UN GRAN DESASTRE QUE PARECE INEVITABLE
Durante muchos años, el 6 de diciembre, aniversario del nacimiento de la Constitución de 1978, lo normal ha sido celebrar el día con alegría y sin más preocupaciones que las propias de cada uno.
Sin embargo, en este terrible 2020, en el Año de la Pandemia, con más de sesenta mil españoles muertos, millones de familias arruinadas, más y más desempleados, hambruna anunciada y desgracias nunca imaginadas, el día de la Constitución ha servido para que, desde el mismo gobierno, se nos anunciase el propósito declarado de comunistas, separatistas y, socialistas, sí, también los socialistas, de destruir la Carta Magna y, con ella, lo que durante generaciones ha sido España.
Y, escribo esta página con mucho dolor y gran amargura; cuando pensaba, al igual que la mayoría de los españoles que, entre nosotros, la maldición de Caín, nuestras guerras fratricidas, con la Constitución de 1978 habían terminado, descubro ahora que, muy probablemente, estaba en un error y que un gran desastre parece inevitable.
El gobierno de España, integrado por socialistas y comunistas, con sus aliados separatistas, forzando las leyes y mintiendo mil veces, pretende acabar con la Corona, expulsar al Rey, y dividir España en tres o cuatro repúblicas, dictaduras socialistas, populistas y bolivarianas, en las que no cabe nadie que no sea comunista o socialista, obediente a un gobierno de bandidos sin principios ni alma.
Y, como los miembros del gobierno y sus aliados reconocen, cada día que pasa inventan y realizan una nueva agresión contra la parte muy importante de la sociedad española que es el centro y la derecha que, porque son respetuosas con la legalidad, asumen, callando, las provocaciones y maldades de los líderes socialistas (que no socialdemócratas) y comunistas.
Pero, al paso que vamos parece inevitable, puede llegar un momento en que las agresiones contra la Constitución, la Corona, la Justicia, los valores y la economía de las gentes, para una minoría de la derecha sean imposibles de soportar y, ante un nuevo ataque de comunistas, socialistas y separatistas, saltará y, enseguida, ya tendremos, con nueva vida, “las dos Españas”.
Y si de nuevo, empezamos a matarnos, porque comunistas, socialistas y separatistas se empeñan, creo que a efectos de dolores y desgracias, da lo mismo quienes, antes de la matanza eran los legales o los ilegales, quienes eran los buenos o quienes eran los malos lo que sí importaría es el dolor que unos a otros, nos habríamos causado.
Para terminar esta entrada, dedicada a lo que parece un gran desastre inevitable, quiero recordar que en la Primera República y en la Segunda República, los gobiernos “progresistas” , a base de perseguir a media España, terminaron en desastres; desastres que ellos mismos provocaron, porque, entre otras cosas, las izquierdas progresistas, salvo para destruir la riqueza y torturar a sus enemigos, de eficientes y capaces, como de todos es sabido, tienen muy entre nada y casi nada.
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