Cuando veo que
algunos clérigos, ya sean obispos, sacerdotes o miembros de órdenes religiosas,
incluidas las monjas, usan los edificios de la Iglesia, los templos, las ceremonias litúrgicas o se
asoman a medios de comunicación eclesiásticos o civiles, para defender
posiciones políticas radicales siento no
poca tristeza y, a veces, profundo
dolor.
Así, en estos días,
cientos de curas y algún obispo, excluyen de sus parroquias a
quienes creen que Cataluña es
España y claman a gritos a favor de la independencia de Cataluña, aunque no me
escandalizo demasiado, tengo la sensación de que ellos y yo no estamos en la
misma Iglesia. Bien es verdad que hace unos años cuando los curas vascos
protegían y apoyaban a los asesinos de ETA , en contra de quienes defendían la
paz y la justicia, tenía que hacer todos los días un gran esfuerzo para pensar
que ellos, además de cínicos cómplices de asesinatos eran miembros de la
Iglesia.
Por supuesto, que yo
sepa, ni los curas vascos, ni los obispos vascos, ni la Iglesia Vasca, han
pedido perdón a las familias de los muertos a los que ellos, de una manera u otra,
ayudaron a matar, y no lo harán probablemente, porque todavía piensan que
obraban bien,(como los imanes yihaidistas. Ni, también lo doy por supuesto, los clérigos
independentistas catalanes tampoco pedirán perdón, acaso porque piensan que hacen
el bien, por lo que han hecho, hacen y seguirán haciendo, como los imanes yihaidistas.
En las revoluciones
comunistas del Siglo XX, ¿hace falta que recuerde cuántos curas enviaron a sus
feligreses a la guerrilla o tomaron
las armas para matar cristianos, como los imanes yihaidistas?
En la Guerra
Civil murieron asesinados muchos
católicos, laicos, religiosos, sacerdotes, monjas y obispos; pero sus asesinos
tenían en sus filas, apoyando lo que hacían, a no pocos sacerdotes y, no lo sé
con certeza, algún obispo, como los fanáticos yihaidistas.
En las guerras de la
independencia, en la española y en las americanas también se distinguieron por su fiereza no pocos clérigos.
El cielo era la recompensa a su sacrificio, como los imanes yihaidistas.
Y en la Inquisición
no pocos clérigos sometieron a tormento y enviaron a la muerte, además de a judíos,
moros y laicos cristianos, a otros
clérigos…
Y, y, y ¿hacen falta más ejemplos?
¡Cuánto dolor han
causado, están causando y seguro causarán en el futuro clérigos fanáticos de la Iglesia!
Volviendo a mi dolor,
me pregunto a mí mismo: ¿Y yo soy, como ellos, miembro de la Iglesia?, la
respuesta es obvia: sí, lo soy, aunque
sean fanáticos, yo soy exactamente lo
mismo que ellos.
Pero, también me
digo, lo que sucede es que estos clérigos no son la Iglesia, solo son clérigos, y entre los
clérigos, como entre los laicos, hay fanáticos, ¿qué diferencia al párroco católico
protector de ETA del imán yihaidista del
Islam?
Para terminar, decir lo que más me preocupa y me
duele, es que la jerarquía de la
Iglesia, con estos clérigos, como con los pederastas y como con tantas otras cosas, no sabe, no puede o no quiere
hacer nada… y que las buenas gentes, en lugar hacer lo mismo que sus pastores, dejen de poner la X en sus
declaraciones de la renta, se hagan evangelistas o, simplemente, pasen del todo
de la Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario