domingo, 18 de septiembre de 2022

1009. COSAS DE VIEJO: ALDOUS HUXLEY, GEORGE ORWELL Y AYN RAND


Quizá, o sin quizá, en estos tiempos extraños del siglo XXI, cuando abrumados por la información, quienes tenemos años nos sentimos inmersos en un pozo de oscuridad en el que no es posible distinguir entre la verdad y la mentira,   es cosa de viejo reunir en el pensamiento los nombres, los libros, las ideas de tres gigantes del siglo pasado, Aldous Huxley que publicó Un mundo feliz en 1932, en medio de la Gran Depresión del convulso mundo de entreguerras; George Orwell, lo hizo  con 1984 en 1949, terminada la II Guerra Mundial, en pleno auge del poder de Stalin, Franco y Salazar; y Ayn Rand, La rebelión de Atlas, en 1957, en un momento álgido de la  hegemonía de los Estados Unidos  y  su  Guerra Fría con la dictadura comunista de la unión Soviética.    

Sí, nuestro mundo, al menos nuestro mundo occidental, no es el desesperado de la Gran Depresión y vive ahora en la abundancia, no necesita pensar en la bondad del soma, la libertad sexual, el amor o la felicidad; ni tampoco vivimos, tampoco en China, bajo la dictadura comunista de Stalin; ni, hay que decirlo,  en la América del pleno empleo, el esplendor de General Motors o la gran expansión de las grandes corporaciones industriales norteamericanas.

Sí, hoy, pasados los años,  nuestro mundo es mucho mejor que el de entonces, reúne, para bien y para mal, el nivel de bienestar, riqueza y libertad soñado por Huxley;  el de control del pensamiento y la no intimidad que, con horror nos muestra Orwell; y la desesperación de quienes escapan, para crear y ser ellos mismos sin ser explotados por el gobierno de mediocres,  que describe Ayn Rand.

Y, ahora, distraído, dejo de estar escondido entre libros y fantasmas, me llama la luz preciosa que entra por la ventana;  miro a la calle, el sol limpia mi alma y, sin nostalgia,  pienso que, en 1932, en 1949 y en 1957, el sol era el mismo,  hubo  las mismas preciosas mañanas y las gentes de entonces, como las de ahora o más, desconociendo el futuro, amaban y soñaban.

Y me digo: José Luis, deja de pensar en distopías, deja de pensar en el pasado, no sirve para nada y, aunque no sepamos cómo y entendiendo nada, porque las gentes sueñan futuros y aman, el mundo avanza.





1 comentario:

Anónimo dijo...

La minoría más pequeña del mundo es el individuo. Aquellos que niegan los derechos individuales no pueden pretender además ser defensores de las minorías.

Ayn Rand: The Unknown Ideal (1966)