El día de Nochebuena, precisamente ese día, publica
el periódico La Razón (Bolivia) un
artículo en el que su autor formula, parafraseando a Diderot, una acaso
inteligente pregunta: ¿Seremos libres cuando ahorquemos al último rey con
las tripas del último cura?
La profunda reflexión del escribidor
boliviano incita a mi intelecto y me impulsa a
pensar en no más en dos cositas:
La primera: en que hubiera
pasado al autor de la preguntita y al director
del periódico de Bolivia si, en lugar de
lo anterior, hubiese escrito: ¿Seremos libres cuando
ahorquemos al Evo Morales con las tripas del último yatiri?
La segunda: que la preguntita, en su contexto, mala
suerte, solo la puede plantear, como así ha sido, un
español, ebrio de sangre que, aunque ahora vive en
Bolivia, sigue siendo, como lo pudo ser antes, un animal de
cresta colorada que por fanático, blasfemo e iracundo,
resulta ser muy peligroso, esté donde esté, para el hombre.
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