciones al Gobierno, la dimisión
de “los responsables”, una multa bien grande a la concesionaria y unas
satisfactorias indemnizaciones para los
conductores, buena gente, que sufrieron el atasco. Normal, muy normal, parece
que todo es como debe ser; lo mismo que hace unos años, en otra nevada similar
hicieron los políticos que estaban en la oposición, que son los que ahora están
en el Gobierno, los periódicos y los particulares en las redes sociales. Parece
seguro que todos, todos, tienen razón.
Pero
no, unos tienen más menos razón que
otros y, en mi opinión, siendo bien sabido que las precauciones tomadas
por los responsables técnicos y políticos de la circulación en las carreteras, incluido el Servicio Nacional de Meteorología, han sido
las normales, los mayores responsables
son los ciudadanos que se han metido en el atasco.
Es
posible que la concesionaria no lo haya hecho bien, que el Ministro del ramo y
el político responsable estuvieran
viendo el futbol en Sevilla en lugar de
estar empujando una pala en la Sierra de Madrid, que los políticos disfruten
echando la culpa a sus colegas de otros partidos, por ello, si uno quiere, puede pedir cuantas y hasta insultar.
Pero,
amigos míos, ¿es normal que yo, que he escuchado en la radio que la nevada esta
al llegar y que si me meto en ella me
puede atrapar, cargue mí coche, lo llene con toda la familia y ala, vamos allá?
Esta
historia es una muestra de cómo andamos: yo, nosotros, tenemos derecho a hacer
lo que nos da la gana; yo, nosotros no tenemos que preocuparnos de nada; yo,
nosotros, somos responsables de nada y si algo no sale a nuestro gusto, por
supuesto, a reclamar.
Y
no, lo razonable y lo normal es que
todos, yo, nosotros, tenemos
obligaciones, somos responsables de lo que hacemos o no hacemos y, además, en
el extremo, está escrito y obliga a todos,
aquello de “la ignorancia de la ley no excusa su cumplimiento”,