lunes, 2 de febrero de 2009

227. AUTONOMÍA ENERGÉTICA Y PROTECCIONISMO: MALES ADICIONALES A LOS QUE YA TENEMOS


El Presidente Obama, en su discurso del 20 de enero, anunció que los Estados Unidos van a impulsar su autonomía energética. Esto significa, en palabras claras, que se van a reducir las importaciones, en este rubro, del resto del mundo.

Además, para apoyar la industria siderometalúrgica, ya se ha decido, se va a evitar el uso de hierro y acero extranjero en trabajos en los que intervenga, de una manera u otra, el dinero de la Administración.

Las primeras medidas del nuevo presidente apuntan que, para resolver los problemas de la economía de los estados Unidos, se va a seguir una política proteccionista.

El Ministro de Industria del Gobierno de España estimula el consumo de productos nacionales y algunos políticos consideran este comportamiento como patriótico.

No tengo duda alguna que la fuerte ayuda que el muy optimista y de natural espléndido con el dinero de todos, el Presidente del Gobierno Socialista, ha comprometido para la lucha contra el hambre en el mundo, se trasformará, antes de ser entregada a sus destinatarios, en bienes o servicios solo producidos en España.

Espero también que muy pronto, como manda la tradición, se escuchen, desde Cataluña y el País Vasco, constantes y razonadas exigencias para la puesta en marcha de medidas efectivas para proteger la industria nacional.

Y, por supuesto, estoy seguro que en toda Europa va a extenderse, la exigencia de medidas para proteger el empleo de los ciudadanos de la Unión, exigencia que muy probablemente, no serán desatendidas.

Realmente, si ya tenemos una terrible crisis, me fastidia pensar que nuestros líderes nos están preparando para que aceptemos con resignación que ellos no tienen la culpa de nada, mientras hacen todo lo posible por agravarla.

Por cierto, de seguir con la tendencia proteccionista apuntada, es seguro que caerán los precios del petróleo y del resto de las materia primas, subirá el hambre en muchas partes y los impuestos en todas, se mal mantendrán los precios de algunos bienes de consumo duradero, la demanda de servicios se verá reducida, inevitablemente se cerrarán empresas y se incrementará el desempleo.
El dinero para sanidad o educación se verá pronto muy mermado y solo nos quedará esperar, cada vez más arruinados, a que el sentido común de los partidarios del libre comercio se imponga de nuevo y que, poco a poco volvamos a la senda de la libertad y el crecimiento.

Sí, realmente, males muy graves se están añadiendo a los muchos que ya tenemos.

No hay comentarios: