En estos tiempos convulsos y quizá porque soy mayor, recuerdo una y otra vez las pequeñas frases que mi padre usaba en la familia para
explicarnos de forma sencilla el ser y el deber ser de las cosas importantes
para nuestra educación. Y, ahora, en estos días, resuenan en mis oídos las
cinco palabras con las que él disculpaba las debilidades y los errores de los clérigos
y enaltecía el bien inmenso que es la Doctrina de la Iglesia, son estas: del
cura lo que diga…
Una advertencia, lo que escribo a continuación puede contener
un enorme cúmulo de errores y puedo estar muy, muy equivocado, pero creo que,
también lo ha dicho el Papa Francisco, en la Iglesia cabemos todos y
Dios nos dio la cabeza para pensar, no puedo dejar de expresar lo que ahora veo
y, sobre todo, siento.
Y, porque lo aprendí muy bien, cuando veo “el lío” en que
está metido el Papa Francisco con el Opus Dei, no dejo de repetirme a mí mismo
lo que decía mi padre, del cura lo que diga, a fin de cuentas, con la
tiara y sin ella, el Papa Francisco es un cura y lo importante es lo que dice y
hay que disculpar lo que hace.
Además, durante toda mi vida y aún ahora, también porque me
los enseñó mi padre, creo firmemente que los 10 Mandamientos que Dios entregó a
Moisés; la Iglesia, desde antes de nacer, hizo suyos; y los sacerdotes, los
curas, no han cesado nunca de repetir, son verdades absolutas que los
católicos, y todos los hombres de buena voluntad, debemos obedecer.
Y, hay dos mandamientos, el séptimo y el décimo, que dicen así: No robarás y No desearás los bienes ajenos.
El Opus Dei, en datos grandes, aproximados y no seguros,
tiene actualmente 93.000 miembros, de ellos unos 2000 son curas, sacerdotes es
la palabra correcta; 28.000 son numerarios, no son sacerdotes, son laicos que dedican
su trabajo, el dinero que ganan y su vida toda a la Obra; y 63.000, son muchos,
supernumerarios, laicos también, que cumpliendo unas normas bien definidas y
entregando una parte de sus ingresos, hacen lo que podríamos llamar “vida
normal” en la sociedad.
Al mismo tiempo, el Opus Dei posee un patrimonio que diversas
fuentes estiman superior a los 2.300 millones de euros y que, dado el gran
esfuerzo de sus miembros, especialmente de los numerarios; y una muy buena
administración, se emplea con eficiencia para hacer el bien y no deja de crecer.
Pues mira por dónde, ahora, el Papa Francisco, ha decidido, parece, que el Opus Dei, va a ser en el futuro una
organización solo de sacerdotes de la que quedarán excluidos los numerarios y
supernumerarios; y ello implica que el actual patrimonio de la Obra se queda en
manos de los clérigos y el resto, los que han puesto la mayor parte del dinero
y el trabajo durante años y años, ¡a la calle, allá te las compongas!; por
supuesto, acaso no pocos obispos pueden estar muy contentos, el Papa Francisco
les ha dado el mando sobre lo que haya del Opus Dei en sus diócesis, incluida las llaves de las cajas.
Y claro, no lo puedo remediar, eso de echar a la calle a los
no curas y quedarse, parece, con lo que todos y cada uno han aportado, en mi opinión, se
llama robar, y lo que vemos en los periódicos pasa en Barbastro tiene toda la pinta
de que es eso de desear los bienes ajenos…y poner los medios para conseguirlos.
Pero, me digo, a pesar de todo, a pesar de los malos
clérigos, incluidos papas y cardenales, hagan lo que hagan, mi padre tenía
razón, del cura lo que diga, y yo me permito añadir, aunque haga
lo que haga.
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