El sábado
pasado, 28 de septiembre, en Madrid, en la plaza de toros de Las Ventas, junto a otros casi
30.000 espectadores, un lleno total, estuve presente en la despedida de Enrique
Ponce, el gran maestro del torero, que, a los 52 años, luego de 34 en los ruedos, con
esta corrida, cortando dos orejas y saliendo por la puerta grande, se ha
retirado.
Desde el
principio, bajo el cielo limpio y azul del veranillo de San Miguel, con todos los asientos
ocupados y ambiente de fiesta grande, el paseíllo, un todo de emoción y de
colores, el saludo de Enrique Ponce, la ovación, los aplausos, anunciaba la esperanza
de una corrida inolvidable.
Más tarde,
aunque no describiré con detalle el desarrollo de la fiesta, hay muchas y
excelentes crónicas, decir que el joven Samuel Navalón, 20 años, con un
precioso traje lila y oro, confirmando hoy su alternativa, en sus dos toros, el
1º y el 6º, con ovación y una oreja, demostró al mundo que para la continuidad
de la fiesta sigue habiendo toreros; Enrique Ponce, también lila y oro, tras el
silencio en el 2º, con las dos orejas en el 4º se ganó el salir a hombros, por la puerta grande,
el día, tan espacial, de su retirada. Y David
Galván, 32 años, verde manzana y plata, ¡qué hermosura de traje!, con sus
faenas en el 3º y en el 5º, ovación y silencio, hizo gala de valor y maestría
en el arte del toreo.
Sí, tengo que
decirlo, la corrida ha sido para mí un cúmulo de emociones inolvidables: las imágenes de
los toreros y los toros; los lances de capote, verónicas,
chicuelinas, revoleras y serpentinas; los picadores a caballo; las banderillas;
los naturales, derechazos, pases de pecho y
manoletinas con la muleta; y la suerte de matar en los seis toros, casta y bravura; más el valor y la maestría de los toreros, todo se ha sumado
para conseguir la inmensa belleza de esta y de tantas otras corridas de toros.
Y, para terminar
esta entrada, solo me queda agradecer, y
mucho, a Edgar, el taurino sabio, que me haya invitado. Hacía años que no
pisaba una plaza de toros y volver a Las Ventas, a la primera corrida de la
Feria de Otoño, el día de la despedida del maestro Enrique Ponce, ha sido un magnífico
regalo.
¡Larga vida a
la fiesta, tan hispana, de los toros!
Nota: las fotografías que ilustran este texto están tomadas en Internet, de Arrives Taurinas, Diez Minutos, Europa press, La Razón, Libertad Digital y Mundo Toro.
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