viernes, 28 de mayo de 2021

953. DE LA NUEVA NORMALIDAD 97

 

MUERTOS EN LA PANDEMIA

 

En estos días, cuando en la sociedad, sobre todo por el avance en el proceso de vacunación, se extiende la idea y la clara sensación de que la pandemia ha terminado, al leer o escuchar en los medios de comunicación el número de muertos en la jornada (menos de un centenar y con tendencia a la baja), no deja de causarme espanto ver u oír, antes de la cifra, tres terribles palabras: “solo han muerto”, 73, 60 o 52 personas. Y si, como está previsto, en los próximos meses la inmensa mayoría de los españoles estamos vacunados, evidentemente, aquí la pandemia habrá desaparecido.

Si en esta semana, en un accidente ferroviario, en el desplome de un edificio o en un incendio, hubieran muerto 73, 60 o 52 personas, todos los medios y todos los ciudadanos estaríamos horrorizados por la magnitud de la tragedia.

Sin embargo, venimos de largos meses de pandemia y ahora, acostumbrados a escuchar los datos diarios de cientos o miles de muertos, lo de estos días nos parece nada; nada para quienes o no somos hijos, nietos, hermanos o amigos de las personas fallecidas, que ellos sí, sufren el dolor enorme de una pérdida inmerecida.

Pero ¿cuántas vidas se han perdido? ¿cuántos han sido los muertos en la pandemia? ¿y cuántas personas han sufrido la muerte de seres queridos en los dieciséis meses que llevamos de pandemia?

Y, con tristeza no lo sabremos nunca, los números oficiales, por voluntad o incapacidad de los gobiernos, son, como mucho aproximados y, con razón,  puestos en duda por los medios y por la población.

En España, en estos momentos (mayo de 2021) la cifra oficial de fallecidos está próxima a los 80 mil, la que resulta del análisis del exceso de fallecidos a partir de las cifras de periodos anteriores añade 7 mil al número anterior (en total 87 mil), y en los medios aparece con frecuencia la aún más terrible cifra de 120 mil. Por ello, si como se anuncia, en menos de un año, la pandemia desaparece, los números finales de muertos estarán muy próximos a los actuales. 

¿En el mundo? El número “oficial” de fallecidos que en estos momentos se maneja es de 3,6 millones. Pero la realidad no la sabemos ahora y no la sabremos nunca, en muchos lugares la pandemia no está controlada y es imposible llegar a conocer lo que ocurre en países que no cuentan con estadísticas fiables, o que, teniéndolas, por unas u otras razones, ocultan la verdad.  

Claro que esta primera pandemia del siglo XXI, ha dejado muchos menos muertos que la “Gripe española” (alrededor de 260 mil en España que entonces no llegaba a los 22 millones de habitantes y 50 millones de los 1.900 que había en el mundo). Además, hay que recordarlo, han muerto sobre todo personas mayores de 70 años y hace un siglo en su mayor  parte los fallecidos fueron jóvenes y niños.

Y, aunque los números fríos esconden el peso de la tragedia, hemos de recordar aquí, el dolor inmenso que dejó a nuestros abuelos la pandemia del Siglo XX, cuando perdieron a tantos de sus hijos y, el también el durísimo trance que, ahora en el Siglo XXI, supone la muerte de tantos y tantos de nuestros mayores.

Para terminar: si en un cálculo muy burdo, suponemos que cada persona fallecida tenía cuatro personas a las que amaba y por las que era amada, por la pandemia, hoy en España, tenemos más de 1 millón de compatriotas de luto y casi 15 millones en el mundo. Sí, hemos vivido una gran tragedia que, por desgracia, todavía no ha terminado.

Nota       

La fotografía está tomada de Facebook

 



sábado, 22 de mayo de 2021

952. DE LA NUEVA NORMALIDAD 96

 


ESPERANZA, ORGULLO, OPORTUNIDAD, SOBERBIA,

DESPROPÓSITOS Y DESASTRES (2)

 

 

SOBERBIA


Uno de los pecados, acaso el mayor, en que pueden caer las personas que consiguen, con esfuerzo, grandes éxitos, es el de minusvalorar a los demás, el convencerse de que poseen la verdad y son mejores nadie, es decir, la soberbia.

Soberbia que, si no se controla, destruye lo conseguido, arruina la reputación y el futuro y empequeñece el valor, a veces enorme, de los éxitos de la persona soberbia. 

Así, hoy, tenemos a la cabeza del gobierno de España a un doctor Sánchez que ha ofendido y despreciado no solo a los españoles que no gustan de sus ideas y ocurrencias, sino también a los Estados Unidos de Norteamérica en la persona de su anterior presidente, a varios líderes europeos y, ¡es increíble!, al Rey y al pueblo marroquí, ese vecino con el que tanta historia y tantos intereses compartimos.

Claro que al doctor Sánchez lo que piensen o hagan sus despreciados no le importa, cree que, de grado o a la fuerza, sin que ponga nada de su parte, antes o después todo el mundo se plegará a sus deseos.

Y no, aunque en las elecciones del pasado día cuatro de este mes los madrileños, los españoles, le hayan dicho, con sus votos, que están deseando que cambie su conducta o salga del gobierno, no lo ha escuchado. Y no, cuando la Unión Europea le ha pedido que cambie la línea social comunista de su gobierno, no lo ha hecho.  Y no, cuando los gobiernos de los Estados Unidos le han pedido colaboración frente a la dictadura venezolana, frente a otros gobiernos progresistas” de América o los fanáticos islamistas, ha hecho poco o nada; y, cuando esos mismos norteamericanos han decidió fortalecer su relación con Marruecos, en detrimento de la que antes tenían con España, le ha importado poco y tampoco ha hecho nada.

Por supuesto, para el doctor Sánchez, en su soberbia, parece, Marruecos no es un buen socio, con muchos intereses comunes, para hacer futuro, solo es un país pobre, ignorante y débil al que con darle unos euros, puede tener, además de agradecido, muy calladito. 

Evidentemente, el que siembra recoge, y el doctor Sánchez, está recogiendo, de españoles y extranjeros, el malestar y el desprecio que, con su soberbia, ha sembrado.

 

DESPROPÓSITOS

La soberbia, a quien la padece, le hace cometer errores graves, despropósitos, que siempre hay que pagar: Zapatero, el anterior presidente socialista, reabrió las heridas de la hasta entonces olvidada Guerra civil, ofendió la bandera norteamericana, se distancio de los Estados Unidos, se aproximó a las dictaduras cubana y venezolana, apoyó al populismo boliviano, despreció las advertencias de la Unión Europea, llevó España a la ruina y perdió las elecciones. 

El doctor Sánchez, en su soberbia, ha mal gestionado la pandemia, ha despreciado a la oposición, ha ofendido los sentimientos y la memoria de muchos españoles, se ha aliado con los partidos comunistas, con los restos de ETA y con los separatistas catalanes, no escucha a la Unión europea, se ha aproximado a las dictaduras de Cuba y Venezuela, y ha tomado decisiones que atentan contra los intereses y el honor del Reino de Marruecos.

Y, en este sentido, resaltar el despropósito que es traer, clandestinamente y con nombre falso, a España, por “razones humanitarias”, para ser atendido en un hospital, al líder del Frente Polisario, a un gran enemigo de Marruecos, a un delincuente reclamado por la Audiencia Nacional para ser juzgado.

 

DESASTRES

Olvidando otros muchos, incluido el que Marruecos haya usado a sus niños para dar un susto a los españoles, en el caso que nos ocupa: ¿cabe mayor desastre  en la política internacional del doctor Sánchez que conseguir enfadar al mismo tiempo al Frente Polisario, al gobierno de Argelia y a Marruecos?

Sí,  aún será mayor dentro de unos días: salvo que el enfermo de coronavirus se muera (¡Sánchez ha perdido la suerte!), el doctor tendrá que entregarlo a la Audiencia Nacional, enviarlo de nuevo a Argelia o, ¿cómo un regalo?, a Marruecos; evidentemente, lo que haga, será un tremendo desastre.

Y,  lamentablemente, la soberbia es contagiosa y, en el caso de la “invasión de Ceuta”, los despropósitos y desastres  del doctor Sánchez  no dejan de contagiarse al resto de los partidos políticos españoles: desde VOX escuchamos que hay que desobedecer la Ley y expulsar a los niños marroquíes que han entrado en España; desde el Partido Popular, que, para apoyar al gobierno (a pesar de sus errores) en la defensa de España, el doctor Sánchez tiene que expulsar de su gabinete a una vicepresidente y a varios ministros; en Unidas Podemos, olvidan su anterior No a las expulsiones de inmigrantes ilegales en caliente; y desde una ciudadanía golpeada por la pandemia, parece que hay que apoyar “patrióticamente” a un presidente que, en lugar de gobernar, sigue viviendo,  haciendo nada y, casi seguro, mintiendo  en la mayor de las soberbias.

 

PERO, NO HAY QUE PERDER LA ESPERANZA

Sin embargo, a pesar de todo, desde la altura de una edad en la uno ha visto algo del mundo, pienso que el tiempo del doctor Sánchez, el de su soberbia, sus despropósitos y sus desastres, es tan solo un mal sueño del que los españoles saldremos pronto y guardaremos, muy encerrado, para que no vuelva, en el olvido. 

 

NOTA

La imagen está tomada de ABC

 

 


 

 

 

 

jueves, 20 de mayo de 2021

951. DE LA NUEVA NORMALIDAD 95

 

 

ESPERANZA, ORGULLO, OPORTUNIDAD, SOBERBIA, DESPROPÓSITOS Y DESASTRES (1)

 

ESPERANZA

Varios miles de niños y jóvenes marroquís, con la esperanza de una vida mejor e impulsados por el gobierno de su país, durante los primeros tres días de esta semana, arriesgando sus vidas, han “invadido Ceuta” y ahora, al terminar la semana, mediante la acción de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Ejército, con permiso de las autoridades del país vecino, la mayor parte de ellos, salvo los niños (cerca de dos mil), han sido devueltos a Marruecos.

 

ORGULLO

El comportamiento de policías, guardias civiles, militares y miembros de la Cruz Roja, auxiliando, salvando la vida, acogiendo y luego reenviando a los jóvenes “migrantes” al otro lado de la frontera ha sido ejemplar, han dado cumplidas muestras de profesionalidad, buen hacer e increíble generosidad. Los españoles podemos estar orgullosos de lo que bien que podemos y sabemos hacer las cosas.

 

OPORTUNIDAD

El Reino de Marruecos, en 1975, con buenas razones, pero en contra de  la legalidad internacional entonces vigente, mediante la Marcha Verde (miles de personas desarmadas), aprovechando la oportunidad que suponía la agonía del General Franco y la debilidad del gobierno de España, invadió el Sahara Occidental, los españoles nos retiramos de lo que hasta entonces era una provincia española y Marruecos, de hecho, que no de derecho, asumió la soberanía y la administración del territorio.

 

El Reino de Marruecos, poco a poco, a lo largo de los años, ha conseguido que el Sahara Occidental se convierta, en la práctica, en uno más de sus departamentos, y ello a pesar de no contar con el apoyo de la ONU y de otros países, entre ellos España (teórica potencia administradora), que siguen propugnando la celebración, hoy absolutamente absurdo e inviable, de un referéndum de autodeterminación del territorio. Y, hemos de recordarlo, el reino de Marruecos ha llegado a la situación actual mediante  un gran esfuerzo e increíble tenacidad: tuvo que luchar  y vencer con las armas al Frente Polisario (terroristas izquierdistas enemigos declarados de  España con los que tuvo que enfrentarse nuestro Ejército  años antes de la Marcha Verde),  brazo armado en sus orígenes de la entonces república socialista  pro soviética de Argelia,  enemiga jurada de Marruecos; y, también durante años, llevar a cabo una durísima batalla diplomática para ir ganando aliados para la anexión legal,  soberana y reconocida internacionalmente del Sahara Occidental que, de hecho, es del todo suyo.

Y, en las últimos meses, el Reino de Marruecos, al fin ha conseguido, aprovechando la oportunidad que era el reconocimiento del Estado de Israel, lo que sin duda es la victoria definitiva: los Estados Unidos han aceptado que la antigua provincia española es Marruecos; ahora solo queda el pequeño fleco de una declaración de la ONU, que llegará, y el reconocimiento de otros países que nada ganan manteniendo la idea absolutamente  utópica del referéndum de autodeterminación.

Mientras tanto, desde 1975,  los distintos gobiernos del Reino de España (como antigua potencia administradora), si bien han mantenido formalmente la posición de la ONU, han callado y aceptado de facto, la actuación del Reino de Marruecos en todo lo relacionado con el Sahara Occidental. Ahora bien, el partido comunista, el ala más izquierdista de los socialistas y, en estos últimos años los también comunistas de Unidas Podemos y sus afines, siempre han defendido la causa del Frente Polisario y han hecho cuanto han podido para obstaculizar la meta marroquí de anexionarse legalmente el antiguo territorio español.

Ahora, hace algunos días se ha sabido que el gobierno social comunista español, porque apoyar al Frente Polisario es “un deber”, se le ha ocurrido traer a España, a un hospital de La Rioja, clandestinamente, con nombre falso, para tratarse del Covid 19, al líder de ese grupo terrorista (esta reclamado, además,  por la Audiencia Nacional), enemigo total de Marruecos y obstáculo cierto en el proceso de anexión del Sahara Occidental. Y claro, el Reino de Marruecos se ha enfadado y, los marroquíes, cuando se enfadan, se enfadan y cuando llega la oportunidad la aprovechan. 

¿Oportunidad? Pues claro, la debilidad del doctor Sánchez y de su gobierno hacen de España presa fácil, en cuanto se les aprieta un poco los socialistas  españoles ceden y los comunistas, además de ceder, se alegran.  Sí, es una oportunidad para hacernos ver  que para defendernos no tenemos dientes.

Y mira tú, en Marruecos, aunque hay progreso, también hay una juventud desesperada que ansía salir de la pobreza y emigrar a Europa para hacerse un futuro mejor. España es la puerta de entrada a  y Ceuta es la llave para entrar. Y aquí está la oportunidad: solo ha hecho falta que alguien anunciase  en las redes sociales que “se puede salir de Marruecos”, que “si entras en Ceuta has llegado a Europa”, que “si eres menor tienes casa, comida, escuela y el futuro asegurado”, para que, con los ojos vendados de la gendarmería, miles los jóvenes ilusionados se echasen al mar para salvar, a riesgo de sus vidas, unos metros de horror y llegar a Ceuta. 

Sí, la invasión de Ceuta por los jóvenes marroquíes es fruto de una   oportunidad con doble cara: la que ofrece la debilidad del gobierno de España y la del ansia de progreso de una juventud marroquí sin esperanza.

 

Notas:

  • La fotografía está toma de 20 Minutos  
  • La segunda parte de esta entrada, SOBERBIA, DESPROPÓSITOS Y DESASTRES     se publicará mañana, día 22 de mayo de 2021