Hasta
la profunda Galicia me llegan interesantes noticias, no sé si son bulos fascistas,
globos sonda progresistas, o verdades como puños; pero, por su interés, las difundo.
A
partir del final del verano, el doctor Sánchez, presidente del Gobierno del
Reino de España, va a imponer una nueva y muy sabia ley para regular el
“insulto democrático”.
Gracias
a ella, cuando cualquier ciudadano, incluidos todos, se le ocurra llamar ca…con
pintas, hijo de p…, mari…de mie…, al doctor plagiario, o al honorable
Puigdemont, se va a pasar entre dos y tres años en la trena; ahora bien, si dice
las mismas cosas del Jesús de Nazaret o del Rey de España, los insultos
transmutarán en méritos y más derechos a subvención.
Y,
si a otro, o al mismo ciudadano, se le ocurre llamar vieja fea, marima…tortill…y
gua..., a la mujer del presidente o a la vicepresidenta del Gobierno del Reino
de España, le van a caer entre tres y
cinco años en la cárcel; pero si dijera lo mismo de la Virgen María o de la
Reina de España, sacaría de premio una estancia, con viaje incluido, en una
mansión de Matalascañas.
¿Será
lo que escribo un bulo fascista, un globo sonda progresista o una verdad como
puños?
Cómo
antes se decía: qui lo sa
No hay comentarios:
Publicar un comentario