Los cubanos, si consiguen llegar a los Estados Unidos, en virtud de la Ley de Ajuste Cubano, tienen la
puerta abierta para
entrar y residir legalmente en el país del norte.
Por
ello y, acaso, porque hay quien piensa que esto puede cambiar con el final del
bloqueo y el deshielo en las relaciones entre Washington y La Habana, en los últimos tiempos se está
produciendo el éxodo de miles de cubanos que, en avión, saliendo legalmente de Cuba llegan a Ecuador y desde este país, ya por tierra, como pueden, tratan de alcanzar la
frontera norte de México para llegar a los Estados Unidos.
Bueno,
pues en estos momentos hay varios miles de cubanos, entre cuatro y cinco mil, muchos
de ellos de la mano de redes mafiosas,
que han conseguido subir desde Ecuador hasta Costa Rica para detenerse en el
muro infranqueable en que se ha convertido la
frontera de Nicaragua debido a la decisión del presidente Ortega.
Ortega,
al que ahora se empieza a conocer en su tierra por “el Nuevo Somoza”, sin lugar
a dudas, por motivos de propaganda
política anti norteamericana, al impedir el paso a los migrantes cubanos, trata
de hacer imposible que la esperanza de libertad de los cubanos se haga realidad.
En España, en Europa, espantados por
los atentados en Paría y la seguridad de
que el yihaidismo radical puede volver a
matar en cualquier lugar del continente, ensimismados en nuestro problema, mientras
dudamos si debemos enviar soldados a luchar en esta guerra, aunque sea nuestra,
hemos dejado de hablar y, lo que es peor, del dramático problema humano de los refugiados (de los refugiados a que debemos acoger en Europa),
de los emigrantes ilegales que siguen muriendo en el Mar Mediterráneo y de los también ilegales emigrantes que llenan, pendientes de un
hilo, los atestados centros de acogida
en las fronteras de Grecia, Italia y
España.
Claro que este nuestro temporal olvido no durará mucho, en pocos días los
medios de comunicación golpearán nuestras conciencias con nuevas y terribles
imágenes, y los políticos nos contarán
las mismas o nuevas ideas que tendrán
para resolver, ¿quién sabe cómo y
cuándo?, el problema urgente de los refugiados y de la necesidad de evitar la
inmigración ilegal haciendo lo que haya que hacer ¿qué y cuándo?, en los países
de origen.
Pero, mientras tanto, desde aquí, quiero
alzar mi voz para recordar que en estos momentos hay varios miles de hermanos cubanos sufriendo, innecesariamente,
el drama de no poder llegar a la libertad porque hay un tirano que no les permite
atravesar las tierras de Nicaragua en paz.
Nota:
He tomado de Internet un pequeño mapa en el que se ve el largo camino que han de recorrer los cubanos, primero en avión hasta Ecuador y luego por tierra, para alcanzar la libertad en los Estados Unidos.
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