Ha sido un “escándalo”,
seguro mediático y acaso social, lo que
ha provocado la difusión del cambio de residencia de un deportista que, al igual que otras muchas personas
físicas y jurídicas, ha decidido mudar
su residencia “legal” a otro país
para pagar menos, muchos menos, impuestos.
Y, una vez más en estos
tiempos de indecencia, el tema ha traído
a mi pensamiento lo actuales que, a pesar de tener años, son las ideas de Ayn Rand, especialmente cuando afirma el derecho y el
deber de rebelarse contra la situación de opresión que sufren “los capaces”.
En España y en otros países de Europa, como consecuencia de la
implantación radical de la filosofía socialdemócrata
en todos los ámbitos de la sociedad, se
ha grabado en las masas y en los políticos que las representan, como excelso
paradigma, una idea: “tenemos un
país rico y los ciudadanos tenemos
derecho a todo, por ello la obligación del Estado es atender a mi justa petición que expreso diciendo a voz en grito eso de dame, dame, que todo es mío”; por supuesto,
durante muchos años, los
gobernantes de todos los colores, con los impuestos de todos, han
escuchado las demandas sociales y han cumplido.
Además, en España y en otros países de Europa, también como
consecuencia de las ideas fascistas y socialistas que laten en la filosofía
socialdemócrata que tanto agrada, no nos
gustan ni los ricos ni las personas que
ganan, con su capacidad y su esfuerzo, más dinero que los demás.
Consecuencias de lo
anterior es que, para que los políticos socialdemócratas españoles y
europeos puedan seguir dando a las masas
lo que “es de todos”, necesitan mucho dinero y, para tenerlo recurren a subir
los impuestos a todos sí, pero sobre todo a los que tienen o ganan más dinero.
En España y en otros países de Europa los impuestos suponen a las personas con algún éxito profesional más de la mitad de sus ingresos, cosa que
está muy bien vista por la sociedad y también por los políticos, elegidos por esas masas.
Y claro, mientras los profesionales que solo trabajan en España se aguantan y pagan al fisco cuanto este les
reclama; pero si resulta que un profesional trabaja mucho por el mundo y poco o
nada en España, antes o después descubre
que para no vivir en su casa, le convine tener esta en un lugar donde los impuestos no le sangran.
Como es natural, los lugares con menos impuestos se encuentran
con “la suerte” de vender casas a gentes
que no dan la lata y que pagando “menos impuestos”, se dejan en el
sitio, como se dice ahora, una pasta.
Y luego vienen las quejas, los medios de comunicación y no pocos
políticos arengan a las masas en contra de los “malnacidos! que se marchan y los políticos ponen muy malas caras al ver en
TV o leer en los periódicos que cada vez
más deportistas, más profesionales, más
artistas, más emprendedores y más
empresarios se marchan de España o de Francia.
¿No es humano que las gentes capaces acaben pensando y diciendo
al fisco algo así como; déjame en paz que yo solo trabajo para mí y los míos”.
¿No es de locos pedir a personas capaces que, trabajando muy duro fuera de España, paguen aquí, porque sí, en impuestos más de la
mitad de lo que ganan?
Y otra cosa: ¿de dónde pensarán los políticos y las masas sacar dineros si las gentes capaces, poco a
poco se hartan, dejan de trabajar o se van de España?
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