sábado, 1 de diciembre de 2007

117. EMOCIONES FUERTES

En pocos días ocurre lo que no ha ocurrido en muchos meses. En unos días he desatendido el blog, se han acumulado el mucho trabajo las emociones fuertes.

Mi hija Cristina está embarazada, tendrá en su momento un hijo. Mi mujer que ya está haciendo a destajo jerséis blancos, pondrá las cintas cuando sepa si es niño o niña, tendrá, como yo, por fin, un nieto.

Mi sobrina Elena me ha dicho que se casa. Era noticia para mí muy deseada.

Varias de las chicas de la familia han mejorado en sus trabajo y también lo ha hecho alguno de los chicos.

El cuarto de mis hermanos ha cumplido sesenta años y todos hemos podido celebrarlo.

Hemos tenido la fiesta del “amigo invisible” y con ella, en mi familia, ha dado comienzo el tiempo de Navidad.

Un cúmulo de emociones importantes, una suma de acontecimientos de esos que sí son realmente importantes en la vida de las personas y de las familias. ¡Qué gran fortuna!

Sin embargo algo está incompleto. Siempre falta o preocupa algo.

No dejo de pensar casi cada hora, en mis amigos de Venezuela, en los que están en Nicaragua y en mi familia de Bolivia.

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