Lo sé bien, aunque toda situación
es susceptible de empeorar, pase lo que pase, al final llega la calma.
Sí, pase lo que pase, es claro que
vamos a peor: si el Rey no lo evita, en muy poco tiempo, el doctor Sánchez habrá conseguido la ruptura de España y la desaparición de la monarquía; y si Don Felipe,
mirando las enseñanzas del pasado, llegando a los delicados y siempre confusos
límites de su poder, ya no vive don Torcuato Fernández Miranda, se opone a los designios del, in pectore, para sí mismo, presidente de la III República,
puede ocurrir cualquier cosa, desde nada, la tranquilidad para la mayoría de los
españoles, hasta lo peor, palos para todos.
Y, pensándolo bien, también en el
caso de que se rompa España, al final, siempre llega la calma; los españoles de
todas las Españas bien lo sabemos, se rompió el Imperio y no pasó nada, nada
salvo que nos condenó a vivir con ese dolor terrible que es la añoranza
Pido a Dios ánimo y luz para Don Felipe
y consiga evitarlo. Aunque al final no pase nada, detesto de corazón que
los hijos de mis hijos vivan para siempre en la terrible añoranza de lo que fue España.
1 comentario:
Impactante tu reflexión.
Desgraciadamente, mucho me temo que estamos viviendo en España una etapa muy delicada... qué puede traernos consecuencias MUY negativas
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