lunes, 9 de diciembre de 2019

808. DEL CAMBIO CLIMÁTICO, ¡SALVAR EL PLANETA!,



Realmente, ante la fuerza con que nos llega, me llega, el sunami  que es la nueva religión de nuestro tiempo, además de agacharme, para que me pase por encima,  con la triste seguridad de la racionalidad  del honesto pagano que soy, trato de comprender cómo la llama de la nueva  fe ha prendido en los corazones, que no en el cerebro, de la multitud de conversos que,  adorando “el clima”,  llena sus virtuales templos.

Que sí, que como la tierra se enfade y, por debajo, sus placas choquen, las montañas pueden hacerse llanuras y las llanuras montañas, los desiertos bosques y   los mares desiertos.

Que sí, que sí, que cuando los volcanes de ponen serios desaparecen ciudades, nacen islas, las nubes de contaminación ¡llenan el cielo y, ¡cuánto horror!, matan la vida hasta allá donde alcanza el terrible calor y el detritus infernal de sus entrañas.



Que sí, que si viene un meteorito grande la explosión de su choque con la tierra despertará volcanes, desencadenará terremotos, matará miles de especies y probablemente, durante muchos años, en gran parte de la tierra todo sea oscuridad y silencio.

Que sí, que el planeta tierra es un pedrusco más o menos esférico, que gira sobre un eje y ese eje, ¡quién sabe de verdad por qué!, de cuando en cuando se mueve y los polos cambian de sitio y el hielo de los viejos  casquetes se hace agua, los mares unas veces  se calientan y otras veces, se enfrían; en el lugar donde está Groenlandia empieza a hacer un calorcito estupendo,   España  se coloca  en el ecuador; Segovia tiene mar y  las islas  Canarias se encuentran en el centro de un inmenso continente.

Que sí, que todo cuanto antecede ha pasado muchas veces antes de ahora; y por poner otro ejemplo bien cercano,  la Guadalajara de España,  hay pruebas, ha sido no una sino varias veces, fondo del mar, alta montaña, tierra de glaciares, bosque, tundra y sabana…Aquí al lado,  a 27 kilómetros del centro de Madrid, están los  Yacimientos Paleontológicos Cerro de los Batallones, donde se han encontrado restos, a más de jirafas,  de abundantes tigres dientes de sable, varios rinocerontes y huesos de otros carnívoros propios de lo que es hoy la fauna africana…Está claro pues que en  el pasado  ha habido y seguro que ahora también hay  cambio climático y que ante este cambio, me parece  que, salvo rezar para que venga despacio y no sea del todo brusco,    poco podemos hacer los seres humanos.

Pero claro, resulta también que sí, que trabajar en las minas de carbón produce silicosis; que el uranio es peor que peligroso, que sacar la plata usando mercurio mata; que los residuos radioactivos se mantienen casi eternamente radioactivos, que las centrales térmicas manchan mucho el aire y que el agua, cuando se contamina, también mata. 

Y que sí, que hay contaminación, que hay mucha contaminación, que hay gente que se enferma y que muere porque el aire está contaminado, los ríos no tienen peces, los plásticos destrozan el fondo de los mares, los suelos están más que manchados, el hielo de los polos se está licuando y las faldas de las grandes montañas son peligrosos basureros.





Pero, sería bueno que sustituidas por alternativas mejores, desapareciesen las centrales térmicas, los coches  no consumieran  gasolina,  la calefacción fuera solar y la compra del supermercado viajase  en bolsas de algodón. Seguro que mejoraría la salud de los habitantes humanos del planeta y, hasta es posible, que algunos trabajos, hoy muy duros, dejaran de existir para dejar paso a otros “más humanos”.

Ahora bien, ¿alguien sabe cuánto es de verdad  la subida  o  la bajada de la temperatura que se está produciendo en el Polo Norte, en el Polo Sur, en el Ecuador, en Cochabamba  o en Murcia, y qué parte de esa subida o de esa bajada es debida a las acciones  de los  muy terribles depredadores que somos los seres humanos y qué parte corresponde a lo que está ocurriendo debajo de la corteza terrestre o más allá de donde termina la atmósfera del Planeta Tierra?

Pues eso, aparte  de lo que dicen los periodistas (no hay garantía alguna de que sea cierto) en  los medios de comunicación, nadie tiene ni idea de si lo que los hombres estamos haciendo afecta o no al cambio climático que, eso seguro, se está produciendo en el Planeta Tierra  aunque no hagamos nada, absolutamente nada, y más aún, el clima seguirá cambiando aunque, para evitarlo, terminemos la  vida de la humanidad con una muy eficiente y muy  justificada eutanasia global.

Y, otra cosa, eso de salvar el planeta me parece una frase entre estúpida y del todo estúpida: el planeta es un pedrusco que se mueve en el espacio que ni puede ni necesita ser salvado por nadie. Supongo que lo que la gente quiere decir cuando habla de salvar el planeta es  “hay que salvar lo que hoy vive en la tierra y no molesta a los hombres” para que la humanidad  siga viviendo como hasta ahora…olvidando siempre que en cualquier momento vendrá un maremoto,  explotará  uno o muchos volcanes y  llegarán, como si tal cosa, un buen puñado de terremotos , y eso aunque no quieran que pase de ninguna manera  los habitantes de San Francisco, de Estambul o de Murcia, que son  buenas gentes  y muy pronto todos  se convertirán en ecologistas  miembros de la Religión Verdadera del Cambio Climático.

Para terminar: Cuando escucho hablar del cambio climático me asombra que tanta gente se crea, sin una sombra de duda,   lo que predican  “los ecologistas” , “los políticos” y “ los  periodistas”, con la misma  fuerza y la misma seguridad que hace unos años se creían todas y cada una de las palabras  atribuidas al Papa, a Buda, a Mahoma, a Calvino a Lutero o  dijera el domingo el párroco en la antigua y preciosa iglesia  del pueblo.




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