Aún espantado por la tragedia del avión Airbus A320 de la compañía Germanwing, filial de Lufthansa, en su vuelo Barcelona – Düsseldorf, el 24 de marzo,
al igual que muchas personas en España, respiré con alivio al saber que la
compañía y su tripulación eran alemanes y que, aunque lo sentía mucho, responsabilidad
del drama, correspondía a Alemania y a los alemanes.
Por supuesto,
en los primeros momentos, como todo el mundo, pensé en un fallo indetectable en
alguna parte del avión, nunca en un
error humano y menos todavía en un mal
mantenimiento de la aeronave. Claro que,
me dije entonces, ¿qué hubieran pensado millones de alemanes, y qué hubieran publicado sus periódicos o qué
comisiones de investigación, porque había víctimas alemanas, hubiera reclamado la poderosa Canciller de
Alemania, si el Airbus A320 hubiera sido
de Iberia Express,
filial de Iberia?
Más tarde, cuando se ha sabido que el causante de la muerte de las 150
personas había un joven copiloto alemán, con muy pocas horas de vuelo, enfermo y no
controlado por los servicios médicos y de seguridad de Lufthansa, me he preguntado también: ¿Qué hubieran pensado los
alemanes si este pobre chico se hubiera llamado López? ¿Qué hubieran publicado
los medios alemanes si los psicólogos y los médicos que habían tratado a lo
largo de los años al copiloto López hubieran sido españoles? ¿Qué reclamaciones
hubiera hecho el gobierno alemán al español por el nulo control de los
organismos españoles sobre la autorización para volar que habrían concedido al
Señor López?
Por supuesto, en los medios de comunicación alemanes
se habla de la corrupción que hay en España y tienen razón al criticarla pero, me pregunto: ¿Estarán los alemanes
orgullosos de que una de las empresas ejemplo de corrupción sea alemana? ¿Les alegraría que en España se publicasen todos los
días los millones de euros que esa empresa ha pagado en todo el mundo para comprar voluntades? Y ¿sería justo que
los españoles pensásemos que todos los alemanes con corruptos?
Es evidente que el España algunas veces
somos extremistas y los alemanes y sus medios de comunicación se alarman por el
ascenso de los “comunistas” de Podemos, pero, ¿qué pensarían los alemanes y qué dirían sus medios de comunicación si en España, casi todos los días, aparecieran
noticias sobre el crecimiento constante de muy peligrosos movimientos neonazis
en toda Alemania?
Es evidente que los alemanes y sus medios
de comunicación de quejan, con razón, de
lo manirrotos que han sido los gobiernos del sur de Europa y del desastre de
Grecia, pero; ¿Qué dirían los alemanes y sus medios de comunicación si en los
periódicos y en las televisiones españolas, francesas, irlandesas, portuguesas y griegas, todos los días se recordase cómo
gestionaron ellos su economía en los años 30,
que Hitler llego al poder ganando
las elecciones y que Alemania salió adelante gracias a que el resto de los europeos les perdonaron
las deudas por los daños que habían causado
durante la guerra, y a la ingente ayuda de los norteamericanos?
Pues bien, aunque pueda perecer lo
contrario, me gusta Alemania, me gustan los alemanes y creo firmemente que ellos y su país tienen muchas virtudes, pero la verdad es que
los ciudadanos y los medios de comunicación alemanes deberían pensar un poquito y
recordarse a sí mismos, por el
bien de todos, que también
en Alemania cuecen habas.
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