lunes, 30 de septiembre de 2024

1146. DE LA DESPEDIDA DE ENRIQUE PONCE EN LAS VENTAS

 

El sábado pasado, 28 de septiembre, en Madrid, en la plaza de toros de Las Ventas, junto a otros casi 30.000 espectadores, un lleno total, estuve presente en la despedida de Enrique Ponce, el gran maestro del torero, que, a  los 52 años, luego de 34 en los ruedos, con esta corrida, cortando dos orejas y saliendo por la puerta grande, se ha retirado.

Desde el principio, bajo el cielo limpio y  azul  del veranillo de San Miguel, con todos los asientos ocupados y ambiente de fiesta grande, el paseíllo, un todo de emoción y de colores, el saludo de Enrique Ponce, la ovación, los aplausos, anunciaba la esperanza de una corrida inolvidable.

Más tarde, aunque no describiré con detalle el desarrollo de la fiesta, hay muchas y excelentes crónicas, decir que el joven Samuel Navalón, 20 años, con un precioso traje lila y oro, confirmando hoy su alternativa, en sus dos toros, el 1º y el 6º, con ovación y una oreja, demostró al mundo que para la continuidad de la fiesta sigue habiendo toreros; Enrique Ponce, también lila y oro, tras el silencio en el 2º, con las dos orejas en el 4º  se ganó el salir a hombros, por la puerta grande, el día, tan espacial, de su retirada. Y  David Galván, 32 años, verde manzana y plata, ¡qué hermosura de traje!, con sus faenas en el 3º y en el 5º, ovación y silencio, hizo gala de valor y maestría en el arte del toreo.

Sí, tengo que decirlo, la corrida ha sido para mí un cúmulo de emociones inolvidables: las imágenes de los toreros y los toros; los lances de capote, verónicas, chicuelinas, revoleras y serpentinas; los picadores a caballo; las banderillas; los naturales, derechazos, pases de pecho y manoletinas con la muleta; y la suerte de matar en los seis toros, casta y bravura; más el valor y la maestría de los toreros, todo se ha sumado para conseguir la inmensa belleza de esta y de tantas otras corridas de toros.

Y, para terminar esta entrada, solo me queda  agradecer, y mucho, a Edgar, el taurino sabio, que me haya invitado. Hacía años que no pisaba una plaza de toros y volver a Las Ventas, a la primera corrida de la Feria de Otoño, el día de la despedida del maestro Enrique Ponce, ha sido un magnífico regalo.

¡Larga vida a la fiesta, tan hispana, de los toros!

 

Nota: las fotografías que ilustran este texto están tomadas en Internet,  de Arrives Taurinas, Diez Minutos, Europa press, La Razón, Libertad Digital y Mundo Toro.












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