En estos días se ha celebrado en Córdoba, impulsado por el Sr. Ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España un encuentro internacional que, si he entendido bien, tiene como principal objetivo facilitar el conocimiento en Europa de la cultura islámica y, sobre todo, facilitar la integración de los discípulos del Profeta en tierras antes del todo y ahora en gran parte, de cultura cristiana.
El encuentro, todo un éxito, ha culminado con un llamamiento a la tolerancia de ateos y cristianos hacia quienes durante siglos y aún ahora, no se recatan en considerarlos como detestados enemigos.
Se afirma que hay 11 millones de musulmanes en Europa y que es un horror que tantas personas se vean discriminadas por su religión.
Es una infamia, es verdad, que pueda existir animadversión hacia un número tan grande de personas. Y es terrible que el rechazo sea creciente y se pueda hablar ya, en algunos lugares, casi de persecución.
Es muy malo que las personas no se puedan sentir del todo en su casa porque hay fanáticos que no aceptan a su alrededor las costumbres de la verdadera religión.
El encuentro, todo un éxito, ha culminado con un llamamiento a la tolerancia de ateos y cristianos hacia quienes durante siglos y aún ahora, no se recatan en considerarlos como detestados enemigos.
Se afirma que hay 11 millones de musulmanes en Europa y que es un horror que tantas personas se vean discriminadas por su religión.
Es una infamia, es verdad, que pueda existir animadversión hacia un número tan grande de personas. Y es terrible que el rechazo sea creciente y se pueda hablar ya, en algunos lugares, casi de persecución.
Es muy malo que las personas no se puedan sentir del todo en su casa porque hay fanáticos que no aceptan a su alrededor las costumbres de la verdadera religión.
Esto es especialmente grave porque todos los días llegan a Europa cientos de creyentes que salen de sus países para vivir algo mejor y dispuestos a imponer contra viento y marea su marchamo cultural en los países que les abren sus puertas.
No hay derecho, es necesario que los europeos sean tolerantes y escuchen la voz de los derechos humanos, hagan caso a quienes de estas cosas saben, los reunidos en Córdoba son expertos, y acepten en sus ciudades y en sus campos cada día más costumbres del Islam.
Creo que la iniciativa del Canciller es valiosa y muy acertada. Por el camino que vamos, en pocos años la xenofobia puede llevar a una desgraciada situación en la que se puede demandar y hasta producir una espantosa expulsión de los moriscos europeos.
Tiene mucha razón el Ministro Moratinos al pedir con urgencia más tolerancia a los no musulmanes europeos.
Tiene toda la razón al exigir respeto a los derechos y más derechos de los musulmanes, para asegurar la convivencia y evitar males mayores.
Tiene toda la razón. Sabe que los europeos, con mayor o menor esfuerzo, pueden convivir con cualquiera que venga con respeto y en libertad, por eso se pueden adaptar.
El egregio Ministro español conoce tan bien la realidad que, para contribuir a la tolerancia de los europeos, ha rechazado sugerir a quienes interpretan la Ley del Islam que persigan un poquito menos a los creyentes que en España pueden celebrar su matrimonio homosexual.
No hay derecho, es necesario que los europeos sean tolerantes y escuchen la voz de los derechos humanos, hagan caso a quienes de estas cosas saben, los reunidos en Córdoba son expertos, y acepten en sus ciudades y en sus campos cada día más costumbres del Islam.
Creo que la iniciativa del Canciller es valiosa y muy acertada. Por el camino que vamos, en pocos años la xenofobia puede llevar a una desgraciada situación en la que se puede demandar y hasta producir una espantosa expulsión de los moriscos europeos.
Tiene mucha razón el Ministro Moratinos al pedir con urgencia más tolerancia a los no musulmanes europeos.
Tiene toda la razón al exigir respeto a los derechos y más derechos de los musulmanes, para asegurar la convivencia y evitar males mayores.
Tiene toda la razón. Sabe que los europeos, con mayor o menor esfuerzo, pueden convivir con cualquiera que venga con respeto y en libertad, por eso se pueden adaptar.
El egregio Ministro español conoce tan bien la realidad que, para contribuir a la tolerancia de los europeos, ha rechazado sugerir a quienes interpretan la Ley del Islam que persigan un poquito menos a los creyentes que en España pueden celebrar su matrimonio homosexual.
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