jueves, 13 de enero de 2022

981. CRISTINA, MI HIJITA QUERIDA


 

Un trece de enero,

después de la nevada,

tu madre te puso en mis brazos,

y te vi, recién nacida.

 

Eras mi niña bonita,

eras nueva luz en mi alma,

eras, Cristina, mi vida,

eras mi hijita querida.

 

Y, queriéndote mucho,

en el sol de aquel día,

mirando tus ojos cerrados,

soñé para ti lo mejor de la vida.

 

Y hoy, hijita querida,

pasados los años,

desgastados mis recuerdos,

aún te siento en mis manos.

 

Eres mi niña bonita,

eres luz en mi alma,

eres, Cristina, mi vida,

eres mi hijita querida.

 

Hoy, trece de enero,

como aquel otro día,

sigo soñando, para ti, mi hijita

lo mejor de la vida.

 

 

13 de enero de 2022, día de tu cumpleaños



 


jueves, 6 de enero de 2022

980. LOS REYES MAGOS HAN VENIDO, HAN DEJADO REGALOS, Y SE HAN MARCHADO

 

Hoy, como todos los años, sin faltar ninguno, han venido a mi casa Melchor, Gaspar y Baltasar, los Reyes Magos, y, porque han hecho ruido o porque soy viejo, en plena madrugada,  me he despertado, he saltado de la cama  y me he levantado.

Muy deprisa, enseguida, de pie, desde la puerta del salón, lo he visto todo: los Reyas Magos, los tres, en una esquina, muy quietos, sonríen, me están mirando. En cada sitio hay paquetes, grandes  para los nietos,  otros más pequeños, son para sus padres cierto; y, en mi sillón, al aire, sin envoltura, al descubierto, una nube de incienso, con gotas de mirra y  luz de oro, me llama y me acerco. 

Escucho palabras suaves, preciosas, las mejores de mis recuerdos, mis pensamientos se hacen de bienes, de los bienes más queridos y olvidados; y, al final, ¿estoy soñando?, el mayor de los regalos: la felicidad del amor y del ser amado.

Alzo hacia la esquina mis ojos mojados; ellos, los tres Reyes Magos, de nuevo  me han mirado y, en un instante, sonriendo,  han desaparecido, se han marchado…

 

Nota:

La imagen está tomada de guiainfantil.com



viernes, 31 de diciembre de 2021

979. 2021, EL AÑO QUE HE, QUE HEMOS VIVIDO, ENTRA YA EN EL OLVIDO

 


Termina el año 2021, el segundo de la pandemia, quizá el año ¿peor?, más ¿difícil? ¿extraño? ¿apasionante?, ¿completo?, de mí, de nuestra vida.

El año, largo, con sus días mezclados y confundidos con el primero de la pandemia, nos ha permitido, nos ha obligado, bajo la luz del sol, la lluvia,  el frio,  la nieve y el calor, que no han cambiado, a vivir, casi simultáneamente, momentos de salud, enfermedad y duelo, con amor y desamor; noches  de incertidumbre, pensamientos  álgidos y depresivos; estados de profunda tristeza y, también, de alegría;  extraños encuentros e inesperados desencuentros; solidaridad y egoísmos,  impotencias, miedos, pánico quizá,  y, a veces, pocas, de felicidad intensa.

Sí, en 2021, en el año que hoy termina, se han reunido, con la pandemia, al mismo tiempo, emociones, hechos y situaciones, tantas, que, porque es imposible recordarlas, se aprestan, confundidas en un todo, a esconderse en el rincón que para el olvido tiene la memoria.

Sí, de este año 2021, el segundo de la pandemia, hoy, antes de que termine, todo, todo lo que he, que hemos vivido, dejando apenas rastros confusos, comienza esconderse, quizá para siempre, junto a lo soñado y no vivido.

Sin embargo, por todo y, a pesar de todo, lo que he, lo que hemos vivido, porque este segundo año de la pandemia ha sido, como ninguno, tan difícil, tan extraño, tan colmado de dolores y tan lleno de emociones, pienso, creo, y me prometo a mi mismo que se mantendrá siempre escrito, con fuego,  en mi memoria y nunca, nunca, olvidaré lo que ha sido.

Ah, deseo a todos un  FELIZ AÑO 2022, como decía la vieja canción, con salud, dinero y amor…



miércoles, 29 de diciembre de 2021

978. DE LOS PEQUEÑOS E INCÓMODOS ERRORES. ESTAR EN LA LUNA

 

Anoche, antes de abandonarme al sueño, ¡es tan difícil perder las viejas costumbres!, hice un repaso del día y, porque era miércoles, organicé en mi cabeza el plan para hoy, el día jueves y, muy tranquilo, dejé de pensar y me quedé dormido.

Y, claro, esta mañana, sin necesidad de pensar, como un  autómata, he hecho todo, todo lo previsto: desayunar, tomar las medicinas, hacer la cama, lavarme la cara, ponerme colonia, vestirme de presumir y abrir el ordenador, leer el correo, enviar  algunos mensajes y escribir un poco; ¡bien José Luis, bien!.

Pero, ¡maldito pero!, a las diez y media me asalta una duda, ¿habrá zoom esta mañana?, ¡qué mayor está Ramiro, no ha enviado el enlace y, aunque es muy listo, tiene olvidos!

Inmediatamente, sin incomodarme, con naturalidad, casi con elegancia, sin necesidad de pensar ni ánimos de ofender, por desmemoriado, a mi amigo, en el grupo de WhatsApp, escribo; ¿Tenemos hoy zoom, Ramiro?; y me quedo tan pancho.

Escribo dos versos, ¡qué bien, han salido fluidos!; y, enseguida, una señal en el icono anuncia mensaje, -es de Ramiro, me digo -, pero no, el mensaje no es de Ramiro, es   de Gaspar y dice: Jose, no te despistes hoy es miércoles, el zoom será mañana -, inmediatamente, porque soy educado, me disculpo como puedo: -tienes razón Gaspar, estoy un poco peor de lo normal, que ya es mucho. Abrazos.

Y, del todo desolado, dejo caer la cabeza y la recojo con las manos, trato de no llorar, de recuperar la calma, de no llamarme idiota, perdonarme el error y ¡que horror!, pensar en qué hacer con el tiempo de un miércoles para el que no tengo previsto nada, menos mal que, al menos, ya tengo organizado lo que haré mañana.

Pues bien, no hay mal que por bien no venga, y, por aquello de que siempre es bueno aprovechar las experiencias, escribo esta entrada; quizá alguno de mis amigos  sonría cuando vea, en José Luis, la poca importancia que, aunque incomodan mucho, tienen los pequeños errores que cometes porque estás, como cuando eras niño, en la luna. 



martes, 28 de diciembre de 2021

977. DE LA NUEVA VARIANTE DEL COVID, LA ESPAÑOLA


Hoy, 28 de diciembre, acaso por lo señalado de la fecha, la pantalla de mi ordenador, desde la madrugada, está soltando, uno por cada noticia que llega, múltiples y asombrosos destellos 


  • Qué la nueva variante del Covid, la española, rejuvenece a los viejos y ya no mata…
  •  Que la nueva variante del Covid, la española, hace a las chicas ser chicas y a los chicos ser  chicos…
  • Qué la nueva variante del Covid, la española, llena a la gente con seny y mata la rauxa
  • Qué la nueva variante del Covid, la española, hace de la verdad verdad y borra  las mentiras
  • Qué la nueva variante del Covid, la española…
  •  Qué la nueva variante del Covid, la española…
  • Qué la nueva variante del Covid, la española…

Es por la fecha, me digo, son tantas y tan extrañas las noticias que, el seny me lo dice,  no pueden ser  ciertas, son bulos, solo bulos,  inventos del demonio  para confundir mi mente desgastada….

Y, en mi desconfianza, desde que abrí el ordenados por la mañana, dos veces cada minuto salgo de mi pantalla y  pregunto a  Google; de las noticias que me llegan no encuentro nada, ni siguiera en las  páginas “fake” aparece nada, nada de nada.

Rendido a la evidencia, contagiado por la nueva variante del Covid, la española, acepto  la verdad y, porque soy generoso, la cuento y, corriendo, antes de que me encierren por loco, corro a mi cama y, bajo la colcha, pensando en luces y preciosos  destellos, me escondo…



domingo, 26 de diciembre de 2021

976. EN RECUERDO DE LA TÍA CARMEN

 

 

Hoy, 26 de diciembre, me he levantado pensando, con no poca añoranza, en la tía Carmen, la hermana mayor de la madre de mi mujer;  hoy es el día de su cumpleaños, más de cien, no recuerdo cuantos, y mis ojos y mi alma se han llenado con  su presencia y la fuerza de su corazón lleno de amor.

La tía Carmen, una mujer capaz, recta y bien formada, miembro desde joven, de la IT,  la Institución Teresiana fundada en los años 20 del siglo pasado por el Padre  Poveda, fue una mujer con dos grandes pasiones: el amor a Dios al servicio de los demás, y su familia; y esto lo escribo ahora, porque lo obvio muchas veces es lo primero que olvidamos, y porque, quizá, es lo que explica el valor de una valiosa tradición familiar que, los años, el devenir de la vida y la muerte de los mayores, hoy, con gran tristeza,  no podemos celebrar.

Hace treinta y cinco años, quizá más, luego de haber realizado una intensa y valiosa misión social y apostólica en Portugal, la tía Carmen volvió a España para seguir aquí ayudando a los demás a ser mejores, y con cerca de sesenta años, no solo opositó y ganó una cátedra de Lengua Española que desempeñó hasta su jubilación, sino que, además, emprendió otra muy difícil tarea, mantener unida a su familia.

Así, la tía Carmen, desplegando todas sus habilidades y todo su cariño, poco a poco, en silencio y derrochando amor, se fue ganando las voluntades de los hijos y especialmente de los nietos, entonces muy jóvenes, de sus hermanas. Y, cuando hubo conseguido “la fuerza” suficiente, no fue fácil, dio un segundo paso: comenzó a reunir, cada 26 de diciembre, para celebrar el día de su cumpleaños, a toda la familia, a sus hermanas, sobrinos y nietos, en una comida, casi siempre,  en un buen hotel de la calle Zurbano.

Aquellas comidas, lo sé bien, contribuyeron con éxito a mantener la relación y la unidad en una familia en la que son frecuentes “las ideas propias” y los  “caracteres fuertes”.

Cuando, ya mayor, murió la tía Carmen, durante dos o tres años, sus hermanas mantuvieron la celebración   y luego, tras el fallecimiento de mi suegra, la tía Chelo, mujer de inmensa bondad, asombrosamente,  para bien, normalmente en tiempo de Navidad, una vez al año, consiguió  seguir reuniendo en una  estupenda cena, en recuerdo de sus hermanas, a toda la familia.

Y hoy, con profunda nostalgia, lamento que el fallecimiento de la tía Chelo, la pandemia y, sobre todo, el devenir de la vida, haya terminado con la tradición que era, en la familia de Cristina, de mi mujer, celebrar el cumpleaños de la tía Carmen y con ello, debilitado lo que era su principal propósito, mantener unida a la familia.

¿Podría, cuando termina la pandemia, volver a celebrarse el cumpleaños de la tía Carmen? Así lo deseo,  y espero que, porque ella fue santa,  haga ese precioso milagro desde el cielo.

En todo caso, y como siempre, hoy, en tu día,  tía Carmen, te deseo un muy feliz cumpleaños.



jueves, 23 de diciembre de 2021

975. DE LA IMAGINACIÓN RECAUDADORA


Aunque siempre me ha sorprendido la imaginación de los gobernantes, incluso de los bastante obtusos, para sacar dinero hasta de dónde no lo hay, de cuando en cuando, en cuando recibo alguna noticia  que me llena de estupor.

Así, hoy he leído en Los Ángeles Press, que el alcalde de Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas, Carlos Morales Vázquez, está intentando introducir en su municipio el impuesto sobre el alumbrado público y, la verdad, a mí nunca se me hubiera ocurrido. No estoy seguro de que  don Carlos  consiga abrir este nuevo grifo en el bolsillo de los tuxtlecos,  pero siendo como es él,  miembro de MORENA, ese partido mezcla del nuestros PSOE y PODEMOS, que, con AMLO al frente, manda en  México, si no lo echan antes, es muy posible que lo consiga.

 Pero no, no es lo del impuesto sobre las luces de la calle lo que más me ha sacudido de la noticia, es lo que añade  quien la firma, Carlos Z. Cadena,  y  me ha recordado  los dos ingeniosos impuestos, el de las chimeneas y el de las ventanas, que el rey Carlos II regaló a sus súbditos ingleses,  que  cuando hace bastantes años, estudié la carrera, me impresionaron, sobre todo el primero,  por su indudable crueldad.

Pues bien, para terminar esta pequeña entrada, debo decir que he dudado, y no poco, escribirla y publicarla,  el deseo de compartir con mis amigos los hechos curiosos de los que tengo noticia fiable, ha podido con mi temor a que estas ideas  lleguen  a oídos de nuestros  MORENOS y que, para satisfacción de progresistas y rufianes, se incorpore en las próxima  declaración de la renta un recargo adicional: “entre el 15% y el 25%, según los ingresos,  por farolas, chimeneas y ventanas”.

 

Nota:

El artículo aludido en esta entrada se encuentra en:  Alcalde morenista de Tuxtla Gutiérrez quiere cobrar impuestos por alumbrado público - Los Ángeles Press (losangelespress.org)