miércoles, 20 de diciembre de 2023

1003. COSAS DE VIEJO: DE LA ACTUALIDAD DEL PADRE JUAN DE MARIANA


Pensándolo bien, el hecho de tener gobernantes incapaces o malvados no es solo cosa de nuestro tiempo, la historia está llena de ejemplos, y son muchos, desde la antigua Grecia, los filósofos que han reflexionado sobre ello, y sus ideas se han convertido en pilares de nuestra judeocristiana cultura occidental.

Y, tanto es así que, en los tiempos, también convulsos que se vivieron en Castilla, y en toda Europa, en el Siglo XVI, recogiendo el pensamiento popular y la doctrina tradicional, el gigante intelectual que fue el padre jesuita Juan de Mariana dio forma jurídica, legalidad y, en su caso obligatoriedad, al tiranicidio.

Así, en el pensamiento del P. Mariana, un tirano es quien estando en el poder, aunque lo haya adquirido legítimamente, en lugar de mirar por la libertad del pueblo, sólo mira y le importa su propio interés y engrandecimiento. Y, al tirano, si por sus desaciertos y maldades pone el Estado en peligro, si desprecia la religión nacional y se hace del todo incorregible, debemos, como si fuese una fiera, dirigir contra él nuestro dardo, como hizo don Enrique, el primer Trastámara, con su hermano el rey don Pedro, por su crueldad.

Además, hay que repetirlo, la idea del tiranicidio, cuando escribía Juan de Mariana estaba profundamente arraigada en la conciencia de los viejos castellanos, tanto que, aunque sus libros fueron prohibidos y quemados en Inglaterra y Francia, en las Españas siempre mantuvo un gran prestigio y nunca fue perseguido.

Y, me dirán: ¡en nuestro tiempo lo que dice ese teólogo e historiador jesuita, es una barbaridad, no se puede matar a nadie y, menos todavía a quien ha sido elegido con los votos de la mayoría de los ciudadanos, más aún, recordar a Juan de Mariana y escribir sobre el tiranicidio debería ser un delito, no se puede permitir que alguien hable o, lo que es peor, piense que cualquier ciudadano puede tener el derecho y la obligación moral de quitar la vida a un gobernante!

Pero, ahora, también en nuestro tiempo, cuatro siglos después de que escribiera Juan de Mariana, me pregunto: ¿Qué hacer cuando un gobernante, un tirano, retorciendo la ley, en su propio beneficio y engrandecimiento, persigue injustamente a millones de ciudadanos y pone en peligro gravísimo la convivencia y el propio ser del Estado? ¿Qué hacer para defenderse cuando es imposible esperar nada de la Justicia porque está sometida y dominada por el tirano?

Y, porque no tengo respuestas, busco, leo, reflexiono y lo seguiré haciendo, sobre lo que nos han dejado los sabios del pasado, para encontrar solución a situaciones de hoy, como lo hizo, en el Siglo XVI, el jesuita Juan de Mariana.

Por todo ello, y porque vivimos en democracia, pienso que todos los españoles, desde el mismo don Felipe hasta el último que ha nacido hoy, deberíamos plantearnos el problema, buscar soluciones y obrar en consecuencia.




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