lunes, 20 de abril de 2020

840. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 27)



Si durante muchos días he protestado por la mezcla de inepcia y mala, o buena voluntad, según se mire, del Presidente, el Vicepresidente Segundo y del resto del Gobierno de España; en estos últimos días en mi cabeza, poco a poco se ha despertado una inquietud y de ella ha nacido una pregunta para la que aún, lo siento mucho, no tengo respuesta: ¿cómo es posible que la gente honesta y capaz que hay en la izquierda esté tan ciega?

¿Cómo es posible que  la gente  capaz y honesta,  que es de izquierdas, crea que la gestión del gobierno es acertada; que las críticas de la oposición son calumniosas; que los españoles que no votamos a Sánchez seamos, por no votarle,  malos españoles; que las cifras de muertos que dice el gobierno, al parecer, no es preciso que sean acertadas; que se use el CIS para manipular  información a favor del gobierno social comunista; que se traten de colar mediante textos ambiguos en el BOE  prácticas  propias del chavismo venezolano; que un día el presidente o los portavoces del gobierno digan una cosa y al día siguiente otra; que se filtren, no se admitan, o no se contesten  preguntas en las ruedas de prensa del Presidente del Gobierno que, ¡qué pena!, a mi me parece que  cada día se parece más a un pollo sin cabeza corriendo por la  Moncloa;  que, al parecer, usa una muy respetada  Institución del Estado, ¡un general Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil no es una persona incapaz y menos todavía, imprudente¡, para  controlar y reducir las críticas al Doctor Sánchez, y al Vicepresidente comunista,  a este  no se le debería  criticar porque sabe lo que quiere y, con el consentimiento y apoyo del Doctor, va a lo suyo?

¿Cómo es posible que haya gente que, siendo honesta y capaz, no vea que el actual gobierno está haciendo buenas las peores prácticas, esas que tanto y con tanta razón criticaban del “denostado Aznar” o del “don Tancredo, que fue Rajoy”?

¿Cómo es posible que buenos, honestos y capaces comunicadores, aunque sean de izquierdas, no vean que nuestro gobierno tiene, acaso por su mala gestión, el récord del mundo en muertos por la pandemia y que, para colmo, no puede o no quiere decirnos cuál es exactamente su terrible número porque nos duelen, nos duelen mucho y tienen nombre  todos y cada uno de los que son nuestros  muertos?

¿Cómo es posible que gente honesta y capaz, aunque sea de izquierdas, no vea que estamos en manos de un gobierno que no sabe, no quiere o no puede hacer las cosas medio bien y que, para colmo, mientras acusa a los demás de obstruir, presume de hacerlo con derecho a matrícula de honor?    

Pues no lo sé, no soy capaz de dar una respuesta a las anteriores preguntas; a lo más que llego es a hacerme otra y quizá más difícil pregunta: ¿esas gentes honestas y capaces que son de izquierdas y  no pueden ver lo que los demás vemos,  será  porque,  como Pablo de Tarso, se han caído del caballo y convertido en fieles primero, apóstoles ahora y, si fuera necesario, mártires mañana, del Sanchismo, que es la nueva y verdadera  religión de nuestro tiempo?


Nota:

Mientras escribo la música de mi Máquina, que está corriendo por toda la casa, además de llamarme a la calma, me anima a escribir bien porque, me dice, seguro que algún empleado del Gobierno leerá, ¿sin enfadarse?, cuidadosamente mis palabras.


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