El pasado viernes, aún con la resaca de la Huelga General del pasado día 29 de septiembre, el delicioso artículo que Marcelo Arduz Ruiz, miembro de la Academia de la Lengua, publica en el periódico La Prensa de la ciudad de La Paz (laprensa.com.bo), sobre el origen, absolutamente absurdo, de la palabra “canguro”.
Aunque leer y degustar la columna Curiosidades del Lenguaje que publica con asiduidad el Académico de la Lengua Marcelo Arduz Ruíz en el periódico La Prensa de la ciudad de La Paz ( http://www.laprensa.com.bo/noticias/1-10-2010/noticias/01-10-2010_4784.php) es siempre un enorme placer, el pasado viernes, cuando en España aún estábamos con la resaca de la Huelga General del día 29 de septiembre, Marcelo Arduz Ruiz nos ha regalado un especialmente delicioso artículo sobre la palabra canguro.
En síntesis, explica el autor, la palabra canguro, en español, viene de kangoroo, la palabra inglesa que da nombre al marsupial australiano y que esta palabra viene de la expresión, kun – u – ru que en una de las doscientas y pico lenguas de los aborígenes australianos significa “no entiendo”. Cuando un miembro de la expedición de James Cook preguntó a un aborigen cual era el nombre del extraño animal que veían por primera vez ojos europeos, este contestó con un gutural kun – u – ru, que rápidamente fue transformado por el joven naturalista de la expedición, Joseph Banks, en kangoroo y de ahí a nuestro canguro en español y a los canguros del resto de los idiomas europeos. Es decir, el origen del nombre europeo del marsupial canguro no tiene ninguna relación con este especialísimo animal sino con el “no entiendo” del nativo australiano al que se le preguntó en nombre del animal en inglés.
Es una gran suerte haber leído este nuevo artículo de Marcelo Arduz Ruiz, una vez más con sus Curiosidades del lenguaje, me ha recordado las cosas importantes de la vida: Las sorpresas agradables, la bondad del saber, la curiosidad que nos enriquece y hasta los errores que nos hacen aprender.
Mi agradecimiento a Marcelo Arduz Ruiz por su trabajo y a La Prensa de la Paz por publicarlo.
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