martes, 22 de diciembre de 2015
713. EN EL LABERINTO ESPAÑOL
Los
resultados de las Elecciones Generales del pasado 20 de diciembre han metido a
los españoles en un laberinto tan peligroso como lo fue, en su día,
con minotauro incluído, el de Minos.
Y es
evidente que los españoles, los españoles normales, los que con
nuestros votos hemos creado el
laberinto, necesitamos que alguien, con mucho valor, entre muy
dentro, lo recorra y mate al
minotauro, para que los demás sigamos en la vida sin
sufrir la existencia del terrible laberinto.
Para salir
del laberinto, hoy lo sabemos, hacen falta, sí,
héroes dispuestos al sacrificio y que mueran en
el empeño, pero también hizo falta el ingenio de una mujer enamorada que,
como Ariadna, ideó el cómo salir y entregó el ovillo a Teseo.
Ahora, en el
laberinto español, para matar al minotauro, para conseguir que los españoles escapemos del monstruo y sigamos
con vida, es imprescindible que los héroes que nos dirigen, los líderes de los dos grandes partidos, abandonen insignias
y palacios, y que, con el ovillo de sus amadas, entren en el laberinto y luchen hasta ser muertos
por el minotauro.
Luego, las Ariadnas, mujeres y madres, llorando a sus muertos, entre las dos, administrarán nuestra casa y nos harán olvidar que hemos estado
en un muy mal laberinto, en este nuestro muy peligroso laberinto español.
viernes, 11 de diciembre de 2015
712. RENTA BÁSICA UNIVERSAL: UNA NECESIDAD SOBRE LA QUE, AUNQUE NO TODAVÍA, HABRÁ QUE PENSAR
De entre las muchas, no sé si promesas, propuestas, ideas
o simples sueños que estoy escuchando en
la campaña electoral que tenemos en
España de cara a las Elecciones
Generales del próximo 20 de diciembre, solamente encuentro una que, por la importancia de su trasfondo,
merezca profunda reflexión. Me refiero posibilidad de que el Estado aporte mensualmente a todos y cada
uno de los ciudadanos, por el solo hecho de serlo y sin ninguna contraprestación, mensualmente una
cantidad de dinero, Renta Básica Universal, que les permita
comprar los bienes y servicios necesarios para vivir dignamente en la sociedad.
Por supuesto, actualmente la idea se puede combatir y
descartar con dos argumentos, en
principio, muy poderosos:
- El primero: La Renta Básica Universal implicaría inmensos recursos que, ineludiblemente tendrían que salir de los impuestos de los ciudadanos. A título de ejemplo, 600 € al mes, 7.200 € al año de renta anual para cada español vivo supondría 288.000 millones de euros al año. Visto este número, la Renta Básica Universal es o, al menos, parece imposible.
- El segundo: ¿Queremos, un país de vagos que vivan sin trabajar?
Además de otros, también poderosos, del tipo de:
- No quiero más impuestos para alimentar vagos
- No me des nada y bájame los impuestos, el Estado solo exige a quien produce.
- ¿A todos igual? ¿A mí que gano poco o nada igual que a quien gana mucho?
Ahora bien, hay otra manera de ver las cosas que, sin
demasiado rigor, ofrezco para una primera reflexión:
- Es evidente que la evolución de la tecnología nos conduce hacia una sociedad en la que solamente será necesario el trabajo de una parte de la población para producir los bienes y servicios requeridos por una sociedad próspera; por tanto, otra parte de la sociedad, voluntaria o involuntariamente, no trabajará. Por tanto, algo tendremos que hacer para que quienes no puedan trabajar vivan, y vivan razonablemente y no haya graves problemas sociales ni disturbios en las calles.
- El coste de los servicios sociales para atender a las capas más desfavorecidas de la sociedad en los países desarrollados es muy alto y, además, creciente. ¿Podemos incrementar este coste hasta el infinito?, y, ¿Es justo que una parte de la sociedad tenga que pagar duros impuestos para alimentar a una minoría que no trabaja porque no quiere o no está preparada para hacerlo?
- La gente que no tiene ingresos cuesta mucho y consume poco, la economía sufre con ello; si los ciudadanos tuvieran una Renta Básica y se redujeran drásticamente o desaparecieran los gastos sociales, todos los ciudadanos (pobres y no pobres), incrementarían su consumo
Para terminar esta entrada, debo señalar que el tema de
la Renta Básica, por su enorme
importancia de cara al futuro, ha llevado a que actualmente ya se estén realizando algunas experiencias en Holanda y en
Canadá y que sea objeto de
estudio en Finlandia.
Para nosotros, por ahora, la idea no es más que la promesa, propuesta o simple sueño que se ha atrevido a plantear uno de los
partidos que se presenta a las Elecciones Generales del 20 de diciembre. Sin embargo,
creo que, más antes que después, deberemos reflexionar y debatir en la sociedad española
la posibilidad de establecer algún tipo de Renta Básica Universal.
lunes, 7 de diciembre de 2015
711. LA GRAN NOTICIA DE HOY: EL CAMBIO HA LLEGADO A VENEZUELA
Ayer, domingo 6 de diciembre, el mismo día que en España se votó
la Constitución de 1978, los venezolanos han decidido que, al fin, en su país,
en Venezuela, ha llegado la hora del cambio.
La Mesa de
la Unidad Democrática
(MUD), agrupando a la oposición, ha derrotado en las urnas al líder
bolivariano, al compañero Maduro, y se ha hecho con la mayoría en la Asamblea de la Nación, el parlamento venezolano.
La victoria de la oposición, lograda a pesar del las muchas y muy malas argucias del populismo gobernante, hasta el momento,
supone la mayoría simple en la Asamblea
y, sin duda alguna, marca el punto de partida para la salida del poder del
desastre que ha sido y está siendo para su país el Sr. Maduro y sus
correligionarios.
Por supuesto, al igual que tantos y tantos
venezolanos que llevan desde el siglo pasado
sufriendo la barbarie del
populismo en su país, aunque todavía no
se ha desbancado del puesto de
Presidente al ignorante y prepotente energúmeno que lo ostenta,
estoy extremadamente contento con la victoria de la democracia y la
derrota del populismo bolivariano y pienso que en poco tiempo todo en Venezuela
será distinto.
Bien es verdad que junto a mi alegría me
asaltan muchos temores, el primero las posibles reacciones de los perdedores
que pueden tratar de transformar su
derrota en victoria de la dictadura mediante el uso la fuerza; el segundo la capacidad
de la oposición para mantenerse unida frente al poder ejecutivo; el tercero y, acaso el que más me preocupa, la enorme
dificultad que van a tener los líderes del futuro gobierno y la sociedad venezolana,
para articular un muy duro proceso de recuperación económica e integración social
que permita superar con realismo el drama populista de hacer que las gentes crean
que, "porque soy pobre tengo derecho” y lo cambien por el deseo y la posibilidad real de que con trabajo, honestidad y esfuerzo se puede conseguir prosperidad.
Pero no es momento parta preocuparnos, ya tendremos
tiempo, ahora es suficiente son estar satisfechos y felicitarnos porque la Mesa
de la Unidad Democrática (MUD) ha vencido en las urnas al populismo bolivariano que ayer fue de Chavez y hoy es de Maduro.
lunes, 30 de noviembre de 2015
710. LLEGAR A ESTADOS UNIDOS, OTRO TERRIBLE DRAMA QUE HOY VIVIMOS
Los cubanos, si consiguen llegar a los Estados Unidos, en virtud de la Ley de Ajuste Cubano, tienen la
puerta abierta para
entrar y residir legalmente en el país del norte.
Por
ello y, acaso, porque hay quien piensa que esto puede cambiar con el final del
bloqueo y el deshielo en las relaciones entre Washington y La Habana, en los últimos tiempos se está
produciendo el éxodo de miles de cubanos que, en avión, saliendo legalmente de Cuba llegan a Ecuador y desde este país, ya por tierra, como pueden, tratan de alcanzar la
frontera norte de México para llegar a los Estados Unidos.
Bueno,
pues en estos momentos hay varios miles de cubanos, entre cuatro y cinco mil, muchos
de ellos de la mano de redes mafiosas,
que han conseguido subir desde Ecuador hasta Costa Rica para detenerse en el
muro infranqueable en que se ha convertido la
frontera de Nicaragua debido a la decisión del presidente Ortega.
Ortega,
al que ahora se empieza a conocer en su tierra por “el Nuevo Somoza”, sin lugar
a dudas, por motivos de propaganda
política anti norteamericana, al impedir el paso a los migrantes cubanos, trata
de hacer imposible que la esperanza de libertad de los cubanos se haga realidad.
En España, en Europa, espantados por
los atentados en Paría y la seguridad de
que el yihaidismo radical puede volver a
matar en cualquier lugar del continente, ensimismados en nuestro problema, mientras
dudamos si debemos enviar soldados a luchar en esta guerra, aunque sea nuestra,
hemos dejado de hablar y, lo que es peor, del dramático problema humano de los refugiados (de los refugiados a que debemos acoger en Europa),
de los emigrantes ilegales que siguen muriendo en el Mar Mediterráneo y de los también ilegales emigrantes que llenan, pendientes de un
hilo, los atestados centros de acogida
en las fronteras de Grecia, Italia y
España.
Claro que este nuestro temporal olvido no durará mucho, en pocos días los
medios de comunicación golpearán nuestras conciencias con nuevas y terribles
imágenes, y los políticos nos contarán
las mismas o nuevas ideas que tendrán
para resolver, ¿quién sabe cómo y
cuándo?, el problema urgente de los refugiados y de la necesidad de evitar la
inmigración ilegal haciendo lo que haya que hacer ¿qué y cuándo?, en los países
de origen.
Pero, mientras tanto, desde aquí, quiero
alzar mi voz para recordar que en estos momentos hay varios miles de hermanos cubanos sufriendo, innecesariamente,
el drama de no poder llegar a la libertad porque hay un tirano que no les permite
atravesar las tierras de Nicaragua en paz.
Nota:
He tomado de Internet un pequeño mapa en el que se ve el largo camino que han de recorrer los cubanos, primero en avión hasta Ecuador y luego por tierra, para alcanzar la libertad en los Estados Unidos.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
709. NO A LA GUERRA, NO A LA GUERRA, NO A LA GUERRA
¡No a la guerra! ¡No a la
guerra! ¡No a la guerra! ¡No a la
guerra!
Cada vez que escucho estas
palabras, sin duda sentidas y hermosas, me digo con fuerza: ¡yo tampoco
quiero la guerra!, la guerra es un
horror y nadie, nadie, puede querer la guerra.
Pero, hay guerra. En
estos momentos en el mundo hay muchas guerras, en Siria e Irak, en Libia y en
Yemen, en la República Democrática del Congo, en Nigeria, en el este de
Ucrania, en Sudan del Sur y en Afganistán y en Somalia.
En esos lugares y en
algunos otros, hay aviones, misiles, carros de combate y soldados que, por las razones que sean, se
atacan unos a otros, se matan entre sí y matan, hieren, empobrecen y hacen huir
a miles, millones
de personas que, sin hacer la guerra, sufren eso que los militares llaman “daños
colaterales”, no deseados.
¡Hay que parar las
guerras! ¡Hay que parar las guerras!
Cierto, hay que parar
las guerras, hay que parar todas y cada una de las guerras. Pero, ¿quién y cómo ha de parar la guerra, esta
guerra?
¿Yo? ¿Nosotros? ¿La
opinión pública de los países que, de
una manera u otra, participan en la
guerra?
Es posible. Cuando
muchos, la mayor parte, de los
ciudadanos de un país no quieren
la guerra y lo dicen muy fuerte y muy claro, los gobernantes ceden a la
demanda, los ejércitos abandonan la batalla y, decididamente, pierden la
guerra. ¿Verdad que sobran los ejemplos? ¿Verdad que eso lo saben, en Estados
Unidos, en Francia y también en España?
Y cuando se pierden las guerras y otros las
ganan, los vencedores imponen su ley y los perdedores, si no mueren, o escapan, la acatan. ¿Verdad que sobran los
ejemplos? ¿Verdad que esto lo sabemos muy bien en toda Europa, incluida España?
¡No a la guerra! ¡No a la guerra! ¡No a la guerra! ¡No a la guerra!
La guerra es horrible,
está claro que no hay que hacer la guerra, está claro que yo, nosotros, no
queremos declarar la guerra, que nosotros nos resistimos a ir a la guerra.
Pero, me pregunto: si hay otros que deciden, con
razón o sin ella, atacarte con armas, matar a tus hijos, violar
a tus mujeres, destruir tu casa y
quitarte tu patria, ¿tendrás otro camino
para defenderte distinto al terrible de hacer la guerra?
El IS y el mundo de la Yihad
Islámica, de palabra y con obras, matando gente, ha declarado la guerra primero a los países que
profesando la religión de Mahoma
rechazan el fundamentalismo y luego se la han declarado a Francia, a España y al resto de Europa.
¡Qué horror es la
guerra! ¡Hay que parar la guerra! ¡No, no a la guerra!
Pero yo sé que nos la han declarado y estamos en guerra
y no lo dudo. No quiero que maten a mis
hijos, no quiero que maten a mis nietos, no quiero que destruyan mi pueblo, no
quiero que cambien mis leyes, por eso, con dolor, me digo y proclamo, aunque
sea espantoso, no solo tenemos que ir, tenemos
que ir a la guerra y ganarla.
Hay muchas personas,
creo que buenas personas, que hoy, aunque nos estén matando, gritan su ¡No a la
guerra!
Y me pregunto, ¿será
porque no saben lo muy terrible que es
perder una guerra?
Nota:
Por supuesto hay miles de
razones que hace a las personas y a las sociedades radicalizarse y que entre alguna de esas razones puede estar
nuestro mal comportamiento, nuestro malísimo
comportamiento, y somos responsables por
ello.
martes, 24 de noviembre de 2015
708. MAURICIO MACRI NUEVO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Pues sí, el populismo de
Néstor y Cristina Kirchner, tras 12 años en el poder, ha sido derrotado y, de la mano del nuevo
presidente Mauricio Macri, la República Argentina comienza una nueva etapa en
la que, muy probablemente, poco a poco las cosas mejoren y, sin ilusiones
populistas, hagan posible que ese gran país vuelva a ser lo que, aunque lo
hayamos olvidado, ya fue.
Bien es verdad que el
populismo kirchnerista mantiene un enorme poder político y social y que este poder, legal y acaso no tan
legalmente, será empleado para tratar de evitar los cambios propuestos por el
nuevo presidente.
Es evidente que el nuevo
presidente, su gobierno y la coalición que le ha llevado a la Casa Rosada, encontrarán enormes dificultades para tomar y mantener
las medidas, aunque imprescindibles,
nada populares necesarias para deshacer el tremendo embrollo que, desde hace
bastantes años, es la política, la economía y la sociedad argentina.
Y como muestra de los
problemas que ha de afrontar el nuevo presidente, enumero los siguientes:
·
El primer y
más grave problema es cambiar la imagen deteriorada imagen de Argentina y
conseguir la confianza de los ciudadanos
argentinos, de los países democráticos y
de los inversores extranjeros, maltratados todos ellos por los gobiernos
populistas del Señor y la Señora Kirchner.
Este problema, lamentablemente, no se resolverá en
poco tiempo, la imagen y la confianza se
deterioran pronto y reconstruirlas es trabajo lento que requiere años y, lo que
es más difícil, implica un cambio muy profundo en la sociedad y en la política
argentina de forma que la veracidad de la imagen no se vea alterada por el
riesgo de que “tras este presidente los políticos argentinos vuelvan a la de siempre”.
· En segundo
lugar, el primero que Mauricio Macri y su gobierno habrán de acometer es el
económico: la inexorable devaluación de la moneda, la liberación del cepo
cambiario, el ajuste fiscal consecuencia del déficit, la liberalización de la
economía y su impulso para crecer, la inversión nacional y extranjera y,
acaso, mantener y generar más empleo no
informal.
· En tercer
lugar, la salida de Argentina de las
alianzas internacionales, con los gobiernos
populistas y neomarxistas, de Venezuela y
Bolivia y, su acercamiento a Chile, Perú, Colombia y México
en la Alianza del Pacífico. Acercarse a la Unión Europea y a Estados
Unidos y alejarse de los enemigos de estos países que han sido los aliados del
gobiernos ahora caído.
Son problemas gigantescos los que el presidente Macri ha de
afrontar y lo ha de hacer con la fuerte oposición de los populistas en las Cámaras, la presencia de
miles y miles de “colocados” kirchneristas en las administraciones públicas y el dolor de millones
de argentinos que no siempre van a aceptar con agrado las duras decisiones que van
a ser necesarias para sacar a Argentina del estado de catastrófico desastre en que
se hoy se encuentra,
Para terminar, expresar mi más calurosa
felicitación y mis mejores deseos de éxito
al nuevo presidente y a los ciudadanos de esa tierra, tan querida para mí, que es
la República Argentina.
viernes, 20 de noviembre de 2015
707. LO SABIO ES CUIDAR AL ABUELO
Desde mucho antes de tener
hijos sabía, porque mi padre me lo había explicado, que el embarazo y el parto
de las hijas es una experiencia peor que dolorosa.
Es evidente que quien más
sufre y más goza es la embarazada y que, para el padre de la criatura, el tiempo de gestación y el parto los es
también de alegría y de preocupación.
Además, mientras las cosas son normales, el padre de
la criatura, por estar muy próximo al proceso, está al tanto de cuanto sucede,
está con la madre, al final pasa un rato malo y con la satisfacción de tener al hijo olvida el mal trago.
Pues bien, cada vez que
una de mis hijas, siempre con alegría, me ha anunciado su embarazo, desde el primer momento y hasta que
termina el parto, recuerdo todos los días a mi padre y me paso los nueve meses lleno de
espanto.
Por ello, cuando un
amigo me anuncia que va a ser abuelo yo, si le aprecio, pregunto: ¿es de tu
hijo? Si me contesta que la futura madre es su nuera me alegro mucho y le felicito por el éxito que supone, estos tiempos, tener un
nieto; pero si quien está embarazada es la hija, mientras le felicito, procuro no mirarle a los ojos
para que no descubra, y se asuste, la pena que me produce saber los meses de
tormento que le esperan hasta que llegue, precioso siempre, el vástago.
Pero, ¿por qué, José Luis, escribes sobre algo que todos los que
tenemos hijas y nietos bien sabemos?
Lo hago porque tengo un amigo
que, como es normal, ha sufrido el áspero embarazo de su única hija, muy querida,
preciosa, inteligente, estudiada y añosita que, hace cuatro días, luego de los nueve meses, ha tenido un hijo. Él es quien me lo ha explicado.
Su yerno, como todos los buenos
yernos, en los últimos días del embarazo de su mujer, preocupado por su suegro, le explicó que en su pueblo natal,
allá en el interior de África, luego del parto de una mujer, la familia, el clan
y toda la tribu, hace descansar y se vuelca en atenciones con quién se sabe que peor
lo ha pasado en el trance, que no es la madre
y que no es el padre, que es, con seguridad absoluta, el
abuelo materno de la criatura.
Y esto para que nos pensemos
que la sabiduría solo está en Europa…
miércoles, 18 de noviembre de 2015
706. ESTAMOS EN GUERRA: DEL AMBIENTE BÉLICO, ELLOS Y NOSOTROS
Como consecuencia de los atentados del día 13 en París y de sus
trágicas secuelas corren entren los ciudadanos europeos vientos de
guerra.
Todos nosotros hemos recibido, casi sin sorpresa, de boca de
nuestras autoridades, la noticia de que estamos en guerra y que somos el blanco
potencial de nuevos y próximos ataques del yihadismo
islámico.
Hemos tenido noticia de los ataques de aviones franceses y rusos a
posiciones militares del IS en Siria y, nosotros, las hemos dado por buenas casi por
unanimidad.
Ayer, las reacciones entre los
ciudadanos europeos ante la
supresión de los partidos de fútbol programados en Alemania y en Bélgica y el ambiente vivido en
el celebrado de Londres entre las selecciones de Francia e Inglaterra han
estado cargadas de emoción y hoy, en parte, nos ha asustado y en parte tranquilizado la noticia de que las acciones de la policía francesa para localizar y detener a otros terroristas, aunque
con muertos, han tenido éxito.
Además, las duras palabras de los políticos y el pensamiento de los ciudadanos, que se reflejan en los medios de comunicación
y que cada uno de nosotros palpa en las calles y en los hogares, muestran una
idea dominante: ellos son monstruos y
hay que destruirlos antes de que ellos lo hagan con nosotros.
Claro que, al mismo tiempo, estamos viendo y sintiendo
también la preocupación y el miedo entre
la población musulmana que vive entre nosotros y que se siente observada y,
acaso, amenazada, por las posibles reacciones de sus vecinos.
Es evidente, por otra parte, que los musulmanes que viven en
Europa, salvo una muy pequeña minoría, que comprende, justifica o apoya la
guerra santa o la sharía y protege a los
terroristas, son gentes pacíficas que detestan la violencia de igual forma o más aún que el resto de sus conciudadanos.
Sin embargo, en este ambiente casi de emoción bélica, pienso que
aún apoyando la guerra, tengamos presente que nada se puede ganar
y se perderá mucho si, entre
todos, no conseguimos controlare las emociones y evitamos nuestra propia
radicalización y la de la mayoría de los musulmanes que viven entre nosotros y
que, por ahora, son “nosotros”.
No es sencillo, pero, ¿queremos ver en Europa, al igual que los
hubo en Estados Unidos en los años 40 para encerrar en ellos a ciudadanos
norteamericanos siendo del todo inocentes y solo porque habían nacido en Japón,
campos de concentración, ahora para meter en ellos a españoles, franceses,
belgas u holandeses solo porque rezan a Alá?
¿Queremos cambiar nuestro
espíritu de tolerancia y libertad para vivir en el fanatismo más radical?
Si es así solo tenemos que aplicar,
todas seguidas, unas pocas ideas cuyas semillas ya están sembradas en nuestro cerebro:
· Yo soy español,
francés, europeo, cristiano, honesto y ciudadano (yo soy español, francés, europeo,
musulmán, honesto y ciudadano) y ellos son
distintos, son musulmanes, deshonestos, desagradecidos y traidores (ellos son cristianos, deshonestos,
injustos y traidores). En suma, nosotros somos una cosa y ellos otra.
· Ante un
nuevo atentado, ante una redada policial, ante una mala palabra, surge en nuestro
pensamiento, día a día con mayor fuerza, una idea: todos ellos son iguales.
· Ellos, todos ellos son iguales y nos están atacando, nos están persiguiendo, en
realidad ellos nos están matando.
· Nosotros,
que sufrimos lo que ellos nos hacen somos buenos y ellos son malos, nosotros somos
santos y ellos demonios.
· Hemos sufrido y seguimos sufriendo tanto que no podemos aguantarlo, tenemos
que defendernos, tenemos que vengarnos.
·
Y claro, la venganza se hace matando…
Sí, estamos en guerra en ambiente se hace bélico, pero ¡cuidado!, no olvidemos que somos europeos, que somos justos,
que somos humanos y no podemos permitirnos
que entre nosotros crezca el fanatismo y el ansía de matarnos.
sábado, 14 de noviembre de 2015
705. ATENTADOS EN PARÍS: SÍ, NOSOTROS ESTAMOS EN GUERRA, PERO ¿QUIÉNES SOMOS NOSOTROS Y CONTRA QUIÉN ES LA GUERRA?
Ayer, 13 de noviembre, con seis atentados, el Estado Islámico,
mató al menos a 127 personas e hirió a
más de 300; muchos de los heridos pasarán a engrosar la lista de los muertos y muchas otras no se recuperarán nunca
de las secuelas de las heridas. Además, con estos atentados, se ha impedido venir a la vida, se ha matado,
al inmenso cúmulo personas que hubieran
nacido si sus padres, ayer vivos, no
hubieran muerto.
Además, varios miles de personas sufrirán durante años la ausencia de los
muertos y las consecuencias de todo tipo que padecerán sus familiares heridos.
Millones de personas en Francia y en toda Europa permanecen hoy encerradas
en sus casas horrorizadas por lo sucedido
y atemorizadas ante la posibilidad de sufrir represalias de las autoridades o, lo que es peor, de sus vecinos, por
profesar la religión de Mahoma o, aunque no siendo creyentes, han nacido, ellos o sus padres, en la religión del
Profeta.
Los atentados fueron cometidos por ocho hombres, al parecer
franceses, terroristas suicidas, fanáticos yihaidistas, que sacrificado sus vidas (a cambio del Cielo), han dado una victoria al Estado Islámico en su
guerra contra Occidente.
El Presidente Hollande, horrorizado, como todo el mundo, por los atentados de ayer, ha dicho que “los
atentados son un acto de guerra”, lo que en román paladino quiere decir que
estamos en guerra.
Creo que todos los gobernantes de occidente y la mayor parte de
los de oriente, incluidos los de países en que la religión de sus pueblos es el
Islam, hoy han mostrado su espanto, han hablado en contra de los atentados, han
afirmado que estamos en guerra contra el
IS y el islamismo radical y que hay que luchar para vencer al terrorismo.
Yo, como la casi totalidad de los ciudadanos europeos y de la
mayor parte de los ciudadanos del mundo,
ahora me pongo a pensar y me digo: sí,
estamos en guerra, pero, ¿quiénes estamos en guerra y contra quién es
la guerra?
La respuesta no es sencilla, como en todos los temas complejos y
especialmente en los dolorosas, las personas, para defendernos y sobre todo
para tener un mínimo de seguridad, necesitamos saber quiénes somos nosotros y a
quién tenemos enfrente, por ello nos agarramos apasionadamente al color blanco
o al negro, sin tener en cuenta que la realidad está llena, como en este caso,
de muchos grises.
Trataré de expresar mi
pensamiento:
¿QUIENES SOMOS NOSOTROS?
Está claro que nosotros somos los españoles, los franceses, el
resto de los europeos, los norteamericanos y acaso casi todos los ciudadanos de
los países occidentales. Pero ¿somos
nosotros todos los españoles, todos los franceses, todos los europeos y todos los occidentales? La respuesta es obvia: hay españoles, franceses
y otros occidentales que no son nosotros, que son o están con el enemigo.
Pero, debemos tener claro que si hay franceses, españoles o norteamericanos que no
son nosotros, no lo son porque sean
cristianos, judíos, musulmanes o ateos,
o porque hayan nacido en familias de una u otra religión, es porque se han convertido e incorporado a una secta islámica que ha hecho
una particular interpretación de la Sharía (Ley Islámica) y de Jihad (Guerra
Santa), su razón de ser y su motor de vida. Y debemos tener muy claro que solo es una pequeña minoría de quienes, viviendo en
occidente y profesando la religión musulmana la que se ha convertido
en fanática creyente del Islamismo
Radical.
Y, ¿acaso no somos nosotros, los martirizados y arruinados por los
atentados yihaidistas, egipcios, tunecinos, marroquíes, argelinos, sirios, turcos, nigerianos, Iraquíes, agfanos y los ciudadanos de otros muchos países en los que la religión
islámica es la profesada por la mayor parte de sus habitantes?
Por otro lado, está claro que los gobiernos de casi todos los
países occidentales y de muchos de los países de religión islámica están con
nosotros, somos nosotros, pero ¿están con nosotros o somos nosotros, los
gobiernos que construyen y mantienen en occidente mezquitas en las que se
enseña la Sharía y la obligación de la Jihad, o apoyan, más o menos a la vista
del mundo, a los talibanes agfanos, a los fundamentalistas del IS, o a los
bárbaros asesinos de cristianos en Nigeria?
En consecuencia con lo anterior, clarificar quienes somos nosotros
es la primera de nuestras necesidades, de no hacerlo podemos confundirnos y
expulsar de nuestro lado a quienes son nosotros, a quienes están con nosotros, creándonos nuevos
enemigos, o confiar en gobiernos o en gentes que aparentando amistad son también enemigos que esperan agazapados el momento de
matarnos.
Porque no lo tenemos claro, en toda Europa crece la animadversión
frente al inmigrante (especialísimamente frente al de religión o cultura
islámica): el principal partido holandés es anti inmigrantes; en Francia, el partido
de Le Pen sigue creciendo; Hungría y
Austria cierran sus fronteras a los refugiados; en Suiza, Italia,
Croacia y Alemania crece la repulsa contra quienes son, o consideramos,
distintos. Por supuesto, en España, es cada vez más frecuente escuchar a la
gente del pueblo hablar, con temor oculto y siempre despectivamente, de “las faldones” o “las pañuelos”, de sus
abusos y su prepotencia.
Es evidente
que hoy, como siempre que hay un atentado en occidente, los inmigrantes
extranjeros de religión islámica y sus hijos españoles o franceses, sufren en
sus carnes el miedo a las consecuencias
que pueden tener para ellos los atentados de los fanáticos que rezan, al igual
que ellos, a Ala y aman a su Profeta. Y, por supuesto, el miedo es muy malo
para mantener el sentido común y no empezar a pensar que acaso tengan razón los
que hacen barbaridades.
Y ¿CONTRA
QUIÉN ES LA GUERRA?
Parece
evidente que la guerra es contra el IS, contra Al Qaeda, contra los talibanes y contra quienes
forman parte de sus huestes allá donde se encuentren.
Ahora bien, el IS, Al Qaeda, los talibanes o sus huestes, son nombres, son colectivos, y hay que tener
en cuenta que los colectivos no matan, matan los hombres y las mujeres, incluso
los niños pueden matar, son seres humanos quienes han de empuñar el fusil,
explotar la bomba o apretar el botón para
enviar el misil. Y, en esta guerra el gran problema es que, salvo
excepciones, los combatientes yihaidistas, nuestros enemigos, se esconden entre
nosotros, en Cairo, en Rabat, en Kabul, en París, en Londres, en Barcelona, en Ceuta o en
Madrid, en Talayuela o en cualquier lugar de occidente.
Nuestra guerra es contra los
combatientes que atentan o pueden atentar contra nosotros en su guerra santa y
ciertamente, cuando los enemigos se esconden entre gente que por razón de familia, amistad,
admiración, religión, afecto o, esto es
importantísimo, miedo, es muy difícil, casi imposible encontrarlos antes de que
ataquen y, más a más, como son fanáticos que se suicidan cuando actúan, no es posible hacerles delatar
a quienes están con ellos.
Por ello, solo hay dos opciones
para descubrir y eliminar al enemigo: conseguir que no puedan ocultarse entre
la gente (porque esa gente los expulsa y
delata), o impedir que haya gente que
los oculte. Esto nos lleva a optar por uno entre uno de los dos caminos: comprender y ayudar, porque son
nosotros, a los inmigrantes de primera y segunda generación para que sean y se
sientan “nosotros”, o recurrir a la solución que puso en práctica en España, en
1613, el Rey Felipe III.
La verdad es que no me gustaría ver
en Europa el drama de una nueva y terrible
expulsión de los moriscos.
jueves, 29 de octubre de 2015
704. SEGÚN DICEN, LA CARNE DE CERDO Y LA ROJA DE VACA SON PELIGROSAS, ¡MATAN!, PERO, LA VERDAD ES QUE NO ME LO CREO
Hay un revuelo, hay gente espantada porque ha comido carne y teme la muerte inmediata. Y ello es porque por un informe de la Organización Mundial de la Salud
publicado en estos días explica con detalle que quienes comemos charcutería,
cerdo, y carnes rojas, vaca, tenemos un gran riesgo de padecer terribles
cánceres de colon y, acaso, otras muy malas enfermedades que también matan.
Los españoles, y
también los occidentales, muchísimos orientales y el resto de los
ciudadanos del mundo que no son judíos
ni musulmanes, comemos desde siempre cerdo
y carnes rojas y, que yo sepa, no tenemos más muertes por cáncer que quienes no
prueban lo que para nosotros son manjares.
Claro que si comes todos los días grandes cantidades de carne, la
que sea; frutas, aunque sean variadas; no digamos chocolate; o cualquier tipo
de alimento, seguro, seguro, que te da un soponcio y entonces, ya se sabe, de
grandes banquetes están llenas las tumbas de los cementerios.
Por ello, creo que no estaría mal conocer quiénes son los
redactores del informe, sus creencias y sus intereses, no sea que representen a
productores de cereales, envasadores de fruta o simplemente, sean enemigos de
occidente y también de oriente.
sábado, 24 de octubre de 2015
703. JUAN MANUEL GARRIDO HENARES
El miércoles, 21 de octubre de 2015, en Madrid, a los 72 años, Don Juan Manuel Garrido Henares, mi cuñado, ha
muerto.
Tranquilo, con su inmensa bondad y
lleno de amor, en un instante, pasó de estar con nosotros a vivir, con los
Santos, la Virgen María y Jesucristo, en
el cielo, junto al Padre.
Juan Manuel, hombre educado, paciente, estudioso del pasado,
conocedor de la historia y creyente fiel,
fue, sobre todo, un hombre honesto que supo llenar su vida destilando amor; amor infinito
a su mujer, sin límite a sus hijas, firme a su familia,
sabio a las tierras de Andalucía y lleno de pasión a su Patria, España.
Juan Manuel fue para mí,
para nuestra familia y creo que para todos los que tuvimos la fortuna de estar
entre los suyos, el mejor ejemplo de lo
mucho que aporta a los demás un hombre prudente y bueno, de pasión fuerte y contenida
que, siendo fiel hasta el extremo, ha
sido, en todo, el perfecto paradigma cuanto obliga
el ser un señor andaluz y un caballero español.
Y hoy, cuando su cuerpo ya descansa
en Baeza, la ciudad que fue su cuna, y
su alma sobrevuela, desde el cielo, mis pensamientos enlutados, doy gracias a Dios
y a la Vida por habernos regalado, a nuestra hermana, a sus hijas y a toda nuestra familia, el extraordinario hermano, contrasangre él decía, que Don Juan Manuel
Garrido Henares ha sido.
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