lunes, 25 de mayo de 2015

689. DE LAS ELECCIONES AUTONÓMICAS Y MUNICIPALES DE MAYO 2015


Ayer, 24 de mayo de 2015, En España se celebraron elecciones y su resultado ha sido un cambio absoluto en el poder autonómico y municipal.

En una primera aproximación,  decir que los partidos tradicionales, Popular y Socialista se han dado un batacazo. Muchos de los ciudadanos  que les han votado durante  años han optado por los nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos.

En una segunda aproximación, resaltar  que,  en España,  hemos pasado de “ser de derechas” a “ser de izquierdas”, que el Partido Popular ha dado  paso a la suma del Partido Socialista y Podemos; y que ha irrumpido con fuerza Ciudadanos, un partido nuevo que está en el centro del panorama político y con el que unos y otros han de contar.

En una tercera aproximación, siendo ciertas  las anteriores, en mi opinión, la realidad es que en España y en los españoles, no ha cambiado nada: como siempre ha sucedido,  los ciudadanos han votado las ofertas electorales que, porque ofrecen cercanía a la realidad social, honestidad y soluciones a los problemas de la gente, merecen ser votadas y que las opciones  donde parece campar la soberbia, la corrupción  y las medias verdades, han sido castigadas.

El Partido Socialista está demasiado marcado por los desastres de la etapa del Presidente Rodríguez Zapatero. El Partido Popular que, hace cuatro  años tuvo extraordinarias mayorías, ha gobernado con prepotente  soberbia, ha incumplido sus compromisos con los electores,  ha estado enfangado en corrupción e  incluso, aunque ha conseguido que la economía española supere la crisis, ha sido incapaz de que la mejoría económica sea percibida y aceptada como un éxito de todos y no como el sacrificio de los más débiles a favor de unos pocos.

Ahora, el panorama político es y será complicado, gobernaran coaliciones de izquierdas en la mayor parte de las comunidades autónomas y en muchos ayuntamientos, pero no será sencillo que consigan grandes éxitos, los problemas son enormes, los recursos  pocos y el poder del Estado, al menos hasta las Elecciones Generales, seguirá en manos del Partido Popular.

Y, el Partido Popular, salvo el milagro imposible de que sus dirigentes abandonen la soberbia y en muy poco tiempo renueven, con líderes nuevos y sin mancha,  su oferta a los ciudadanos, lo normal es que pase a vivir en la oposición una muy larga temporada.


Evidentemente, las consecuencias de las elecciones de ayer, por el momento serán pocas, tendremos que esperar,  para gozarlas o sufrirlas, a que dentro de unos meses las Elecciones Generales decidan si vamos a ser gobernados por líderes de extrema izquierda, moderados de izquierda o si el poder se va  a compartir también con líderes de una nueva y sensata  derecha.

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