Es
verdad, hasta hace unos días pensaba que el doctor Sánchez estaba quebrando el
orden constitucional con el único propósito de derribar la monarquía y
convertirse en Presidente Vitalicio de la III República Española, pero hoy,
tengo que reconocerlo, aunque meses atrás fuera así, estaba equivocado, los
hechos no me han dado la razón, y empiezo a creer que al demiurgo que nos
gobierna le impulsa otra ambición: acaso quiere ser dios.
Y, nada hay
nuevo bajo el sol, me pregunto: ¿en qué supera Julio César al egregio doctor?, ¿qué
tuvo Jesús de Nazaret que no tenga Pedro Sánchez Castejón?
Y, siendo
verdad que Él es mejor que los otros dos, no cabe duda, el doctor merece
ser, y acaso ya lo es, dios.
Claro
que, aceptando con dolor el mérito del doctor Sánchez para ser dios, solo me
queda un consuelo, para llegar al Olimpo Julio César necesitó el puñal de Bruto
y Jesucristo, para subir al Cielo la crucifixión: soñar que muy pronto entraré en una nueva catedral,
me postraré ante el altar mayor y pasaré largas horas rezando al santo dios
Sánchez Castejón, para que viva eternamente allá en el cielo, discutiendo y
disputando con Julio César y Jesús de Nazaret, sobre quién de los
tres, de verdad de verdad, es Dios.
2 comentarios:
Veo difícil que vaya al cielo….
Querida amiga, muchas gracias por tu comentario.
Sin embargo, tengo como seguro que, si consigue ser un dios, tendrá un lugar en su propio cielo.
Saludos todos
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