sábado, 27 de marzo de 2021

942. DE LA NUEVA NORMALIDAD 86

 

DE LA MALA EDUCACIÓN DE UNA PREPOTENTE SOCIALISTA

 

Aunque pienso que  la labor de la Señora Celaá como ministra del gobierno de España  es poco acertada y que, lamentablemente, cuanto ha hecho deberá ser cambiado tan pronto la coalición social-comunista salga del poder, nunca pensé que esta señora, educada en la “buena sociedad vasca” fuera, además de prepotente, tan mal educada.

Respondiendo, en el Congreso de los diputados, a un diputado de otro partido que, desde la experiencia de tener una hija con síndrome de Down, le interrogaba sobre la educación especial, la ¿señora?, textualmente, respondió: «Señor Matarí, ¿de dónde viene usted? ¡Qué lejos viene! ¡De que lejos viene!» «Usted no tiene ningún contacto: ni con el mundo educativo ni con los padres ni con los hijos ni con los profesores. ¡Usted no sé de qué habla!».

Evidentemente, las palabras de la ministra Celaá, muestran, además de prepotencia, muy mala educación.

Por ello, entiendo que, para que no siga manchando la imagen de las personas que la educaron y no ensucie con las palabras que salen de su boca los oídos de los españoles, debería ser encerrada en un cuarto de baño para frotarse la boca con abundante agua y jabón hasta que esta quede limpia, y acaso también su corazón, de la mucha porquería que encierra su prepotencia y mala educación.  

 

Nota

En la fotografía que sigue creo que se puede intuir que, además de ser prepotente y mal educada, la ¿señora? Ministra no rezuma bondad.

 


 

domingo, 21 de marzo de 2021

941. DE LA NUEVA NORMALIDAD 85



 

DE LOS BULOS, EL PODER DE LA EMOCIÓN Y EL ENGAÑO INDESEADO

 

Hace algunos días leí en Los Angeles Press un artículo, Asociaciones periodísticas de Latinoamérica lanzan protocolo para combatir ‘Fake News’, que firmado por Fernando Néstor Ramírez, me produjo simultáneamente, dos sensaciones, en parte contradictorias.

La primera sensación fue de satisfacción: un grupo de periodistas americanos de habla española ha lanzado un Protocolo básico para detectar noticias falsas, que trata de erradicar el mal de la desinformación que, mediante la difusión de bulos, está  convirtiendo el mundo en un lugar donde reina todo menos la verdad. El protocolo, en mi opinión, es realmente valioso y creo que es necesario aplaudir una iniciativa, sin duda, digna de elogio.

La segunda sensación fue de horror, en la misma página que el artículo mencionado, algo más abajo, aparece otro artículo Autoritarismo del Estado español reprime la libertad de expresión: caso Hásel, en el que se hace eco, de forma aparentemente “docta”  de las manifestaciones  de jóvenes (se entiende izquierdistas)  reprimidos desproporcionadamente por la policía, a favor del rapero y de la libertad de expresión. En su conjunto, el artículo  es una auténtica fake news, un conjunto de medias verdades, peores que una de las mentiras contra las que Los Angeles Press afirma combatir.

 

Más tarde, tratando de comprender lo que desde mi punto de vista es una contradicción: luchamos contra las fake news (de otros) y al mismo tiempo, las  publicamos (las nuestras); he repasado en mi memoria los trabajos de Haidt y Lapuente y ¡cómo no!, además de explicación, he encontrado también un buen motivo para “justificar” a los periodistas de Los Angeles Press y a las buenas gentes que, con honestidad, comparten con ellos, como “dogmas de fe” los bulos que publican, creyendo que son verdad, los periodistas de nuestro mundo.

 

Sí, las noticias sobre las manifestaciones violentas a favor del rapero español  Hazel han sido conocidas por los “periodistas progresistas” a través de la emoción, luego las han enriquecido con la razón y, ya completas, las han publicado porque, para ellos son “la verdad”. Los periodistas progresistas, como la mayoría de los izquierdistas de nuestro tiempo, porque han perdido la fe en Dios y en la Patria, han hecho de la Política, de su Política Progresista, una nueva Religión y ellos, sin saberlo, han hecho suyas unas cuantas ideas que sus líderes espirituales, cual si fueran curas, obispos o papas, han proclamado verdades inmutables, “dogmas de fe” por los que, a pesar de ser del todo invenciones falsas, están dispuestos a luchar y hasta morir. 

 

Evidentemente me alegra la iniciativa de los periodistas progresistas que van a luchar, desde sus emociones, contra los bulos. Por supuesto, también tendré el   cuidado de no creer una sola palabra de cuanto digan esos periodistas hasta que lo haya comprobado en otras fuentes;  y pediré a los dioses antiguos y al  dios de mi religión,   que hagan  el milagro de, por las buenas o por las malas, desplegando sus ejércitos celestiales  dejen reducidos a la nada los dogmas falsos de la nueva y “progresista” religión.

 

NOTA

El artículo completo de Fernando Néstor Ramírez, que incluye los aspectos más relevantes del Protocolo contra las fake news,  se puede ver en la página en Internet https://www.losangelespress.org/asociaciones-periodisticas-de-latinoamerica-lanzan-protocolo-para-combatir-fake-news/

 


 

 

lunes, 15 de marzo de 2021

940. LA NUEVA NORMALIDAD 84

 

DE LA OBLIGACIÓN (OLVIDADA) DE RENDIR CUENTAS

 

Para comenzar, tres premisas:

  • Acaso la mayor fortaleza de la especie humana, y una de las que ha permitido su supervivencia, crecimiento y actual dominio (relativo) del planeta, es su capacidad para vivir y cooperar en grupo.
  • El grupo se mantiene unido si existen reglas de convivencia asumidas por todos sus miembros.
  • Si uno o varios miembros del grupo quebrantasen las reglas, han de ser sancionados porque si no lo fueran, las reglas serían inútiles y el grupo perdería la unidad, entraría en crisis y podría llegar a desaparecer.

Y, sobre la necesidad e importancia de la justicia, la Biblia (elemento fundamental de la cultura occidental), el refranero español (síntesis de nuestra cultura popular), e Internet (enciclopedia universal), para recuerdo de todos, como muestra, algunos textos: 

En el Nuevo Testamento, leemos:

  •  “…el cual pagara a cada uno conforme a sus obras: a los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; pero a los que son ambiciosos y no obedecen a la verdad…” (Romanos 2:6-10)
  • Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:36-37)
  • …A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno…y luego se fue lejos…Después de mucho tiempo vino el señor y arregló cuentas… Y le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre lo poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; … Y al siervo inútil echadle a las tinieblas...” Mateo 25:14-30Principio del formulario

 El refranero nos recuerda que:

  • “El respeto a la ley, comience por el Rey.” 
  • “A siervos y a reyes, da Dios unas mismas leyes.
  • Niño malo no castigado, hácese más osado.” 
  • “Perdones, hacen ladrones.”
 Y en Internet se recogen muchas sentencias como estas:
  • Cuando la justicia sale por la puerta, la venganza entra por la ventana (Anónimo)
  •  Donde hay poca justicia es un peligro tener razón. (Francisco de Quevedo)) 
  • Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia. (Paul Auster) 
  • Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos más tarde o más pronto. (Voltaire)

 


Pues bien, resulta que actualmente, aunque los ciudadanos españoles, en su inmensa mayoría, gozamos de “un buen nivel de justicia”, nuestros dirigentes, en el ejercicio del poder que los hemos otorgado, están exentos de la obligación legal de desempeñar sus cargos con eficiencia, rigor y honestidad y, además, si lo desean, pueden ocasionar a los ciudadanos grandes o pequeños males, es decir, pueden ser injustos, sin que nadie pueda reclamarles personalmente responsabilidad alguna.

¿Hace falta recordar que ningún político pagará por los desmanes que, desde hace tiempo, cometen día a día, todos los días, en España? 
 
Debo decir sin embargo, que esta situación, fuera de todo sentido común y anómala desde cualquier punto de vista, no está ni en la cultura ni en la tradición española y que los españoles  de todas las Españas vieron en el pasado, con naturalidad,  a todos sus dirigentes, desde los Virreyes hasta los alcaldes, siendo  juzgados (por un Juez y de acuerdo con un procedimiento absolutamente reglado) al terminar sus mandatos; y ello desde que el Rey de Castilla, Alfonso XII, el Sabio, en las Siete Partidas, en el Siglo XIII, introdujo los que se vinieron a llamar, algo más tarde, Juicios de Residencia; figura jurídica que se mantuvo viva hasta 1812 en España y algunos años más en las ya independientes repúblicas americanas, es decir, durante más de quinientos años los cargos públicos españoles fueron juzgados y premiados o castigados por sus buenas o malas acciones.    
 
En cuanto al procedimiento de los Juicios de Residencia (un resumen puede verse en las páginas mencionadas en la Nota de esta entrada), cuyo propósito, en suma, era evitar los abusos, la corrupción y asegurar el buen gobierno en todos los reinos y regiones de la Monarquía Hispánica, era muy garantista, tenía elementos públicos y secretos, era minucioso y exhaustivo y sus resultados, las sentencias, raramente fueron, ni serían hoy, consideradas injustas.

Pues bien, ¿puede alguien imaginar lo cautos que serían nuestros gobernantes si supieran que inevitablemente, al final de sus mandatos serían llamados a sentarse, ante un tribunal, en el banquillo de los acusados?

Y, ¿puede alguien dudar lo cuidadosos que serían nuestros políticos si tuvieran la obligación (olvidada) de rendir cuentas de sus actos?

Pero, ¿alguien puede hoy  atreverse a soñar que las Cortes Españolas discutan (solo discutan)  una Ley para  juzgar las conductas, premiar las buenas y castigar  las malas, de nuestros políticos? Yo no.

 

Nota

 

De entre las muchas entradas en Internet sobre los Juicios de Residencia, hay dos que son, a nuestro entender, especialmente claras e interesantes: