Una de estas noches atrás tuve una pesadilla, fue áspera, muy áspera, tan áspera que me desperté sentado en la cama, contando y recontando, al mismo tiempo, desesperadamente, con la mente y con los dedos.
2030, 2030 menos 2009, son 21, seguro que son 21 y 65 más 21 son, son 86. Menos mal, gracias Dios, me puedo dormir tranquilo.
Inmediatamente, ya del todo calmado, seguí durmiendo, como siempre, sin ninguna pesadilla.
Un ángel, acaso un ángel, me había revelado el año de mi muerte. Que pesadilla.
1 comentario:
el año de tu muerte!!! eso me parece excesivo!!!!
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