Pues sí, el devenir de la carrera del doctor
Sánchez para seguir al frente, sea como sea, del gobierno del Reino de España,
hace que los españoles estemos avanzando, muy deprisa, hacia el desastre.
En estos últimos días, el expresidente Aznar ha
llamado a la sociedad española a oponerse públicamente al propósito del doctor
Sánchez de aprobar la amnistía de los golpistas que en 2017 proclamaron la
independencia de Cataluña.
Y, hay que decirlo y agradecerlo, el
llamamiento del señor Aznar, por la relevancia social del expresidente, y por
cuanto invita a pasar de las palabras a los hechos, ha supuesto un paso hacia
adelante en la hasta ahora simple oposición verbal a la amnistía, (y al
referéndum de independencia), de los líderes de los partidos de derechas, de
personalidades públicas de todo el arco político, incluidos socialistas, y la
angustia silenciosa de una gran parte, quizá la mayoría, de los españoles
Ante el llamamiento del señor Aznar, el gobierno
socialista, a través de su portavoz, la ministra Rodríguez García, muy indignado,
quizá muy preocupado, ha contestado acusado al expresidente de golpista
por haber llamado a la sociedad a rebelarse contra el propósito del doctor
Sánchez y de sus aliados comunistas y separatistas.
¡Qué curioso es el pensamiento, las palabras y
el olvido de la ministra portavoz! La protesta multitudinaria y hasta la rebelión
de las gentes, manifestándose y gritando en las calles su oposición a los
propósitos del gobierno no es legalmente un golpe de estado, no es un delito
de sedición (el doctor Sánchez ya lo quitó del Código Penal), y ni siquiera es
un delito de rebelión; es simplemente libertad de expresión.
Y, ahora viene lo peor, mi temor de lo que
puede ser avanzar más todavía hacia el desastre: el doctor Sánchez y sus
aliados comunistas y separatistas porque carecen de límites, en los próximos
días, en lugar de escuchar el clamor de
las calles, sería lo mejor para todos, está dentro de lo posible, incluso de lo
probable, que, para lograr sus propósitos y eliminar para siempre toda
oposición, haciendo uso de sus propios medios o de los grupos más conscientes,
motivados y activos de sus aliados
separatistas, traten y consigan convertir en muy violentas las siempre
pacíficas manifestaciones de gentes de las derechas.
Y, ¡ya lo tendría!; el ínclito doctor, si ello
ocurriera, pensándose para siempre victorioso, nos gritaría desde la televisión;
¡es traición!, ¡es rebelión!; y es, no lo duden ustedes, ¡sedición!
Pero no estoy seguro del todo, es posible que
el éxito del llamamiento del señor Aznar sea un éxito y que este éxito convenza
a un número importante de políticos socialistas que, si quieren pueden
hacerlo, impidan al doctor Sánchez destruir lo que hasta ahora y desde 1978
es nuestra exitosa España.
Claro que, no estoy tranquilo, y pido a Dios
equivocarle, porque los independentistas quieren amnistía e independencia; el
doctor Sánchez es como es; el principio de acción reacción es inexorable y toda
situación es susceptible de empeorar, todo parece indicar que seguimos
avanzando, muy deprisa, hacia el desastre.
Ah, por último, y lo peor de todo: hemos de recordar
que los españoles, los españoles de todas las Españas, al final, llevamos grabado
en el alma el lema del escudo de la República de Chile, ese que dice, por la
razón o la fuerza.
Nota: la imagen del expresidente Aznar que ilustra
esta entrada está tomada de Wikipedia en Internet.
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