Pues sí, el populismo de
Néstor y Cristina Kirchner, tras 12 años en el poder, ha sido derrotado y, de la mano del nuevo
presidente Mauricio Macri, la República Argentina comienza una nueva etapa en
la que, muy probablemente, poco a poco las cosas mejoren y, sin ilusiones
populistas, hagan posible que ese gran país vuelva a ser lo que, aunque lo
hayamos olvidado, ya fue.
Bien es verdad que el
populismo kirchnerista mantiene un enorme poder político y social y que este poder, legal y acaso no tan
legalmente, será empleado para tratar de evitar los cambios propuestos por el
nuevo presidente.
Es evidente que el nuevo
presidente, su gobierno y la coalición que le ha llevado a la Casa Rosada, encontrarán enormes dificultades para tomar y mantener
las medidas, aunque imprescindibles,
nada populares necesarias para deshacer el tremendo embrollo que, desde hace
bastantes años, es la política, la economía y la sociedad argentina.
Y como muestra de los
problemas que ha de afrontar el nuevo presidente, enumero los siguientes:
·
El primer y
más grave problema es cambiar la imagen deteriorada imagen de Argentina y
conseguir la confianza de los ciudadanos
argentinos, de los países democráticos y
de los inversores extranjeros, maltratados todos ellos por los gobiernos
populistas del Señor y la Señora Kirchner.
Este problema, lamentablemente, no se resolverá en
poco tiempo, la imagen y la confianza se
deterioran pronto y reconstruirlas es trabajo lento que requiere años y, lo que
es más difícil, implica un cambio muy profundo en la sociedad y en la política
argentina de forma que la veracidad de la imagen no se vea alterada por el
riesgo de que “tras este presidente los políticos argentinos vuelvan a la de siempre”.
· En segundo
lugar, el primero que Mauricio Macri y su gobierno habrán de acometer es el
económico: la inexorable devaluación de la moneda, la liberación del cepo
cambiario, el ajuste fiscal consecuencia del déficit, la liberalización de la
economía y su impulso para crecer, la inversión nacional y extranjera y,
acaso, mantener y generar más empleo no
informal.
· En tercer
lugar, la salida de Argentina de las
alianzas internacionales, con los gobiernos
populistas y neomarxistas, de Venezuela y
Bolivia y, su acercamiento a Chile, Perú, Colombia y México
en la Alianza del Pacífico. Acercarse a la Unión Europea y a Estados
Unidos y alejarse de los enemigos de estos países que han sido los aliados del
gobiernos ahora caído.
Son problemas gigantescos los que el presidente Macri ha de
afrontar y lo ha de hacer con la fuerte oposición de los populistas en las Cámaras, la presencia de
miles y miles de “colocados” kirchneristas en las administraciones públicas y el dolor de millones
de argentinos que no siempre van a aceptar con agrado las duras decisiones que van
a ser necesarias para sacar a Argentina del estado de catastrófico desastre en que
se hoy se encuentra,
Para terminar, expresar mi más calurosa
felicitación y mis mejores deseos de éxito
al nuevo presidente y a los ciudadanos de esa tierra, tan querida para mí, que es
la República Argentina.
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