Ayer hizo un día espléndido y fui a dar un paseo con mi mujer y con la perra al campo.
Caminando despacio, disfrutando de las preciosas vistas de la Sierra de Guadarrama llena de nieve nos alejamos bastante de las zonas habitadas de la ciudad en la que vivo.
Caminando despacio, disfrutando de las preciosas vistas de la Sierra de Guadarrama llena de nieve nos alejamos bastante de las zonas habitadas de la ciudad en la que vivo.
Cuando estábamos ya “muy dentro del campo”, lejos de cualquier zona habitada, tropezamos con tres automóviles y seis personas: Un viejo utilitario, dos jóvenes preocupados, cuatro guardias civiles y dos coches de la benemérita.
Los chicos no tenían los papeles del coche en regla. Les el justificante de haber pasado la ITV y, para peor, estaban cambiando el anticongelante de su vehículo. Dos multas, una por no haber pasado la inspección anual y la otra por atentar contra el medio ambiente.
Los chicos, para ahorrar habían decidido cambiar ellos mismos los líquidos del coche y habían buscado para ello un lugar apartado, lejos de las miradas de la gente. No sabían que la guardia civil también, es tradicional, vigila el campo.
Como a perro flaco todo son pulgas, el ahorro de uinos euros se había transformado en un gran dispendio. Malo, verdaderamente malo, sobre todo para quien está corto de dinero.
Con pena, mi mujer y yo comentamos luego lo caro que es no tener dinero. Cualquiera que lo piense sabe que todo le cuesta más a quien menos tiene y mucho más aún a quien tiene nada.
Luego, en nuestro paseo, seguimos pensando y, por un momento, nos pasó por la imaginación que debíamos de dejar de preocuparnos. Debíamos ser razonables y creernos, con optimismo, lo que nos dice y repite día a día, todos los días, el Presidente del Gobierno: Quienes no tengan trabajo o caigan en el desempleo no serán abandonados, no deben preocuparse, tendrán dinero, y podrán gastar con el dinero que les dará el Gobierno de España.
Sin embargo, luego de pensar un poco, nos vino a la cabeza algo terrible, las palabras del Presidente del Gobierno de España son como las de esos padres ricos que dicen a sus hijos “no hace falta que trabajéis, vuestro abuelo hizo el dinero, yo soy rico y vosotros no tenéis que preocuparos por nada”.
Claro que los abuelos ricos saben bien, y les preocupa mucho, que lo que ellos han hecho, los hijos lo dilapiden y a los nietos solo les quede trabajar mucho para salir de la miseria.
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