LA BOLA DE FUEGO Y EL MILAGRO FALLIDO
Según afirma mi amigo Gaspar, con él, hay en la derechona nacional muchos y muchas, beatas que hacen novenas, rezan rosarios, recitan letanías en latín, se castigan con cilicios, algo ayunan y se abstienen un poco de la carne, todo ello para pedir al Cielo el mayor de los milagros.
Y hoy, lo sé porque mi bella gitana me lo sopló el otro día, “viejo goteroso, guarda silencio, te digo, pero desconfía y no te acerques, mientras quede nieve en las calles, a quien lanza culebras por la boca y gusta de usar sucia coleta, el Cielo siempre responde a quien con fe reza, y riega sus oraciones con suficiente esperanza”
Pero, ¡maldita sea la vieja tecnología!. Atendidas las imploraciones de los meapilas derechones y, también de las beatas derechonas, el Arcángel de las Bolas de Fuego lanzó una, lo suficiente, directa al sur de Madrid, justo sobre la cas que, antes de convertirse al dios del dinero, ocupaba el Señor de la muy Cochina Coleta.
Pero, otro pero, y este más peor pero. En sus rezos un tal Jorge, parece que es del clero, conocedor de qué pasa en Vallecas, al Arcángel avisó: “que aquí, buen Arcángel, ya no vive nadie que use cochina coleta”
Y, el Arcángel, ¡menos mal!, escuchó; y porque para cambiar la trayectoria era demasiado tarde, antes de llegar al suelo, de la bola abortó la gran explosión.
Así, mi querido amigo Gaspar, con todos los meapilas que conoces, has de ponerte de nuevo y desde el principio, a rezar, a ver si ahora el Arcángel se entera y apunta la bola mejor.
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