sábado, 19 de octubre de 2024

1150. COSAS DE VIEJO: DE LOS PALOS Y LOS MIEDOS


Cuando llegas a viejo, quizá por eso, hay temporadas en que, como se decía antes, parece que “te ha mirado un tuerto”; todo, hasta lo más insospechado comienza a torcerse y, apenas se endereza, más se retuerce.

A veces, por momentos, solo te preocupa el gran entorno y necesitas alegrarte, enseguida pueden venir, y vienen, otros males para darte en lo próximo, donde más duele; pero, si solo es eso, también tienes  que alegrarte, pueden llegar, y llegan, desde el techo o desde el suelo, disgustos nuevos; pero, paciencia, no se puede perder la  esperanza, seguro que no es suficiente, y ya se están fraguando otros horrores, cualesquiera y más negros.

Y, cuando, dolorido el cuerpo y abrumada el alma, por la somanta de palos, vas y te escondes en la cama, encogido y bien tapado, tratando de olvidar, durmiendo, aparecen entre las sábanas viejos fantasmas que  añaden otros a tus ya casi completos miedos.

Pero, ¡cuánta fortuna!, no hay males, tampoco bienes, que duren cien años, y, te dices: pues bueno, paciencia, a seguir, por no sé cuánto tiempo, ¿fue Job mi santo abuelo?, disfrutando de los palos y de los miedos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si hay que cultivar una templanza muy dura y reaccionar con una creatividad en sentido amplio en Lo que nos dejen las limitaciones físicas

Anónimo dijo...

Solo añadir que el blog que escribes es ya una tarea creativa contra nuestra decadencia

Anónimo dijo...

Enhorabuena Jose Luis, aunque tarde has descubierto el placerc