lunes, 30 de marzo de 2020

827. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 13)




Aunque trato de no pensarlo, una y otra vez  llena mi pensamiento, produciéndome un espantoso  horror el viejo y muy actual  aforismo del qui prodest.

¿Puede alguien  beneficiarse del deterioro total, hasta su destrucción, de la economía española?¿Puede beneficiarse  alguien  enrareciendo, tensando y llegando a  romper las relaciones de España con la UE y salir de la Unión? ¿Y, si la miseria acampase en nuestra sociedad y ello fuera por culpa de los malos empresarios, los ricos egoístas, la tenebrosa Iglesia y los sabotajes de la extrema derecha, sería menos difícil  expulsar al rey e instalar en La Zarzuela, con el poder absoluto, al amoral y muy  inteligente Secretario General capaz  de conseguirlo?

Espero y deseo que estos pensamientos sean solo malos pensamientos, pero acaso sería bueno estar atentos y, por si acaso,  tomar precauciones.

sábado, 28 de marzo de 2020

826. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 12)


Quizá  porque tengo un gran disgusto, uno de mis amigos, muy querido,  está ingresado en el hospital, no sabemos si infectado con el virus; me agobia cada día un poco más estar encerrado en casa y   también porque me horroriza lo que estoy viendo  del gobierno, de “los suyos”  y de sus “terminales mediáticas”, aunque estamos terminando el sábado, he abierto el ordenador y, con no poco esfuerzo, para que las lean mis amigos, he reunido, haciendo frases,  unas cuantas palabras. 

Parto de señalar la profunda preocupación que, literalmente, no me deja dormir tranquilo porque me despierto una y otra vez  pensando en la multitud de personas que ahora mismo, viejas y  solas  están encerradas en casa sin apenas  recursos para comprar nada, y en los cientos de miles, acaso millones, siempre las más pobres y  menos favorecidas,  que van a padecer  las consecuencias de la crisis económica que va a dejar, cuando se marche, el coronavirus.  

Y, pienso también, con alguna esperanza, en que la actuación  de la Unión Europea, con todas sus limitaciones y todos sus problemas, puede si no resolver sí atenuar  mucho este  drama que, sin el esfuerzo de todos y la ayuda de Dios,  puede devenir en largos tiempos de  terrible tragedia.

Pero también he de decir que desde hace días, hay otro tema que me atormenta,  sobre todo desde que he leído los parece que  insignificantes resultados de la reunión que telemáticamente han mantenido,  ayer o antes de ayer, los Jefes de Estado y Gobierno para analizar la situación de la pandemia y tomar decisiones para  reducir sus consecuencias: es una fábula de  Esopo.

Sí, una de las  fábulas de Esopo, el esclavo que las escribió hace 2.600 años,  y que  hoy, pasados  26 siglos, ¡se dice pronto!, están, siguen estando, en lo más profundo del ser y de la cultura de esos herederos de la cultura griega y romana que somos los europeos.

Esa fábula  que ¡es asombroso! todos conocemos y nadie, nadie en Europa, jamás olvida, es La cigarra y la hormiga.

En resumen: “En pleno verano, en un día de muchísimo calor, una cigarra pasa el tiempo, muy tranquila, debajo de un árbol, cantando, feliz y sin mover un dedo, es decir, sin trabajar nada. En esto, pasó por delante de la cigarra su vecina, una hormiga que, camino de su casa,  cargaba sobre su espalda  un grano de trigo más grande que ella; la cigarra intentó que la hormiga dejase de trabajar y se quedase con ella a cantar y bailar, pero la hormiga le dijo algo así como:  no cigarra el verano es corto y el invierno largo, tengo que trabajar, y bien harías tu si hicieses lo mismo que yo y en lugar de holgar te pusieses a trabajar. Por supuesto, la cigarra acusó a la hormiga de ser idiota, se rio mucho, se burló de ella y siguió a lo suyo, sin trabajar.

Cuando unos meses más tarde llegó el duro invierno, la cigarra, que no había trabajado y ahorrado lo suficiente durante el verano, muerta de hambre y de frio, muy desesperada, pidió ayuda a su vecina la hormiga, pero la hormiga, recordando a la cigarra la conversación del verano y cuánto se había burlado de ella, le cerró la puerta en las narices y no le dio nada”

Y ahora, con la filosofía que encierra esta fábula, ¿puede pretender el gobierno de España que, sin resistirse, no pocos europeos, muchos alemanes y  sobre todo los holandeses, esos comerciantes despiadados y asertivos que, por no gastar, dan mordiscos a las lentejas, que cuidan su dinero más que los escoceses y mucho más  que los catalanes, abran sus bolsillos para que los “anti austericidas”, socialistas y comunistas españoles o italianos  se gasten en cuatro días lo que a ellos les ha costado ahorrar años? 

Y, por otro lado, es fácil entender a esos otros europeos que, porque  conocen muy bien lo que es el comunismo, lo han vivido durante muchos lustros,  y  saben de memoria  ese resumen de Granja animal que dice  “todos somos iguales, pero unos somos más iguales que otros”,  no  quieren  poner su dinero para que el Marqués de Galapagar  se haga más fuerte, más poderoso y haga más grande su casa, tanto como lo era el  palacio de su correligionario rumano, el tirano Nicolae Ceaușescu.


Nota

Mientras los españoles de bien hacen y seguirán haciendo bien lo que tienen que hacer, no me cabe la menor duda, el presidente, los ministros del gobierno, sus medios de comunicación,  los miembros del PSOE que mandan ahora y los muchos aprovechados  comunistas que pululan por España, van a tratar, con mucha propaganda y mil mentiras constantemente repetidas, mientras imploran su ayuda, acusar a la Unión Europea de ser mala, muy mala, malísima, porque no les da dinero para gastar, como la cigarra, comiendo, bebiendo, bailando  y, como en Andalucía, fornicando. Pero yo, al menos yo, del Doctor Sánchez y de este gobierno, mientras no cambie mucho,  no me creo ni una sola palabra.

viernes, 27 de marzo de 2020

825. PREOCUPACIÓN…(CORONAVIRUS 11)


Esta mañana, muy temprano, luego de pensarlo mucho, he abierto el congelador y he sacado lo suficiente, mucho más tarde,  pasado el mediodía, me he puesto el delantal y disfrutado de la cocina.

¿El resultado? Aunque tardía, he disfrutado de una magnífica comida: crema de puerros primero,  filetes rusos con tomate frito después  y, de postre,  unas deliciosas torrijas,  para beber he abierto una botella reserva de carralasmayas. Lo he pensado también pero, por aquello de las goteras, he renunciado a fumarme un puro, he tomado café y  me he conformado con mirar la botella de Lepanto…todo un éxito que me ha ocupado hasta muy cerca  de las cinco de la tarde.

Que ¿por qué cuento esta historia?    Muy sencillo, para mostrar a mi familia y a mis amigos que se hacer otras cosas, que no me paso el tiempo de enclaustramiento llorando de pena, hablando por teléfono,  leyendo o  maldiciendo al muy listo  del presidente del gobierno.

Por cierto, al  pobre Doctor Sánchez y a su Ministro de Sanidad   les  han dado gato por liebre y  ¡qué barbaridad!,  no pueden decir  quién les ha engañado porque  si se supiera sería tan denigrante para ellos  que  prefieren  que los españoles pensemos que la compra ha sido muy, pero que muy  corrupta y  que se ha hecho, previo el pago de un  por ciento,  a alguien que además del ser del PSOE tiene  familia en el gobierno!

Nota
Y no, no estoy de acuerdo con mi amigo, ese que dice a gritos   que  el Doctor Sánchez es la reencarnación española de Alejandro   Kérensky.  No, el ruso fue un hombre cultivado,  nunca mentiroso y para  nada amigo de los comunistas.