Por diversos motivos me veo en estos momentos obligado a reflexionar, para ofrecer caminos de solución a un grupo significativo de pequeñas empresas que, creadas con el propósito de crear puestos de trabajo para personas con discapacidades psíquicas o físicas serias, se encuentran en posiciones competitivas muy débiles y pueden verse abocadas al cierre.
Estas empresas, en su mayoría, han nacido a partir del comienzo de siglo, con el impulso de asociaciones sin ánimo de lucro, el apoyo de instituciones privadas y la ayuda de las administraciones públicas. Tienen como principal y casi única finalidad la de generar puestos de trabajo para personas que difícilmente pueden acceder al mercado laboral.
El tamaño de las empresas, al igual que el volumen de negocio, es muy pequeño, su eficiencia limitada, la capacidad de gestión escasa, sus resultados arrojan pérdidas y cada día que pasa la posibilidad de recibir apoyos institucionales, públicos o privados, se reduce más y más.
Si estuviéramos hablando de empresas “normales”, con empleados “normales” creo que no tendría ninguna duda: Vivimos en un entorno competitivo en el que quien no puede supervivir, es una pena, tiene que cerrar y buscar otro camino.
Pero estamos ante algo muy diferente, estamos ante la oportunidad, que se puede perder, para muchas personas, de avanzar en su integración social, asegurar su supervivencia económica y poder vivir, con su discapacidad, una vida normal, integradas en la sociedad.
Hasta ahora solamente he llegado a cuatro conclusiones básicas:
Hay que encontrar caminos para que estas empresas sean rentables y puedan supervivir por sí mismas, ahora en medio de la crisis, y luego cuando el ciclo cambie puedan crecer y competir en el mercado abierto. No debemos permitir de ninguna manera el cierre de estas empresas.
Los caminos están en el uso de la inteligencia, en el saber hacer y en la habilidad de quienes han asumido el desafío de luchar con éxito frente a las limitaciones que genera la discapacidad.
El mayor reto creo que se encuentra en conseguir e integrar en la gestión de estas empresas o en la de las que en futuro se puedan crear, un poco de la mucha capacidad de gestión disponible en la sociedad que no está siendo utilizada y se encuentra disponible para quien sea capaz de atraerla e ilusionarla en proyectos de economía social.
Este tipo de empresas, al igual que cualquier otra, para supervivir y conseguir su meta, crear empleo para personas con discapacidades serias han de conseguir resultados económicos suficientes para asegurar, por sí mismas, su supervivencia.
Como se puede ver, estamos ante una oportunidad muy compleja. Espero que a lo largo de las próximas semanas podré aportar ideas concretas y operativas para afrontar el desafío que ofrece la oportunidad.
viernes, 1 de agosto de 2008
179. UNA OPORTUNIDAD MUY COMPLEJA
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