En España, si un ciudadano pide al banco o a la caja de ahorros una hipoteca, está obligado a pagar la totalidad del dinero recibido con sus intereses. Más aún, si alguien no puede pagar unos meses la hipoteca, el banco se queda con la casa, al valor que esta tenga, de acuerdo con la tasación que hacen expertos pertenecientes a empresas que son parte de los bancos o cajas, y si ese valor no es suficiente para cubrir la deuda, el ciudadano puede ser y de hecho lo es, perseguido hasta la muerte para que pague la diferencia.
Es decir, el ciudadano puede recibir un dinero del banco para pagar su casa mediante la formalización de la hipoteca, pero si al cabo de uno, dos, tres o n años, por el motivo que sea, deja de pagar, el banco no solo se queda con la casa a un valor que puede ser menor o mucho menor, del que costó y el ciuadadano además, perdida ya su casa, puede tener que estar trabajando toda su vida para pagar al banco la cantidad inicialmente recibida, con sus intereses comisiones, gastos, etc., excluido eso sí, el valor de la casa cuando el banco de hizo con ella.
En suma, los prestamistas españoles, para asegurarse de que van a cobrar, de acuerdo con las leyes vigentes, no solo tienen la garantía del bien hipotecado sino también gozan del derecho a perseguir al deudor hasta que haya muerto y quedarse con la herencia.
Este hecho no tenía importancia cuando las casas subían cada año de valor, y mal que bien, con dejar la casa al banco el ciusdadano que no podía pagar quedaba libre. Sin embargo, ahora que bajan de precio los inmuebles, los bancos se van a quedar con las casas a precios mucho más bajos que el que tenían cuando prestaron el dinero, van a seguir cobrando durante años y años a las personas que por no poder pagar perdieron sus casas y, si tienen un poquito de suerte y se revalorizan las casas habrán hecho además un negocio extraordinario.
En los países anglosajones el sistema es diferente, el banco deja el dinero al ciudadano que pone la casa como garantía, si no se paga, el banco se queda con la casa, el ciudadano sin ella y aquí paz y después gloria.
Milagrosamente, el gobierno socialista de España tiene muy claro que hay que proteger a los bancos y no hay que cambiar un sistema que solo perjudica a los ciudadanos que, por la crisis no pueden pagar y pierden sus casas y cuyo cambio es demandado desde todos los ámbitos de la sociedad excluidos los bancos y las cajas.
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