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Lo que se relata en esta
entrada no es actual, sucedió hace unos meses. Y, debo decirlo, aunque lo
escribí en aquel momento y envié el texto a mis hijos, hermanos y a algunos amigos,
quizá por pudor, no lo publiqué en el blog. Ahora, sin embargo, cuando a raíz
de la publicación de la entrada anterior, “Aventuras en la mucha edad”, he sido consciente de que la
lectura de “sucedidos” entre “dramáticos y chuscos” divierte, y no poco, a personas
con un poco de sentido del humor, he cambiado de opinión y pongo a disposición de mis lectores, lo que redacté, en junio de 2021,
a las pocas horas de haber ocurrido.
Son las 10:45, en una gran
sala del hospital esperan, muy separadas, cinco personas, una de ellas en silla
de ruedas. José Luis muy tranquilo, tiene cita a las 11:00 y en este hospital
la puntualidad es absoluta, distraído levanta la mirada y ve que, a diez
metros, desde la puerta recién abierta del despacho, doña Blanca, su médico, le
hace señas para iniciar la consulta.
¡Mira qué suerte, acabo de
llegar y me van a atender un cuarto de hora antes de lo previsto!, se dice,
contento, José Luis.
Desde detrás de su mascarilla,
entre seria y sonriente, doña Blanca dice:
- Por favor, cierre la puerta y siéntese.
José Luis cierra la puerta,
deja sombrero y bastón sobre una silla, se sienta y mientras observa como su
médico, tranquila y segura, lee en el ordenador, y piensa: ¡cómo me gusta esta
mujer, ya tiene años, es capaz y sabe tratar a los enfermos, es estupenda!
Ella deja de leer y, casi
sonriendo, comenta: - El colesterol, los triglicéridos, el calcio y el fósforo,
muy bien; el hierro mucho mejor, el potasio un poco alto, pero bien, tiene 75
años y …
José Luis, no puede evitarlo y
corrige: - no doctora, 77.
Ella escribe algo y continúa:
- Sí, todos los indicadores bien, muy bien, hace una pausa y mirándole a los
ojos, prosigue: - pero, Eduardo, la creatinina ha subido, está en 10,2 ¿qué
sabe de la diálisis?
José Luis, casi pálido del
susto, contesta: - ¿de la diálisis?, solo sé generalidades.
La doctora comprende y
continúa: - Pues eso hay que remediarlo, la diálisis consiste en hacer pasar la
sangre por una máquina para limpiarla…dura tres horas y media y se hace tres
veces a la semana, puede hacerse en casa o en el centro de diálisis, pero para
usted, que tiene 75 años, es mejor
hacerla en el centro de diálisis, está muy cerca, al lado de la gasolinera…
José Luis, superando el miedo,
protesta: tengo 77, y claro, vivo solo, el centro de diálisis es mejor que en
casa, pero todavía no me hace falta, ¿verdad?
Ella, continúa: - ya está en
10,2 y hay que empezar Eduardo, voy a pedir hora para que vea al cirujano, él
le pondrá en una vena …
José Luis, atisbado un rayo de
esperanza, se atreve a interrumpir: - doctora, soy José Luis, José Luis …
Entre sorprendida y espantada,
doña Blanca, buscando en el ordenador, casi grita: ¡usted no es Eduardo y yo he
llamado a Eduardo!
Ya más aliviado, José Luis
contesta: la vi llamarme y como estoy un poco sordo pensé que era a mí a quien
llamaba.
Cinco minutos después, poco
antes de las 11:00, José Luis, ratificado por la doctora que su salud sigue
estable y que, por el momento, aún le queda un trecho para llegar a 10 en la
creatinina, todavía temblando, sale del despacho de doña Blanca, murmurando
para sí: ¡mira que estoy sordo, tengo que ir a que me revisen los audífonos, y
ahora esta pobre mujer tiene que dar, otra vez, la mala noticia al pobre
Eduardo!
Nota
La fotografía que ilustra esta
entrada está tomada de Experiencia
del paciente. ¿Qué es y cuáles son sus etapas? (doctoralia.es)