lunes, 15 de julio de 2024

1123. EN LA ENFERMEDAD, LUCHAR O MORIR III


TERCERA PARTE: LAS SOLUCIONES

 

Con no poco desconsuelo debo comenzar esta entrada confesando que luego  de haber escrito las dos anteriores y reflexionado largas horas sobre el tema, en estos momentos  mis ideas están bastante menos claras que hace unas pocas semanas; y no puedo presentar una solución, no la tengo, que pueda curar lo que, desde mi punto de vista, es una sociedad gravemente enferma.

Por ello, el contenido de esta entrada, en lugar de soluciones, tratará de “adivinar”, posibles futuros, y lo hará respondiendo a las preguntas formuladas en la entrada anterior, que, algo ajustadas,  son las siguientes:

Evidentemente, porque adivinar el futuro es imposible, responder a estas preguntas implica aceptar que entro en un juego intelectual solo válido para formular hipótesis  que, acaso, me puedan, nos puedan permitir, orientar mejor nuestro pensamiento y nuestras acciones en una u otra dirección.

Sin embargo, y en todo caso, a la vista de lo acaecido en el pasado y la situación actual de  la sociedad, sea cual sea el curso del mañana, estoy convencido de ello, el grado de disconformidad social que actualmente vivimos y crecerá en el futuro, e inevitablemente, generará niveles muy altos de malestar y, quizá, graves estallidos de violencia que, por otro lado, no serían “anormales” en situaciones de profundo cambio social.  

Y, sin más entramos en las preguntas que hemos de responder.


¿CÓMO SERÁ LA SOCIEDAD QUE SE ESTÁ CONSTRUYENDO, DURARÁ?

A la vista de los síntomas antes analizados, en la visión de la sociedad que se está construyendo desde el Gobierno español, caben las menos dos posibilidades, la primera es la de una sociedad radicalmente socio comunista, y la segunda, una sociedad fluida, cambiante, dominada por el populismo, con tensiones, pero manteniéndose, en los límites, dentro del marco de lo que es la democracia liberal.  

En la primera opción entendemos que, aunque el presidente del Gobierno carece de límites y, por mantenerse en el poder, puede intentar cualquier cosa, el entorno europeo y las resistencias sociales, incluida la violencia, hacen muy improbable esta posibilidad.

La segunda opción, pensamos  que tiene mayores posibilidades, implica la continuidad de lo que ahora existe: mucho pan y mucho circo para los niveles más bajos de la sociedad, mezclados con muy buenas palabras para los sectores más ideologizados de “las izquierdas”, y no pocos insultos y provocaciones a “las derechas”, pero con una gestión económica más o menos sensata y dentro de los parámetros “normales” de la Unión Europea.

Evidentemente, esta última opción, tiene riesgos que pueden hacerla fracasar, y de estos hay uno, la evolución negativa de la economía, que es crítico; si ese  riesgo se hace realidad, estallará el malestar social, y pueden ocurrir dos cosas, que el Gobierno sea derribado en elecciones o que éste intente implantar, creemos con pocas probabilidades de éxito, una dictadura social comunista.

En todo caso, la presencia del doctor Sánchez en el Gobierno, es un factor clave en el diseño de la nueva sociedad, sus características personales y su habilidad política no tiene parangón; y su desaparición puede tener dos posibles efectos: que todo lo que está construyendo desaparezca, muy poco probable; o que sus sucesores intenten seguir su camino y produzcan a medio plazo un gran conflicto social que termine en la implantación de algo parecido a la primera opción, tipo la actual Venezuela, o sean desalojados del poder por la fuerza.

 

¿VOLVERÁ LA SOCIEDAD A LO QUE ERA EN LOS FINALES DEL SIGLO XX?

No, la evolución es como las aguas de un rio, siempre bajan en la misma dirección, no pueden retroceder.

Está claro que la tendencia actual solamente podría alterarse con la sustitución del actual Gobierno por otro “de derechas”, y que una parte importante de la sociedad ansía “echar a Sánchez”.

Pero la realidad es que en España el partido político “de centro derecha”, el Partido Popular, hoy por hoy, salvo algunos de sus miembros, es   socialdemócrata, y muy, muy pusilánime en casi todo, por ello, en caso de que llegase al poder, ¡dificilísimo!, diciendo otras cosas pero  cambiando muy poco, con fuertes resistencias sociales, haría más o menos lo mismo que lo que está haciendo el doctor Sánchez y la sociedad seguiría en la deriva actual, la misma por otra parte que existe, aunque en retroceso, en casi todo el mundo occidental.

Y, pensando en el futuro, el partido “más nacionalista y de derechas” español, más o menos similar a otros de la misma ideología que están avanzando en toda Europa, VOX, dada  su carencia de auténticos líderes con habilidad política y la mediocridad de sus dirigentes, pese al apoyo de sus equivalentes europeos, es poco probable que, aunque pudieran pactar inicialmente con los socialdemócratas del Partido Popular, difícilmente mantuvieran su colaboración por  largo tiempo.

Eso sí, en el seno, o en los aledaños de VOX, pueden estar naciendo grupos radicales, con ideología próxima al antiguo franquismo, que tratarían de volver , por la fuerza, al pasado. Y, si esto es así, aunque sus probabilidades de éxito creemos son escasas, seguro provocarán problemas serios para cualquier Gobierno y para el conjunto de la sociedad.

En resumen, la sociedad española no puede volver a lo que era en los finales del siglo XX.

 

¿CONSEGUIRÁ EL SEPARATISMO SU IDEAL?

No, claramente no, la independencia del País Vasco y de Cataluña no se va a producir, y no porque no sea posible, incluso podría ser deseable para una parte importante de españoles de otras regiones que están hartos y consideran un lastre las insaciables demandas de los separatistas vascos y catalanes.

La economía manda, los ciudadanos de ambas regiones viven muy bien y, a la hora de la verdad, porque su bienestar depende del resto de España, no van a aceptar la independencia.

Además, el doctor Sánchez, para mantenerse en el poder, necesita los votos de catalanes y vascos; votos que no podría tener si esas regiones fueran naciones separadas.

 

¿SE MANTENDRÁ LA ACTUAL  INDIFERENCIA EN LA SOCIEDAD?

Sí, se mantendrá, incluso será mayor mientras haya bienestar en el conjunto de la sociedad y ayudas sociales abundantes para los segmentos más necesitados.

No, si se deteriora la situación económica  o, por cualquier otra causa, quizá  el contagio en muchos jóvenes de la violencia, si esta se desencadena, de radicales de  extrema izquierda, de extrema derecha  o de ambas. 

Otro factor desestabilizador puede ser el crecimiento descontrolado de la inmigración y su deficiente gestión. Y este tema, ¡peligrosísimo!,  tiene, al menos por el momento, una casi imposible solución.

                                                                   

¿EXISTE UNA NUEVA  Y MEJOR SOCIEDAD, SE PUEDE LLEGAR A ELLA?

Sí, hubo una sociedad mucho mejor, la de los primeros tiempos, en el Paraíso  terrenal, ¡duró poco! Y existe en las enseñanzas de Jesús de Nazaret, ¡y como si no!;  y en Utopía, la gran obra de Santo Tomás Moro, ¡fue decapitado!; y  en los falansterios de Fourier, ¡estaba loco, dijeron!, y en las comunidades intencionales, ¡sueño fugaz!, de sus discípulos; y en Un mundo feliz, ¡la gran novela!, de Huxley.

Pero no, todos los intentos de construir una sociedad perfecta han fracasado en la historia. Por si alguien no me cree, recuerdo aquí, por cercanía en el tiempo, los ¡éxitos! del comunismo ruso y el nacional- socialismo alemán.

Pero sí hay sociedades que, aún con sus problemas, han sido “buenas” para sus miembros, y lo han sido porque han estado asentadas, en mi opinión, en cuatro grandes principios; bienestar, libertad, seguridad, y buen gobierno. Y ejemplo de ello fueron los primeros tiempos de Calígula en Roma; el Imperio Español hasta la muerte de Carlos II; los Estados Unidos de Norteamérica una parte del Siglo XX; y España en el último tercio del mismo siglo.

Y pensando en las tendencias que existen en el mundo, recuerdo aquí que, porque para muchas sociedades prima la seguridad sobre la libertad, se acepten como “buenos”, ¡no lo son!,  y se extiendan por doquier,  modelos de convivencia  sin  libertad política, pero con libertad económica, como el antiguo franquismo o las actuales y “exitosas” dictaduras china o vietnamita.

 


MI CONCLUSIÓN

Sí, la sociedad española nacida en 1978 está muerta; la que actualmente vivimos está gravemente enferma y su futuro incierto.

Sin embargo, entiendo que la división de la sociedad, el retorcimiento de las leyes, la inseguridad jurídica, la gestión inadecuada de la inmigración, las guerras mediáticas y el narcisismo de los dirigentes, hacen casi inevitable el malestar, las tensiones y la violencia en la sociedad.

Y, creo también que, por la demanda de más seguridad, a costa de la pérdida de libertad, el concepto de democracia ahora vigente en el mundo occidental está herido de muerte y que no en mucho tiempo sea sustituido, para bien por aristocracias o politeias; o para mal, por tiranías. tiranías.                                                     

Finalmente, y para terminar  esta entrada, recalcar una última idea: el futuro de la sociedad no está escrito, está abierto y puede adaptarse a la voluntad de quien, luchando y venciendo, quiera diseñarlo; pero, quien no lucha pierde su oportunidad. Por ello, lo tengo muy claro, si quiero, si queremos un mejor mañana no queda otra: luchar o morir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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