TODAVÍA ATURDIDO, ME HA LLENADO DE ESPERANZA
En este día, el primero lluvioso del otoño, aunque aturdido por el estruendo de los gritos de nuestros políticos que no cesan en su decirse maldades y achacarse desafueros, por la mañana he visitado el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, y además de recibir, como un gran regalo, la noticia de que mis goteras se mantienen tranquilas y no he empeorado, debo decirlo, he quedado muy sorprendido y, del todo encantado.
Pocas personas en los pasillos, silencio tranquilo, sensación de orden; todo rezuma limpieza; el personal atento, amable y bien uniformado; mamparas, bien puestas, para la protección mutua de visitantes y sanitarios; ninguna apariencia de estrés o prisas; en fin, se percibe el saber y es un lujo de ambiente, especialmente por las personas, por la gente. Tanto es así que hasta he tenido, sabiendo que no real, la sensación de estar en “el mejor sistema sanitario” del mundo.
Y claro, lo que he visto, porque es bueno, debo decirlo y, si cabe, explicarlo: en España, si bien estamos gobernados por una tropa de ineptos y no pocos bichos malos, en cuanto podemos, porque estamos llenos de gentes buenas, serias, bien formadas y capaces, en cuanto nos dejan, hacemos muy bien nuestros trabajos.
Y sí, en el Hospital Puerta de Hierro, como en Telefónica, Caixa Bank, las empresas de autobuses, los aparcamientos, las fábricas de cualquier cosa, las farmacias y los supermercados, cualquier tienda de barrio y, hasta en Cáritas y en todas las iglesias, en España brilla la eficiencia, el buen hacer y, no tengo duda, existe el inmenso potencial que se requiera para volver a jugar en la liga de las estrellas…siempre que nuestros gobernantes no tengan tiempo suficiente para seguir enredando y convertirlo todo en malo o muy malo.
En fin, una mañana deliciosa en la que, incluida la lluvia, todo ha sido bueno y, sobre todo, me ha llenado de esperanza.
1 comentario:
Querido José Luis,
he escuchado los poemas que has escrito, en los que sin duda está la presencia de Cristina, en todo ellos. Algunos tienen títulos muy emotivos como "Deja que te mire, no hables", o "Final del Camino", o "Recorrido", o "Tengo Frío". Me han gustado casi todos y también pienso en que, a pesar del dolor, el pensamiento y la reflexión que te han llevado a su redacción ha debido ser como una bocanada de aire fresco.
Un abrazo,
Alicia
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