lunes, 30 de mayo de 2022

997. LECCIONES DESDE PARIS


El sábado pasado el Real Madrid ganó, frente al Liverpool, su décimo cuarta Copa de Europa, en un partido celebrado en Paris

Y, como tantas veces, algunas por sorpresa, desde la Grande Francia, no podemos quejarnos, hemos de decir, que se dan lecciones desde Paris.

Sí, al menos dos lecciones, una el desastre de la organización y la ineficiencia de los servicios de seguridad franceses; y la otra, sobre la importancia de la voluntad de victoria para alcanzar el triunfo, del Real Madrid.

Francia, los franceses, aprovechando la final de la Champions League, han mostrado al mundo que su sociedad padece un mal cáncer: miles, acaso millones, de jóvenes, quizá también de adultos, nacidos en familias de inmigrantes magrebíes que, conservando algunas tradiciones de la cultura islámica de sus antepasados, no se han adaptado a lo que se supone es el “ser franceses”, generan grandes problemas de convivencia,  cuestan una inmensa cantidad de dinero y, evidentemente, muestran la realidad de un grave peligro para la misma Francia y, a largo plazo, también para el resto de Europa.  

El Real Madrid, aprovechando también la final de la Copa de Europa, ha mostrado al mundo que, para conseguir el éxito, para alcanzar la victoria, no existe arma más poderosa que la voluntad de victoria, la convicción absoluta de que, independientemente de los obstáculos y sean las que sean las dificultades, se va a ganar el desafío, el trofeo, la batalla, la guerra, en que cada uno se embarque.

Y aquí, en Madrid, escuchando las lecciones que nos llegan desde Paris, me pregunto, con cierta tristeza, primero si no estamos en camino de tener muy pronto en España el mismo cáncer que tienen en Francia con los no integrados descendientes de inmigrantes magrebíes; y segundo, me digo, ahora con alegría, que sí, porque lo tenemos en los genes, que no hay ninguna duda,  es seguro que la voluntad de victoria del Real Madrid, aunque cueste un tiempo y algún esfuerzo, se contagiará entre los jóvenes españoles y  que, pase lo que pase, sean los que sean los obstáculos, construirán un mundo mejor.

Sí, ha sido una gran fortuna que la final de la Copa de Europa fuera en Francia y que se den lecciones desde Paris.



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