sábado, 30 de diciembre de 2023

1006. COSAS DE VIEJO: OTRO AÑO QUE TERMINA


Mañana, 31 de diciembre, termina el año 2023, y el hábito adquirido de niño me hace sentir, como a tantas personas de mi generación, que es momento de reflexionar sobre el pasado y pensar, decidir quizá, sobre el futuro.

Sin embargo, debo decirlo, cuando llegas a viejo, en algún momento, también sientes que el tiempo ha pasado muy deprisa, tanto que la propia vida parece un instante en el que se mezclan, confundidos, el ayer, el hoy y el mañana, que ya eres prescindible, el pasado es pasado, es falacia mirar al futuro y porque no puedes hacer nada, es mejor no pensar y dejar, sin resistencia, que los vientos del azar te lleven a cualquier parte, no importa cuál.  

Y, debatiendo conmigo mismo, quizá sacando fuerza de la flaqueza y, ¡sorpresa!, sin sentir demasiado el esfuerzo, como muy bien decía Cristina, mi mujer, retorno al camino de hacer lo que hay que hacer.

Sí, el año 2023 ha sido un año difícil, muy difícil: el entorno ha sido convulso, se han puesto en duda, quizá amortizado, las grandes virtudes, prudencia, justicia, fortaleza y templanza; se ha perdido la fe, cabe poco la esperanza y se ha deformado la caridad; parece que ahora, en la sociedad actual, el fin justifica los medios y no importan el amor y la verdad. Y, en lo próximo he visto de cerca dudas, y me han visitado, unidas la impotencia y la enfermedad.

Pero, también, en el entorno, en este año, también he visto que, junto a mucho malo, sigue existiendo un inmenso caudal de esos inmensos bienes que son el amor y la paz, que continúan viviendo millones de hombres y mujeres que tienen fe, mantienen la esperanza, hacen suya la caridad y, en sus corazones, reina la libertad. Y, en lo próximo, en lo propio y familiar, un año más, los bienes y los males han sido lo natural, un regalo de la vida que he de agradecer al cielo cuando han venido, los tenemos, los tengo, y cuando se van.  

Y sí, en resumen, 2023 ha sido el año rico en bienes y males por el que hemos de dar gracias al cielo, y abre ante nosotros un tiempo nuevo, 2024, para ser, si Dios quiere, vivido.


Nota: la fotografía, con cinco de mis siete nietos, que ilustra esta entrada, es muestra de ese milagro maravilloso que es la continuidad de la vida.




No hay comentarios: