AÑORANZA DE HAMMURABI
Hammurabi, Rey de Babilonia, 1800 años antes de Cristo, para poner orden y asegurar la convivencia entre sus súbditos, dictó su Código jurídico, el más completo, sin duda, el más equitativo de la antigüedad y, probablemente, el más justo de cuantos han existido en la Historia, es el conocido como Ley del Talión.
Para ser breve, decir que la palabra talión (deriva de tallos o tale, en latín), significa “idéntico” y que en ella se resume lo que en nuestros días entendemos como “principio de reciprocidad”: vida por vida, ojo por ojo o diente por diente.
Y, esto es lo más importante y, especialmente novedoso en su tiempo (y quizá ahora), es que Hammurabi, con su Código, eliminó de su gran imperio ese modo que, desde siempre, han usado los hombres para “hacerse justicia”, que es la venganza. Más a más, Hammurabi, al prohibir la venganza también hizo desaparecer, para siempre, esa cadena infinita de venganzas que hace nacer la primera venganza.
Pues bien, en nuestros días, el gobierno social comunista de España está haciendo todo lo posible por enfrentar, acaso hasta la muerte, a una parte de la sociedad, la que el doctor Sánchez afirma representar, contra la otra parte de la sociedad, la de quienes pensamos que con la Constitución de 1978 y la Ley de Amnistía, quedaron borrados, sin motivo de venganza, los crímenes de la República, de la Guerra Civil y de sus secuelas. Y, el doctor Sánchez, además, está cometiendo actos que, ¡es terrible!”, son la más pura pura venganza de quienes hoy gobiernan frente a quienes, hace ochenta años, ganaron (el pasado no se puede borrar) la guerra.
Y, para mayor desgracia, si el doctor Sánchez y su gobierno social comunista siguen agrediendo, cada vez más duramente, a la mitad de los españoles, si estos no reciben justicia, ¡qué horror!, están llamando a la venganza.
Y, porque el doctor Sánchez, además de inepto en las cosas de gobierno, es un mentiroso compulsivo al que nadie, ni los suyos, puede creer, y ha sobrepasado con mucho la posibilidad de redimirse y ser creído, por el bien de España y de todos, incluidos sus votantes, los españoles, debe marcharse.
Así, Dios lo quiera, si el doctor Sánchez se marchase, nos haría el inmenso regalo de poder olvidarnos y no añorar Hammurabi, el gran Rey de Babilonia.
1 comentario:
Buen artículo, conciso, erudito y acertado
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