En España vivimos tiempos difíciles, ocurren tantas cosas y tan malas que, cuando
pienso en las que suceden fuera casi no me atrevo a pensar en ellas y, menos aún, a
comentarlas.
Estamos sin gobierno (con un gobierno en funciones que es
casi lo mismo) y parece que, porque los
políticos no se ponen de acuerdo, pasarán meses hasta que, después de unas nuevas elecciones, haya en
Madrid un Presidente investido en el Congreso de los Diputados. El Parlamento
de Cataluña ha elegido un Presidente separatista con la misión de conseguir, en
dieciocho meses, la independencia de España. Hoy se ha abierto el Juicio del
caso Nóos, en el que van a ser juzgados, además de otros, el cuñado y la hermana del Rey de España. Las
grandes empresas españolas comienzan a sufrir la desaceleración económica de
los países emergentes y el resto de las noticias económicas apuntan nuevos problemas. Los medios de comunicación ofrecen
noticias sobre el renacer de la cristiano fobia de los ultra progresistas y la
progresiva indignación de los ultra católicos. Y, solo para terminar la lista,
añadir que está dentro de lo probable que, porque estamos amenazados, suframos
un nuevo atentado Yihaidista.
Además, para animarnos, tenemos en Europa el problema de
los refugiados, los ataques a mujeres por bandas de energúmenos solicitantes de
asilo mezclados con bandas, parece que organizadas, de
norteafricanos, las demandas de los británicos para seguir en la UE, etc.
Parece que todo es, o al menos lo parece, entre malo y
muy malo.
Y, en consecuencia,
para salir, aunque sea magullados, de la actual situación, entiendo que es
importante mantener la serenidad, usar el sentido común y buscar soluciones,
para resolver, uno por uno, todos los
problemas que nos acosan.
Por ello y porque, aunque lo parezca, los problemas no son nuevos, los hemos vivido
nosotros, nuestros padres o nuestros abuelos, bien o mal los hemos resuelto y están en nuestra memoria colectiva, creo que
todos necesitamos recordar, reflexionar y
sacar conclusiones sobre los grandes
éxitos que hemos tenido en el pasado, que han sido muchos, y recordar también
los no pocos errores que hemos cometido,
para buscar soluciones que, al menos, no sean repetir los mismos errores.
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