Hoy ha sido día de
Huelga General en Cataluña a favor de la independencia, en defensa de la
república catalana y la liberación de los “presos políticos”. La huelga no ha sido apoyada por los grandes sindicatos
tampoco ha sido prohibida por ningún juez ni ha sido obstaculizada por el
gobierno español.
Como me preocupa en
extremo cuanto ha sucedido, está sucediendo y, sobre todo, lo que pueda suceder
en el futuro tanto en Cataluña como en
el conjunto de España, he dedicado cerca de dos horas a ver TV3, la televisión pública catalana, de
ideología separatista y propagandista de la independencia, que no ha sido
intervenida por el gobierno de España y emite, para quien la quiera ver, con absoluta
libertad.
Pues bien, he podido
ver la actuación de los piquetes de
huelga obstaculizando el paso
del AVE, interrumpiendo el
tráfico en las autopistas y cerrando el paso en la frontera con Francia e impidiendo el acceso a algunas universidades, y también he visto los rostros cargados de emoción y escuchado las palabras
llenas de pasión de los piqueteros, no
pocos niños, muchos adolescentes y el resto, con algunas excepciones, jóvenes en edad de estar estudiando.
Y me ha impresionado,
me ha impresionado mucho la intensidad
de sus sentimientos, la profundidad de sus
convicciones, su amor a Cataluña,
su voluntad de conseguir que esa parte de España consiga la independencia y,
¡qué triste!, lo engañados que están y la magnitud
de su ignorancia
He sentido una
profunda tristeza: ¡Qué
bien lo han hecho los líderes independentistas para conseguir que estos jóvenes y tantas otras personas
mayores hayan llegado a menospreciar
tanto a España y ansiar la independencia! o ¡Qué mal lo hemos el resto
de los españoles para evitar que sucediera esto!
No estamos en un
simple retorno a la dictadura de Franco, no, estamos en presencia del más puro
nacional socialismo, estamos ante el más puro nazismo, tenemos ante nuestros
ojos a los hijos más fieles de Göebbes.
El gran propagandista nazi alemán y los líderes catalanes comparten el mismo
principio: es la voluntad de vencer lo que conduce inexorablemente a la
victoria. Todos los fanáticos, los nazis, los revolucionarios comunistas y fascistas,
los yihaidistas y los fanáticos separatistas
comparten su fortísima voluntad, hasta la muerte, de victoria y, por supuesto,
todos los medios son buenos si su uso contribuye a la victoria.
Por supuesto, hay que
conseguir voluntades, hay que lograr apoyos, hace falta mucha gente que siga a
los líderes para conseguir la victoria. Y ganar voluntades se hace convenciendo con ideas, no importa que sean
verdades, no importa la mentira, solo importa la victoria y, es verdad, “una
mentira mil veces repetida se convierte en una gran verdad.
Siempre ha habido
separatistas en Cataluña, siempre una minoría, al principio de nobles y luego
de ricos, ha querido estar fuera de España. Primero trataron de sublevarse
contra su rey Fernando, que los detuvo
cortando algunas cabezas, porque era de
estirpe castellana, se casó con la reina
Isabel y, sobre todo, la verdad, porque les arrebató bárbaros privilegios feudales; saltando mucho en el
tiempo, inventaron su derrota en la
guerra de secesión cuando, al, solo participaron en la guerra de sucesión y eso al lado de otros
muchos españoles que, como ellos también perdieron; más tarde con
Napoleón, le quisieron engañar pero no pudieron, sesenta años después en la
primera república, y en la segunda…y ahora, los mismos y lo mismo.
Parece ridículo, pero
es verdad, en Cataluña, los líderes separatistas han conseguido que muchos niños, muchos jóvenes y no pocos
adultos crean de buena fe que Hernán Cortés, Santa Teresa de Ávila, Bartolomé
de las Casas, Leonardo Da Vinci, Miguel de Cervantes y Américo Vespucio fueron buenos catalanes…
Que España roba a
Cataluña, que Madrid quita las empresas a Barcelona, que los andaluces son
vagos, los gallegos falsos, los aragoneses torpes, los valencianos catalanes de
segunda, las televisiones españolas
mienten, en España no hay libertad ni democracia
y tampoco es justa la justicia española.
Hay en Cataluña
niños, jóvenes y mayores que creen que sus líderes son perseguidos por sus ideas, que
están por encima de la las leyes, que hay presos políticos y que en Cataluña no
hay libertad…y que, por supuesto, en Cataluña sus políticos nunca jamás roban o
han robado.
Mentiras, un cúmulo
de mentiras repetidas millones de veces en boca de los líderes separatistas y multiplicadas
en los medios de comunicación comprados por ellos con el dinero de
todos, TV3 es un ejemplo, se han
convertido en un cúmulo de verdades que han envenenado a los niños, a los
adolescentes, a los jóvenes y a personas
mayores que hoy han cortado las carreteras, han detenido el AVE y han hecho
huelga para pedir la libertad de unas pocas
personas detenidas por orden de un los juez, y reclamar la independencia de Cataluña que será la
Arcadia Feliz en la Unión Europea.
Lo hemos hecho muy
mal, creo que los españoles no tenemos más remedio que, para cambiar las cosas,
decir y repetir millones de veces, todas las que sean necesarias, la verdad. Es
imprescindible, para que los catalanes sepan y crean que Teresa de Ávila era de
Ávila, que Cervantes de Alcalá, que España no les roba y que para ellos lo
mejor que les puede pasar es seguir bajo el paraguas del Conde de Barcelona,
que es el rey de España.
Nota:
1 comentario:
Como siempre, Jose Luis, tu análisis es muy correcto. Es la historia terrible del fanatismo europeo. Templado en estos momentos, pero siempre a punto de estallar. El imperio del odio y la mentira. Que pena.
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