Me irrita, y como me estoy haciendo mayor, me irrita cada vez más, leer o escuchar a empresarios, directivos, sindicalistas, profesores y, lo que es peor, a estudiantes y gentes de la calle, que el objetivo de la empresa en ganar dinero para sus propietarios.
No, el objetivo de la empresa, independientemente del propósito de sus propietarios, es como la de todos los seres vivos la supervivencia.
Evidentemente, para supervivir, la empresa tendrá que, primero, crear y fidelizar clientes, asegurar que sus productos y servicios son y van a seguir siendo demandados, disponer de empleados capaces y motivados, innovar, cuidar su tecnología, cuidar el medio ambiente, contribuir al bienestar de la sociedad, pagar a quien le presta dinero y, por supuesto, tener beneficios para invertir y retribuir a sus accionistas.
Ganar dinero es obligatorio para la empresa, pero es solamente un objetivo parcial que por si solo no asegura el éxito a largo plazo, ni, por supuesto la supervivencia.
Para la empresa es sencillo ganar dinero un tiempo, pero es muy difícil asegurar la continuidad.
¿Que ha pasado con tantas magníficas empresas que durante muchos años empresas estuvieron presentes, ganando dinero, en la vida económica y social de medio mundo? Simplemente no fueron capaces de supervivir y murieron.
Hay millones de empresas en el mundo ¿Cuantas tienen medio siglo?
No, el objetivo de la empresa no es ganar dinero, es supervivir y esto que es muy claro en las empresas de lo que llamamos la economía social, es igualmente cierto para todas las empresas.
Probablemente la habilidad que más han de desarrollar los líderes empresariales en la de integrar los intereses, muchas veces encontrados, de accionistas, proveedores, clientes, empleados, directivos, comunidad local, o ministerios de hacienda, que tratan de obtener para sí más que para el resto, socios imprescindibles, para la continuidad de la vida de la empresa.
No sería malo que volviéramos a leer todos al sabio Peter F. Drucker que desde hace medio siglo ya repetía y repite estas ideas que yo compré, y me valen todavía, cuando era estudiante de la mano del maestro Martín de Nicolás.
2 comentarios:
Apúntame a mi también en la sección de irritables cuando oigo esa frase, y mas aun cuando la escucho de los que forman parte de la Generación Y, que se les supone al menos, otra escala de valores.
Desde Barbastro (Huesca) salu2 jo@quin
Agradezco por este artículo, soy estudiante de Ingeniería Industrial y hace poco en clase de Mercadeo, caí en este grave error, lo que me ha motivado a leer más y actualizarme, encontrar Internet como una herramienta importante generada para un mundo donde se disminuya la ignorancia, apreció tus opiniones, gracias por compartir esto tan importante para personas de mi generación.
Desde Colombia: @JohaAntolinez
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