El Partido Popular, la derecha, está muy molesto y quejoso porque el día 18 del mes pasado votó, afirma ahora que “sin darse cuenta”, junto a todos los partidos del arco parlamentario, a favor de modificar la Ley Orgánica 7/2014, de 12 de noviembre, sobre intercambio de información de antecedentes penales y consideración de resoluciones penales en la Unión Europea, y con ello, abrir la puerta a recortar la estancia en la cárcel a 42 presos de ETA condenados por muy graves, asesinatos, delitos de sangre.
Por supuesto, aunque el caso no es igual, se parece
bastante al de la ley del Sí es sí, que redujo las penas a no pocos violadores
y asesinos de mujeres, votada en su día por el PSOE que, afirmó después, no
sabía lo que hacía.
Ya sabemos que la calidad intelectual de nuestros
políticos, de izquierdas y de derechas, en general no da para mucho, más bien
da para poco y que, aunque lo quieran hacer bien, la verdad es que, para mal de
todos, no lo suelen conseguir y los ciudadanos a lo más que podemos aspirar es
a que no metan demasiado ni la mano ni la pata.
Pero, y esto es lo peor, la calidad de las leyes
españolas que siempre ha sido impecable, poco a poco, desde que
gobierna el doctor Sánchez, se ha ido deteriorando, y una de las causas
profundas de que ello se esté produciendo es el deterioro progresivo de las instituciones: existe un cuerpo de
funcionarios, prestigioso y altamente cualificado, el de los Letrados de las
Cortes generales, que asesorando a los diputados aseguran la calidad de las leyes
que aprueba el parlamento.
Un ejemplo: cuando hace dos años, Las Cortes aprobaron
la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de
garantía integral de la libertad sexual, conocida por la ley del sí es sí, los letrados
hicieron bien su trabajo y advirtieron a los señores diputados de todos los
partidos políticos, aunque los de
izquierdas no los escucharon, sobre las
consecuencias prácticas de la aprobación de la ley; y ahora, con Ley Orgánica 7/2014, de 12 de noviembre, vemos que o los
Letrados de las Cortes no han cumplido su obligación, o no han sido escuchados
por los diputados del Partido Popular.
Ya sabemos que hasta el mejor escribano echa un borrón,
pero lo malo es que, el caso de nuestros políticos, lo peor es que son tan
ignorantes y prepotentes que cuando escriben ni siquiera se les ocurre tomar alguna precaución
para evitar el borrón.
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