Para conseguir
que el actual Gobierno dé marcha atrás
y, sobre todo, no profundice en la reforma educativa que se está
planteando, padres de alumnos y estudiantes de la enseñanza pública han
impulsado una huelga de tres días en los institutos de enseñanza secundaria. Parece que tanto los
padres como los chicos están satisfechos con el modelo socialista de educación
que lleva vigente más de veinte años en España.
Yo pienso que actual modelo es malo, muy malo y muy caro. La inversión en educación en
España es bastante mayor que la media europea y los resultados obtenidos quedan
bastante por debajo de la misma media.
Por ello, y como un argumento más a favor de la
introducción de los cambios que propone el Sr. Ministro de Educación, me
permito comentar el incidente acaecido en la ciudad de Mérida, capital de la Comunidad Autónoma
de Extremadura: Un grupo de estudiantes
de secundaria, adolescentes de entre 15 y 17 años, han asaltado un colegio
católico de Mérida.
Los estudiantes,
portando banderas republicanas, en su ataque, lanzaron
frases como "¡Dónde están
los curas que los vamos a quemar!" “¡Curas pederastas!” o “¡Más
Filosofía y menos Teología!”,
provocaron, voluntaria o involuntariamente, heridas a una profesora y llevaron a cabo otros desmanes.
Los mencionados adolescentes afirmaron posteriormente que ellos estaban protestando pacíficamente
contra los cambios que el actual gobierno
está introduciendo en la enseñanza y
que exigen sea “pública y de calidad”.
Es especialmente relevante la actitud de algunos de los estudiantes que en el ataque portaban teléfonos móviles para, según decían ellos mismos, amenazar a los profesores del colegio asaltado, "¡Tú tócame, que te grabo y se te cae el pelo porque soy menor!”
Y, por supuesto, también es relevante que aunque en un comunicado los legalmente
irresponsables adolescentes, nieguen
todo lo anteriormente escrito, en la tarde del mismo día, según los medios de
comunicación, alguno de los mismos manifestantes, en las redes sociales profirió
nuevas amenazas al colegio católico y a
los alumnos del mismo: “¡Os parecerá una
auténtica broma lo ocurrido esta mañana al lado de lo que os
vamos a hacer mañana!”
Para terminar, pienso que cuando no se enseña a los
niños a hacer las cosas bien, a ser responsables de lo que hacen y de lo que
dejan de hacer, cuando no se prima el esfuerzo y el buen hacer, cuando se
procura que nadie destaque y se premia la mediocridad, se está preparando el
que mañana nuestros adultos sean cualquier cosa menos buenos y honestos
ciudadanos capaces de ser felices y de hacer felices a los demás.
Por ello, mis parabienes al Sr. Ministro de Educación
del Gobierno de España, que está procurando y deseo lo consiga, un mejor modelo de educación
pública para nuestros niños y para nuestros jóvenes.
Nota:
Cuando veo los comportamientos de algunos padres de
alumnos y de no pocos estudiantes de la enseñanza
pública, me viene a la memoria la
pancarta que vi hace unos años en La
Paz (Bolivia), en una
manifestación de alumnos de las escuelas de magisterio de ese hermoso país, decía: ¡La
enseñanza es un derecho, aprobados para todos¡.
No hay comentarios:
Publicar un comentario