Hoy, 19 de agosto, es un día importante para mi familia, es el santo de mi nieto, de mi hijo y de mi abuelo, los tres se llaman Luis; nombre que, aunque de segundo, también compartimos mi padre y yo.
Cuando
el mismo día de 1860, en Pradoluengo, nació el primero de sus hijos, sus
padres, Fermín y Felipa, no lo dudaron, pusieron a mi abuelo de nombre Luis.
Y,
pensando en ello, me doy cuenta de la importancia que tiene el nombre, implica,
significa, es, el signo voluntario y orgulloso de la continuidad de la familia. La sangre, es
ley de vida, se diluye: en la sangre de mi nieto Luis apenas queda algo de la
que corría por las venas de mi abuelo Luis, muy poco de la de su padre, Fermín
y, casi nada en la de Isidoro, su abuelo.
Sí,
hoy, pasados los años, la sangre se ha diluido y la vida ha cambiado; pero, porque
mantenemos el mismo nombre, mi familia, nuestra familia, se ha mantenido y,
aunque algo, no ha cambiado.
¡Muchas
felicidades abuelo!, ¡Muchas felicidades hijo!, ¡Muchas felicidades nieto!
Y,
para añadir más alegría, porque hoy, 19 de agosto, es su santo: ¡Muchas felicidades
para mi nuera y para mi nieta!, las dos
se llaman Mariana.
1 comentario:
Mi querido José Luis: Mi nombre es Jorge Luis y,...todos los hermanos y hermanas Dalda Mouron, tenemos, de segundo, el nombre Luis o Luisa. La razón me la dijo mi madre: "...por devoción a San Luis, obispo de Toulose" (en la Provenza francesa) y su fiesta (19 Agosto).
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