Hoy, 24 de septiembre de 2015, la Corte
Internacional de Justicia de La Haya, se ha declarado competente para entrar en
el fondo de la demanda de Bolivia contra Chile para que el Alto Tribunal obligue a Chile a
negociar de buena fe con Bolivia una salida soberana al
Océano Pacífico.
Desde la posición boliviana la decisión es un éxito,
por cuanto abre la puerta a una posible
sentencia favorable cuando la Corte entre en el fondo de la demanda. Desde la
posición chilena, aunque el fallo es un revés, al no afectar a la cuestión de
fondo, probablemente será asumido como un mero
contratiempo.
Ahora, el Tribunal de La Haya entrará en el fondo
del asunto que, en esencia consiste en
obligar, o no obligar, a Chile a negociar de buena fe con Bolivia
una salida soberana al Océano Pacífico.
El tema, sin duda alguna, es de extrema importancia tanto para Bolivia y los
bolivianos como para Chile y los chilenos, por ello, resumimos a continuación
los aspectos más relevantes del conflicto que distorsiona la convivencia entre
los dos países desde hace más de cien años.
1.
Como
consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879-1883) y del Tratado de Paz y Amistad
del 20 de octubre
de 1904 entre los dos países, Bolivia perdió, a favor de Chila, 120.000
kilómetros cuadrados de su territorio y 400 kilómetros de costa en el
Océano Pacífico.
2. Para Bolivia y para los bolivianos, la pérdida del mar ha sido,
durante todo el siglo XX, y lo sigue siendo en la actualidad, la gran tragedia
nacional. Por ello, desde siempre, han intentado ponerle remedio mediante un acuerdo con Chile para que
este país ceda a Bolivia un espacio de litoral y un corredor terrestre que
enlace ese litoral con su actual territorio, ambos con soberanía.
3. Chile, consciente de la importancia que tiene para Bolivia la
salida al mar, desde los años veinte del siglo pasado, en varias ocasiones ha
entablado negociaciones con Bolivia para
resolver el problema, incluso, los presidentes Banzer de Bolivia y Pinochet de
Chile, en el año 1975, estuvieron muy cerca de cerrar un acuerdo.
4. Ya en este siglo, en el
año 2006, el presidente boliviano, Evo Morales y la presidenta chilena, Michelle Bachelet acordaron
iniciar un proceso de diálogo de 13 puntos que incluía el tema marítimo. Sin embargo,
como en ocasiones anteriores, no se llegó a ningún acuerdo y continúa el enclaustramiento boliviano en su mediterraneidad.
5. Ante la ausencia de resultados, con el apoyo cerrado de todos los
bolivianos, en abril de 2013, Bolivia abrió un nuevo camino para alcanzar
la ansiada salida al mar: planteó ante la Corte Internacional
de Justicia de La Haya una demanda contra Chile en la que solicitó al Tribunal Internacional que obligue a Chile a abrir negociaciones de buena fe para procurar un espacio con soberanía en el litoral y en el
corredor que enlace el Océano Pacífico con Bolivia.
6. El fundamento jurídico de la demanda boliviana, muy bien
elaborado, es la teoría de los hechos
unilaterales de los estados; teoría esta que sostiene que “los actos
unilaterales de los Estados” consistentes en promesas de las más altas
autoridades de un país (Jefes de Estado, Primeros Ministros o Ministros de
Exteriores) a las autoridades del otro país, e incluso sus declaraciones
públicas sobre un tema, pueden crear la obligación para el Estado al que
representan de cumplir las promesas formuladas.
7. Ante la demanda boliviana, Chile, además de impugnar la competencia de la Corte Internacional de
Justicia de La Haya para juzgar el contencioso (que hoy ha desestimado el Alto
Tribunal), tiene a su favor tres argumentos: El primero es que el Tratado de 1904 fijó la frontera entre Chile y Bolivia; el segundo
es que Bolivia tiene acceso al mar en virtud del mismo tratado; y el tercero, en contra de lo planteado por
Bolivia en relación con los actos unilaterales de los Estados, es que, como
sucede en todos los procesos de negociación, cualquier acuerdo parcial no
genera obligación alguna hasta que se ha alcanzado, aprobado y ratificado el
acuerdo global; y ello es así por cuanto atentaría contra el principio general
de seguridad jurídica y haría imposible que hubiera ningún tipo de negociación
compleja si los acuerdos parciales tuvieran validez sin que estuvieran
incluidos y refrendados en el global de la negociación.
8. La decisión de la Corte Internacional de Justicia de la Haya
sobre el contencioso tardará meses y,
sea cualquiera su sentencia, para mal, estaremos en una situación similar a la
que vivida durante los últimos cien años, un nuevo e inmediato proceso de negociación obligado por la CIJ o,
un tiempo más tarde, por la mera voluntad de las dos partes, nuevas
negociaciones para dar salida a un tema que es malo para los dos países.
En todo caso,
antes o después Chile y Bolivia volverán a negociar la salida al mar, pero, mucho
me temo que una y otra vez no será
posible llagar a un acuerdo por cuanto existe un muy grave problema que no figura en ningún documento pero que
subyace en los posicionamientos de ambos países: Las
actitudes de desconfianza de las autoridades y de los ciudadanos bolivianos y chilenos, que consideran
no fiables ni a los gobernantes autoridades ni a los ciudadanos del otro país,
y que ven imposible llegar un acuerdo serio y definitivo que
pueda cerrar definitivamente el conflicto.
Por ello, entendemos que para resolver el drama que es para
Bolivia no tener mar y para Chile estar siempre a mal y enemistado con su vecino,
ambas partes, han de trabajar buscando un
acuerdo en el que ambas partes puedan ganar y hacerlo bajo premisas
de buena voluntad, confianza
mutua y cooperación sincera, premisas que hoy por hoy, para mal de todos,
creemos, con la esperanza de equivocarnos, que no se dan en el pensamiento de los bolivianos
y tampoco en el de los chilenos.
Dos notas adicionales:
- Un problema adicional para dar la salida al mar a Bolivia es que Chile firmó con Perú, el tres de junio de 1929, un tratado por el que los Gobiernos de Perú y de Chile no pueden, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a Bolivia la totalidad o parte de los territorios por los que podría darse la salida al mar. Es decir, aún en el caso de que Chile estuviera dispuesta a ceder a Bolivia parte de su territorio, Perú podría, con todo el derecho del mundo, negarse a ello.
- Acaso es posible que quizá, los bolivianos primero, los chilenos más tarde y los peruanos al final, acordasen, dentro de un gran acuerdo de cooperación entre los tres países, crear un espacio de soberanía compartida, que situado al sur de Perú, al Norte de Chile y al Oeste de Bolivia, llegase desde el Océano Pacífico hasta Charaña.
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