En todas las
etapas de la vida hay momentos en que todo
se pone en contra, no encuentras ninguna solución y sientes la tentación de
rendirte.
Sin embargo, aunque
hay personas que lo hacen enseguida, y, ¡es asombroso!, siguen viviendo con
mayor o menor tranquilidad; otras, simplemente por testarudas o, a veces, por
estar educadas en el sentido del deber y la responsabilidad, incluso sin
esperanza, luchan hasta el final.
Además, por
fortuna o por desgracia, es en la vejez, cuando la fuerza disminuye y cualquier
dificultad es una montaña, el tiempo en que aparece con mayor frecuencia e
intensidad la tentación de rendirse, descansar del esfuerzo y soñar con vivir y
morir en paz.
Y ahora, veo
como el mundo en que nací y me eduqué está cambiando, ha cambiado; las
religiones, la nuestra también, son diferentes; es falso lo que antes era verdad;
es bueno lo que en el pasado era el mal; el populismo domina el planeta; Europa
ha dejado de progresar; la situación política en España, con el gran narciso
que es el doctor Sánchez, está en una
deriva cada día más próxima al desastre; y, he dejado de entender lo que
piensan y como lo piensan personas próximas, hasta de mi propia familia.
Sí, y porque todo
contribuye, porque parece inútil cuanto piense o haga para que las cosas sean
de otra manera, a que aparezcan casi continuamente en mis pensamientos ideas de
rendición.
Pero, ¡me
admira el valor de esta conjunción!, me digo, a pesar de todo la vida, es buena,
sigue imparable; hay amor, cerca también, en el mundo; y sería traición rendirnos,
rendirme, por olvidarlo.
Claro que es
muy fácil hablar de las bondades que, para uno mismo y para la sociedad, tiene
el resistir la gran tentación, pero, aunque sea difícil hacerlo, acaso porque
soy muy terco, pienso seguir luchando, escribirlo ayuda, hasta el final.
1 comentario:
Gracias por no rendirte. Tu comentario me anima también a mi a seguir luchando, aun cuando falten las ganas y las fuerzas.
Por cierto pienso que nuestra religión católica no ha cambiado, aunque si, nuestra forma de vivirla, en algunos aspectos pára mejor y en otros para peor
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